—Te diré algo siendo lo más sincero posible, a veces siento que desde que todo terminó, a París le hace falta un poco de emoción —mencionó el felino —. Antes pelear contra villanos me agotaba, lo aceptó, pero también le daba sentido a mi vida.
Marinette se daba cuenta de que había algo en el tono de voz del felino que delataba su estado de ánimo. Por alguna razón, parecía ser que el pobre felino se sentía desganado, bastante decaído. Ella no lo entendía muy bien, para ella era un completo alivio tener algo de descanso claro que se mantenía alerta por si un villano aparecía repentinamente, pero como eso no sucedía, obedecía los consejos de Alya y Su-Han: se mantenía algo relajada, para poder estar lista en caso de ser necesario. Chat Noir era todo lo contrario, él parecía necesitar ser un superhéroe para estar bien.
—Parece ser que extrañas ser un superhéroe.
—Sí... creo que siendo superhéroe me siento más útil que siendo solo yo.
—No digas eso, Chat —la azabache acercó su mano al brazo del felino, de ese modo comenzó a acariciarlo de forma suave, demostrándole que lo apoyaba y que estaba con él, que no lo dejaría solo —. Vales mucho, no solo como superhéroe. Y si alguna vez necesitas que alguien te lo recuerde, aquí estoy yo.
—Gracias por hacerme sentir bien —el felino dejo salir un ronroneo, demostrando que se sentía a gusto —. Sin ser una superheroína, muchas veces tú logras rescatarme con tus palabras, gracias —y acercándose un poco más, besó la mejilla de la azabache de modo tierno. Ambos sonrieron, sonrojándose un poco.
—Tú nos salvas a todos, me alegra saber que yo también puedo rescatarte de vez en cuando.
—Una de estás noches, yo te rescataré, Princesa —Chat tenía una idea en mente, sería algo muy divertido (al menos para él).