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Ecuación de Dirac

Parte 3: Enfrentar

VIII

Complicaciones personales

Complicaciones personales

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Julio de 2025, Japón.

Dejó las llaves en un viejo cenicero que nunca cumplió su verdadero propósito. ¿Era posible construirse a sí mismo después de haberse hundido en el pasado? Luego de esa noche en el departamento de Kirishima y Ashido sintió que la respuesta era no. Se sentía tan atrapado en la tristeza y el dolor que parecía que el tiempo nunca hubiese transcurrido. Esa conversación no había podido arreglar nada, solo le había hecho sentir que todo fue en vano. Solo eran dos estúpidos sin habilidades para comunicarse.

Nunca antes había visto una imagen tan frágil de Bakugou Katsuki. Lo había sorprendido tanto que hasta intentó besarlo. Y durante las dos semanas siguientes todo lo que pudo pensar era en eso. Cuántas cosas le habían hecho sentir esas caricias y lágrimas.

Se quitó los zapatos con pereza. Estaba mal querer besarlo.

Fuyumi lo recibió en la sala de estar, tenía en las manos una bandeja con platos y tazas vacías y sucias. El muchacho la siguió hasta la cocina y se apresuró a arremangarse para lavar los trastes, aunque su hermana se quejara e insistiera en que ella podía hacerlo.

—Hay algo que quiero preguntarte —le cortó Shoto para hacer que dejara el tema, y funcionó. Fuyumi lo miró con extrañeza e hizo silencio para invitarlo a continuar—. Tú... por casualidad... ¿hablaste con Bakugou Katsuki hace unos...?

Dudó. No sabía exactamente hace cuánto tiempo. Pero no tuvo necesidad de continuar, su hermana tomó las riendas de la conversación al instante, como si esas palabras le hubieran encendido algún interruptor en su memoria.

—¡Ay, sí! ¿Te lo dijo ya? ¡Qué bueno, yo paso por un estrés horrible cuando alguien me pide que oculte cosas! Hice mi mejor esfuerzo porque sé que la amistad que tienen entre ustedes es muy importante para ti, pero ¡tienen que ser más honestos! —El bicolor siguió su tarea con lentitud y sin prestar mucha atención a lo que hacía, la velocidad se le había ido al corazón—. ¿Por qué nunca le hablaste de la enfermedad de Padre? ¡Katsuki-kun se veía tan preocupado por ti! ¡Sho, te lo pido, confía más en tus amigos! Hasta me ofreció a mí su ayuda de lo intranquilo que lo dejó la noticia.

El bicolor pestañeó, tratando de entender. Al parecer todavía le faltaban piezas que encontrar.

—¿Sobre... Padre...? ¿Cuándo...?

—En el mercado hace unos meses... en... ¿mayo? —Fuyumi agrandó los ojos y juntó las manos como en una oración—. No te lo dijo, ¿verdad? Ay, ¡no le digas que te dije! Me pidió que no te dijera. ¡Y fue tan bueno ayudándome con las compras! ¡Perdón! ¿No me preguntabas sobre eso?

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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