Capítulo 4 🧠

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Temporada 2 Episodios 7 y 8

Jennifer:

Los rumores se expanden demasiado rápido en este hospital, sin duda Mark amaría trabajar aquí porque es un gran chismoso. El rumor más reciente es que Meredith fue dejada cuando Derek escogió su matrimonio con Addison.

—Bueno, tenemos hacer algo. Meredith se ha convertido en una exhibición —dice George mientras mastica un trozo de banana—. Como un animal de zoológico, como ese panda raro que todos miran fijamente.

—Por favor no le digas eso —pide Izzie—. Creo que ese panda murió solo.

—Odio los zoológicos —niego—. Cuando tenía seis años mi hermano me perdió en uno por ir a conseguir el número de una chica. Los odio.

Mark Sloan siempre ha sido un mujeriego así que cuando tenía 16 años se fue detrás de una rubia de su misma edad dejándome en el puesto de palomitas con tan solo 6 años. Me encontró más tarde en la fila para entrar al show acuático, debo admitir que nunca lo había visto tan preocupado en su vida.

—Solo sigo que deberíamos hacer algo para animarla —insiste George.

—Esta todo bajo control —afirma Cristina con una sonrisa misteriosa.

—¿Qué se traen entre manos? —indaga George, me encojo de hombros ya que no lo sé.

—Nada —murmuran Cristina e Izzie.

—¿Dónde está Karev? —pregunta Bailey acercándose.

—Ni idea, nadie había notado su ausencia —respondo desinteresada, cierta rubia llega a mi lado—. Hola, Mer. Ya te extrañaba.

Ella me sonríe levemente, o al menos lo intenta, sé que la decisión de Derek le ha afectado aunque intente aparentar que no. Todos nos apresuramos para seguir a Bailey y empezar con las rondas del día.

Por alguna razón Izzie y Cristina nos obligan a actuar como si no supiéramos nada para que no nos asignen ningún caso. Al quedar libres, las cuatro comenzamos a bajar las escaleras.

—¿Qué sucede? —pregunta Meredith.

—Encontramos un caso —responde Izzie sonriente.

—Oh no, conozco esa sonrisa —afirmo—. Se robaron un caso.

—Lo tomamos prestado de psiquiatría —corrige Cristina—. Los exámenes preliminares... es algo sin precedentes.

—Y lo encontramos.

—Robaron —rebate Meredith.

—Esta bien, encontrado, robado, secuestrado, es igual —alega Cristina—. Chicas, detrás de esta puerta esta el misterio médico más genial que hayan visto —se detienen frente a la puerta del paciente—. Ahora bien, pueden irse de aquí libre de culpas o pueden cruzar el umbral, arriesgar su lugar en el programa lo cual podría llevarlas a pasar el resto de sus vidas despachando papas fritas mal vestidas. Entonces, ¿se apuntan?

—Por supuesto que sí —respondemos con Meredith luego de compartir una sonrisa.

—Sr. Herman —lo llama Izzie cuando ingresamos.

—No, por favor, llámenme Shane —pide él, esta de espaldas a nosotras—. Me alegra haber salido de psiquiatría.

—¿Qué tiene de especial? —pregunta Meredith en un susurro.

Cristina nos manda a callar, segundos más tarde Shane se da la vuelta y ladeo la cabeza al ver su abdomen ya que parece que estuviera embarazado, pestañeo confundida para saber si estoy viendo bien y si es real.

ᴛʜᴇ ʙʟᴜᴇ | ᴀʟᴇx ᴋᴀʀᴇᴠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora