Waffles.

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Una vez que llegaron a la cocina, Marinette se acercó al refrigerador, el felino la seguía, si podía ayudar en algo lo haría sin dudar.

—¿Qué te gustaría desayunar, Gatito? —preguntó la azabache mirándolo fijamente.

—Oh, es una pregunta difícil —él estaba acostumbrado a desayunar cosas distintas, a veces pan con algo, a veces fruta o incluso cereal con leche. Estando en la casa de su novia, estaba seguro de que había muchas opciones deliciosas, como postres —. No quiero que pienses que soy un goloso, pero sabes que me gustan los dulces.

Marinette soltó una risa suave, el felino se sonrojó un poco. Tikki observaba la escena conmovida, ambos le parecían tan tiernos.

—Eres mi novio y nunca estamos juntos de día, es una ocasión especial y algo dulce no es malo. ¿Qué te gustaría?

—¿Qué opinas de waffles con helado? Sé que es una combinación algo rara, pero es deliciosa.

—Esta bien, por una vez no nos hará daño.

La azabache buscó las cosas, por suerte tenía waffles ya hechos (en su casa los postres nunca faltan), había helado y colocó frutillas para terminar. Chat Noir ayudó poniendo la mesa y Marinette le indicó como se colocaba todo eso en un plato. La verdad es que tenían muchos waffles y bastante helado.

—Creo que vamos a quedar más que satisfechos con todo esto —mencionó la azabache mientras colocaba leche y dos vasos en la mesa —. Suelo desayunar con leche, ¿prefieres otra cosa?

—La leche es perrrrfecta, Princesa, gracias.

Ambos se sentaron y comenzaron a comer. El rostro de Chat Noir demostraba lo mucho que le había gustado esa preparación, ¡era una maravilla!

—Pensé que sobraría comida, pero viendo tu rostro, estoy segura de que te comerás todo.

—¿Cómo no? Es una delicia —saboreaba y lamía su rostro para no desperdiciar nada —. Es muy lindo poder desayunar contigo, te ves linda con la luz de la madrugada, la perspectiva cambia.

—Tú también te ves distinto, tus ojos brillan más.

Tikki continuaba observándolos, definitivamente eran una pareja muy linda y su amor era bastante evidente, podían decirse cumplidos como si fuera algo natural. Era lindo observarlos.

Mayo MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora