—Se ve que te gusta venir a mi balcón, ¿nunca te aburres de conversar solo conmigo, Chat? —preguntó la azabache.
Ella realmente se sentía un poco preocupada. No sabía cómo era realmente la vida de su amigo felino, pero imaginaba que quizás ir a visitarla todas las noches se podía convertir en algo monótono. Ella no quería que él se aburriera de ella, porque le tenía un gran cariño.
—No —respondió de forma inmediata, casi sin pensar —. Jamás me aburriría de ti, Princesa. Eres mi amiga y me gusta conversar contigo.
—Gracias, Chat.
—Al contrario, gracias a ti por recibirme en tu balcón, Princesa.
—El verdadero misterio es como tú apareciste aquí, repentinamente comenzaste a venir y este balcón ya se siente como si fuera de ambos.
—¡Me encanta! Siempre he creído que es un balcón muy impresionante, es lindo —respondió el felino manteniendo una sonrisa en sus labios —. Y creo que hay misterios que no tienen respuesta. Aunque, ¿sabes qué sería misterioso? Organizar una fiesta y que el invitado secreto sea el único e inigualable Chat Noir, el superhéroe favorito de todos.
—Eso suena como algo que planteaste desde hace tiempo.
El gato suspiró, había sido descubierto por hablar demasiado.
—Digamos que este gato necesita una buena dosis de diversión. ¿Qué mejor que una fiesta? —preguntó el felino dando una sonrisa de inocencia.
—Bueno, quizás podamos hacer algo, solo tendríamos que ponerte un disfraz sobre tú disfraz.
—¿En serio estás planeando algo?
—Me gusta ayudar a mis amigos, Chat.
—Por eso eres tan especial, Princesa.