Capítulo 4 | Nosotros

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|Sentirlo.

Sentirlo todo.
Dejar que se quede.
Hacer que se vaya.

|Negarlo.

Negarlo todo.
Olvidar que existimos.
Recordar lo que fuimos.

Había pasado dos mes después de aquella noche, Lucifer no estaba arrepentido, pero le dolía ver que después de ese día Alastor no lo volvió a buscar y como ya el ciclo había acabado, tenía que esperar volver de sus vacaciones para entrar a su nuev...

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Había pasado dos mes después de aquella noche, Lucifer no estaba arrepentido, pero le dolía ver que después de ese día Alastor no lo volvió a buscar y como ya el ciclo había acabado, tenía que esperar volver de sus vacaciones para entrar a su nuevo ciclo, pero en el caso del alfa este ya no volvería a la universidad, ahora sus tardes iban a ser solitarias, esa mesa se iba convertir en una mesa para uno.

La intriga lo mataba y revisaba en repetidas ocasiones su última conexión en whatsapp, quería hablarle pero su orgullo aveces era más grande, por una parte se sentía usado, usado porque fue una herramienta para el desfogue del alfa, lo hizo suyo tantas veces el quiso hasta que su celo quedara completamente satisfecho, pero por otra parte sentía esos sentimientos tan reales, pues en cada caricia cada beso que le dio esa noche, Alastor le repetía lo mucho que lo amaba desde hace mucho tiempo.

Cada que recordaba eso el rubio sonreía como una adolescente enamorada, pero su felicidad no duraba mucho pues recordaba los planes del alfa, no se iba quedar en la ciudad mucho tiempo y ni siquiera le hablaba. No sabía si Alastor tenía las maletas hechas y ya estaba por irse o su desaparición se debía a algo más.

Así que decidió ir a verlo, pero primero pasaría a la casa de Angel a recoger su violín, desde la fiesta cuando el omega mayor desapareció no lo había vuelto a ver y como los tres llegaron al lugar juntos, había dejado su instrumento en el coche, iría a verlo primero a él, después se pasaría por la casa del alfa a ver si se encontraba bien o cuál era el motivo de su desaparición.
Ya estaba listo, eligió ropas sueltas para ir cómodo, pero de pronto ese dolor que sentía en el vientre ya desde hace pocos días le provocaban una sensación de asco, no lo entendía, ni siquiera había desayunado como para botar algo.

Bajo las escaleras llegando al comedor se encontró a su madre que estaba sacando cuentas en la mesa.

—Al fin bajas, si vas a salir come primero.

El omega solo asintió, para tomar asiento enfrente de su plato, quedando al frente de su madre, solo escuchaba como está se quejaba de que su padre no mandaba el suficiente dinero para solventar gastos, también hablaba mal de él diciendo que de seguro ya tenía otra familia, Lucifer solo la ignoraba su vista estaba fija en la comida, desde ayer por la noche que no había comido por los dolores que aún sentía en su estómago, pero la comida ni siquiera le causaba apetito.

Igual no podía estar sin comer, así que tomó su taza de manzanilla y se la llevó a los labios para sorber un poco, lo sentía amargó también y el olor a tostadas con mantequilla derretida le causó un revuelco en su estómago, soltó la taza al piso llevándose la mano a su boca.

Mesa Para Dos | RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora