—Mi mejor amiga tiene un novio que en ocasiones tiene ideas un poco raras —comentó la azabache.
Chat Noir soltó una risa. Él conocía a Nino mejor que a nadie, Nino es su mejor amigo y escuchaba casi a diario esas ideas raras, lo peor de todo es que casi siempre quería involucrarlo a él también, por suerte... él no se metía en problemas.
—¿Qué clase de ideas?
—Bueno, Nino es muy inseguro porque cree que es feo —explicó la azabache —. Por eso busca tener ideas que quién sabe de dónde saca para que Alya no lo deje, a veces son ideas un poco tontas y en ocasiones son tiernas, aunque para otros son vergonzosas y se ríen de él, por suerte tiene buenos amigos y lo cuidamos.
Chat solo asentía, él también ayudaba a Nino y lo consolaba, pero por mantener el secreto, simplemente tenía que fingir que no tenía idea de lo que su novia hablaba.
—Entonces por eso hoy apareció vestido como un príncipe y le decía a Alya que ella es su princesa —terminó el relato.
—Es bastante creativo. Ahora que lo pienso, yo te digo Princesa, aunque jamás se me habría ocurrido vestirme como un príncipe —Marinette alzó una de sus cejas, no esperaba que su historia lo hiciera reaccionar así —. Creo que un príncipe gato se vería raro, ¿no lo crees?
—Podrías ponerte una capa y una corona, te verías muy original.
—Claro, olvidaba que salgo con la mejor diseñadora de todas —la azabache sonrió y rodó sus ojos, el felino soltó una risa —. Apuesto a que tú te verías hermosa como una princesa.
—Mm... tengo una idea.
La azabache sonrió y Chat Noir la imitó. Le gustaba la idea de disfrazarse como príncipe y ver a su hermosa novia como una princesa. Ella caminó, él la observaba. Y cuando vio como ella tomaba su cuaderno y un lápiz, su sonrisa se borró, tenían planes diferentes.
—Nos dibujaré como príncipe y princesa, puede que tarde un poco.
—¡Es una gran idea! —intentó ocultar su decepción, él realmente era infantil.