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Ecuación de Dirac

Parte 3: Enfrentar

VI

La noche de la boda

14 de junio de 2025, Japón

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14 de junio de 2025, Japón.

Bakugou entregó los papeles a su jefe y salió de la agencia a paso apurado. Ya se había retrasado una hora. Llegó corriendo al departamento, donde Hana y la bruja de su madre estaban esperándolo. Ambas le reprocharon su falta de compromiso y lo apremiaron para que hiciera todo más rápido. Tal vez Katsuki nunca en su vida tuvo una ducha tan corta como esa.

Se vistió sin pensar en qué demonios se estaba poniendo, dio dos o tres bocados de algo que había quedado en un táper en la heladera, tomó las llaves de la casa y del auto y salió con las dos mujeres detrás. Tenía la billetera en el auto con algo de dinero y creía que sería suficiente por una noche. Hana llevaba su celular, un alivio, porque ya se lo estaba olvidando.

Primero dejó a su madre en la casa y después pasó por una despensa para comprar algunas verduras, estaba seguro de que en el lugar no tendrían ni una hoja de lechuga y él intentaba mantener una dieta sana. Para cuando llegó al departamento de sus amigos, los dos ya estaban vestidos de gala y, sorprendentemente, no lo regañaron por llegar hora y media tarde.

Bakugou podía explicarles toda la situación, que no pudo salir antes del trabajo por una emergencia, que había tenido una charla con Beat Jeanist sobre ser ayudante de los profesores de UA en un campamento en las vacaciones de verano y luego le pidieron que llene muchos formularios. Pero no hizo falta. Kirishima y Mina estaban muy contentos con sus vestuarios y la idea de tener una fiesta que no le dieron ni un solo problema.

Al contrario, le explicaron las cantidades de comida para el cachorro con toda la paz del mundo, las formas en que se desparasitaba, cuáles eran sus juguetes y qué programa de televisión miraba. Sí. El cachorro miraba un programa, y NO podía perdérselo o lloraría toda la noche.

"¿Estás de broma?" Bakugou quería burlarse y quejarse, pero se lo guardó.

Despidió a la pareja, que le dejaron un juego de llaves y los números telefónicos de emergencia y del encargado del edificio, como si Katsuki no estuviera capacitado para actuar en caso de un accidente doméstico. Eso ya le cambió un poco el humor, pero lo dejó pasar. No se sentía con ganas de discutir ahora que por fin veía a sus amigos alegres.

Mucho más tarde se dio cuenta que el número del encargado del edificio era para cerciorarse de que el perrito Kibou no quedara solo y el número de emergencias era por si terminaban explotando el edificio. Pero en esos momentos, Bakugou Katsuki estaba tranquilo y pasaba el rato ordenando y cocinando mientras Hana jugaba con el cachorro; todo iba tan bien que hasta se planteó la idea de tener una mascota que le hiciera compañía a su hija. Ni se le había cruzado por la cabeza que todo aquello simple y sencillamente era otra trampa.

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