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Ecuación de Dirac

Parte 1: Pacto

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Confesar

27 de julio de 2021, Túnez

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27 de julio de 2021, Túnez.

Shoto se señaló a sí mismo. Luego juntó las manos, palma con palma, y las separó en una línea recta. Llevó su mano derecha, estirada, al pecho y la movió hacia adelante. Con el dedo índice de la mano derecha se señaló un ojo y con la otra mano lo señaló a él.

Bakugou se mordió el labio sin poder evitarlo. No entendía, pero una sensación muy cálida lo envolvía. Sin pensarlo mucho, le acunó el rostro y lo besó. Shoto se rio, porque no lo había visto venir. Pero le siguió el beso.

Cuando abrieron los ojos, Katsuki cambió de posición. Se quedó a su lado, pero no lo miró.

—No sé qué significa —admitió. Y Shoto hizo un gesto de triunfo que a Bakugou le pinchó en el orgullo.

—Ya era hora de que estas cosas fueran al revés.

Se refería a que Katsuki siempre le hablaba en otros idiomas, con toda la intención de que Shoto nunca supiera con exactitud qué estaba diciendo. Ya lo tomaba como un mecanismo de defensa ante posibles vulnerabilidades. Siempre que pensaba en algo sentimental o tierno, lo hacía en otro idioma; porque reconocerlo en japonés era el doble de patético.

Y ahora estaba zampando un poco de su propia medicina. En días anteriores Shoto le había enseñado algunas sílabas, las necesarias para decir sus nombres en señas, pero frases completas era mucho más complejo de lo que aparentaba.

—Repítelo —lo dijo como una orden, y se acomodó con las piernas cruzadas sobre el colchón, quedando frente a frente. Estaba decidido. Shoto se rio, pero después comenzó las señas de nuevo. Se señaló a sí mismo—. Tú —dijo Bakugou, aclarando el significado obvio del movimiento, Shoto asintió, juntó sus palmas y las separó en línea recta—. Separado. —Todoroki negó, Bakugou gruñó—. Espacio. —Shoto volvió a negar, esta vez sin poder ocultar su risilla. Bakugou estaba de mal humor—. Grande.

El bicolor no pudo seguir, se echó hacia atrás y comenzó a vibrar del ataque de risa. Bakugou puso cara de pocos amigos y le insistió en que quería volver a ver las señas. Gateó hasta quedar sobre Shoto, con las piernas y los brazos a cada lado. Completamente serio.

—Tendrás que aprender el lenguaje para poder entender —dijo Shoto, imitando las palabras que siempre oía de parte de Bakugou en situaciones similares.

Claramente el bicolor estaba disfrutando el momento, aunque buscaba calmarse. Katsuki lo sabía, Shoto se esforzaba por ser correcto y prudente en su relación, pero le gustaba tener al rubio desorientado y pendiente de él, que era la única persona allí con el poder de guiarlo. Lo sabía porque a Katsuki también le gustaba, tenerlo a él atrapado y ser quien exclusivamente puede saciar su curiosidad.

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