Capítulo 3 |Celo

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|Desnudez y blandura de pieles sensibles, Susurros perdidos de almas entregadas, desnudo tu pecho en mi boca con su gula virginal, mientras el aire nos retoca junto a la luz de luna que está noche nos acompaña, olvidándonos ya de todo, estamos juntos en un nudo, en festiva dualidad.]

Al llegar a casa del menor todo estaba oscuro, con dificultado pudo prender las luces, le causaba gracia el comportamiento de Alastor, parecía un gatito buscando calor, estaba muy aferrado a él, tanto que sentía que en cualquier momento se vendría...

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Al llegar a casa del menor todo estaba oscuro, con dificultado pudo prender las luces, le causaba gracia el comportamiento de Alastor, parecía un gatito buscando calor, estaba muy aferrado a él, tanto que sentía que en cualquier momento se vendrían abajo, le resultaba algo extraño pues el nunca había estado tan cariñoso, seguía creyendo que era cosa del alcohol.

El alfa todavía era consciente de lo que hacía o decía pues aún que su instinto primitivo quería arrancar ese vestido que el rubio traía puesto para hacerlo suyo toda la noche, su lado razonable y el que amaba a Lucifer, no solo por un deseo, quería hacer las cosas bien o al menos no asustarlo, ni hacer algo que el no quiera, pues no sabía si lo que sentía era algo mutuo, el nunca usaría a su Lulu solo por un deseo carnal.

Ambos se encontraban sentados en el sofá, el omega había traído alcohol y algodón para limpiar las heridas que traía el moreno, este aún estaba avergonzado por la escena que había armado en la fiesta, por eso estaba con los ojos cerrados en un completo silencio para no protestar ni quejarse por el ardor que sentía cuando le pasaba el algodón húmedo.

-Esta vez si te pasaste Al. - Protestaba el menor, recorriendo suavemente las facciones del alfa, como si quisiera explorar cada una de ellas, amaba esas largas pestañas, su color de piel, esa cicatriz que tenia en su ceja, aun se sabía la historia graciosa de como se la hizo. , hasta que bajo a esos labios que deseaba pese a que estuvieran un poco rotos por la pelea, para el, la curva de su sonrisa era un verso libre. - Bien, ya estas, te traeré algunas sabanas para que duermas aquí.  

Antes que se parará, el mayor lo había vuelto a apresar con un abrazo para evitar que se aleje, el menor ya más confundido solo se digno a corresponder, creía que era una muestra de agradecimiento, hasta que se percato del aroma, un aroma a pino y jazmín, muy dulce pero muy fuerte, presentía de lo que se trataba pero no quería creer.

-Alastor estás bie- El mencionado había empujado frágilmente el cuerpo del menor, recostándolo en el sofá y este posicionándose encima. - ¿Al?

-Mi Lulu. - Empezó a repartir besos por su rostro, hasta llegar a su cuello y recostarse, hundiéndose, exhalando la esencia tan dulce del menor, este solo acariciaba sus cabellos castaños. - No quiero irme, quiero quedarme contigo.

-Estás pasado de copas, no sabes lo que dices. - El alfa despego su cabeza del cuello del menor para verlo a los ojos, era consciente de sus palabras, aunque su cuerpo pedía a gritos otra cosa, sus sentimientos seguían siendo los mismos.

-Quiero quedarme contigo- volvió a repetir, acariciando con una mano las mejillas del ser que se encontraba abajo. - Porqué te quiero.

Talvez fue por el calor del momento que el alfa anuncio sus sentimientos, esto causo un vuelco en el corazón de Lucifer, había soñado tanto esto y si, no sabía a qué se refería Alastor, si lo decía porque no quería que el durmiera en otro lado o porque no quería irse a trabaja lejos, no lo sabía y tenía miedo de preguntarle, pero en su interior creía creer que se refería a los segundo.

Mesa Para Dos | RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora