1. 3

67 11 5
                                    

Ecuación de Dirac

Parte 1: Pacto

III

No te enamores de alguien más

No te enamores de alguien más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

1 de agosto de 2018, Rusia.

Todoroki aterrizó en Ekaterimburgo a las seis de la tarde. Cruzar las puertas automáticas del aeropuerto le entregó una brisa fría que le envolvió el cuerpo y lo obligó a activar su lado izquierdo. Si bien entre Japón y Rusia no había cambio de estación, el verano en aquel lugar era mucho más frío que el de su país natal. Debía cuidarse, controlar la temperatura de su cuerpo no le garantizaba inmunidad a las enfermedades y no quería estropear la visita con una gripe.

En el taxi actualizó el reloj, se encontraba cuatro horas en el pasado. Se suponía que llegaría al día siguiente, por lo que nadie había ido a buscarlo al aeropuerto. Sería una sorpresa. Aunque a cada paso que daba y cada transporte público que cambiaba más se cuestionaba si había sido una buena idea. Bakugou Katsuki vivía bastante apartado de la zona turística y Todoroki no tenía idea de cómo llegar. Suerte para él existían las aplicaciones de orientación y personas amables que lo supieron guiar entre señas y palabras en un inglés muy básico. Era una suerte haber prestado atención en sus clases con Present Mic, de lo contrario habría estado en problemas, en medio de Rusia y solo.

Tras una hora, un taxi y dos autobuses, dio con el lugar. Frente al edificio pintado de colores terracota con relieve, siete pisos, se percató de algo importante: no sabía cuál era el piso ni el número del departamento. Se dio un golpe en la cara por su torpeza. Podría simplemente haberle dicho a Bakugou la verdadera fecha y así ahorrarse todo aquel lío. Pero esa sería la primera vez en la que se encontrarían fuera de Japón, después de cinco meses de haberlo prometido. Estaba nervioso y ansioso, y no quería arruinar nada. Se plantó delante de la placa metálica con los botones para llamar a cada apartamento, se preguntó si le molestaría a esa gente que él los llamara a todos en su búsqueda. Pero no llegó a responderse.

—Disculpa. No eres de por aquí, ¿verdad? ¿Buscas a alguien? —Una voz femenina le habló en un perfecto inglés desde atrás, se giró para verla, esbelta, morena, de pelo castaño oscuro y ojos miel, le sostenía una sonrisa brillante.

Todoroki asintió. —Bakugou Katsuki.

—Lo imaginé —se rio un poco—, aunque te advierto que no te conviene meterte con él, tiene un humor de perros. Está en el quinto piso, departamento cuatro. —Siguió su camino por la vereda, alejándose de él, hablando más alto a medida que avanzaba—. Ah, y dile que ahora me debe un favor. Soy Bela, por cierto.

Cinco meses distanciados, en países diferentes. Era claro que sus vidas habían cambiado, jóvenes adultos con trabajos y obligaciones. Todoroki también había conocido a muchas personas nuevas en Japón, pero algo le hizo temblar el corazón cuando vio a esa muchacha. ¿Por qué? No podía simplemente pedirle a Bakugou que no se enamorara de alguien más. Aunque le tentara mucho la idea.

Ecuación de DiracDonde viven las historias. Descúbrelo ahora