Capítulo 13 | Entre mis brazos

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El día llegó y Lucifer ya se estaba arreglando frente a su tocador, mientras que su hija permanecía atenta a cada movimiento que hacía su madre, admirando su belleza.

—Mami a quien dijiste que iríamos a ver?. – Pregunto impaciente, ella ya estaba lista portando un hermoso vestido rojo y una diadema que parecía corona junto a su cabello trenzado.

—A un amigo mío...– Se apartó del espejo para después ponerse de cuclillas para hablarle a su hija a la cara. —Charlie.. ¿prometes portarte bien? Se que no te acostumbras rápidos con gente que no conoces, no quiero que hagas un berrinche como la ves que conociste a Husk.

La pequeña río al recordar la travesura que hizo en presencia de ese alfa. Paró de reír al ver la seriedad de su madre así que solo acercándose varias veces dando a entender que haría caso

Alzó su meñique en señal de promesa, cosa que el omega hizo la misma acción y ambos juntaron sus dedos, dejando un besito en ese agarré.

Lucifer se paró y le pidió su mano, reviso su celular y en el chat que tenía con Angel le dijo que ya le había avisado a Adam que supuestamente ellos saldrían, el omega sonrió débilmente esperando que las cosas hoy salieran bien.

Otra notificación le había llegado, era Alastor diciéndole que ya estaba afuera de su casa con la dirección que él le había mandado. El omega solo suspiro ya decidió bajar las escaleras de su casa con su hija de la mano, al tener la perilla en sus manos se lo replanteo varias veces, volteó a ver a su hija y está solo le sonreía, solo basto eso para que le dé fuerzas para abrir la puerta y encontrarse con él Alfa. Él cuando lo vio salir se acercó un poco y lo saludó con un beso en la mejilla. 

—Alastor... Mira ella es Charlie. – Presentó el omega

La niña soltó la mano de su madre para ocultarse detrás de las piernas de este. Se asustó un poco pues la persona a quién le estaban presentando era muy grande y alto, eso le dió un poco de miedo.

Alastor al ver eso se agachó para estar casi a la altura de la niña.

—Hola pequeña... Tu madre me ah contado mucho sobre tí. Me alegro por fin conocerte. – Estirando su mano como saludo, para que ella lo tomara quería brindarle confianza. 

—Hola señor... – La niña poco a poco fue volviendo a asomarse de su escondite improvisado. Tomando la mano del mayor para corresponsal al saludó, no quería ser grosera además ya había prometido portarse bien. 

—No suele ser muy sociable cuando recién conoce a alguien, dale un poco más de tiempo y verás que hablara hasta por los codos. – Hablo el omega entrando a la conversación.

El alfa volvió a pararse y asintió a lo dicho.

—Bueno... ¿dónde quieren ir? 

-¡Oh! ¿¡Podemos ir por halado!? – Alzó la voz la niña y ambos adultos le prestaron atención sorprendidos. —Por favor...

—¿Lo ves? Que te dije.

Alastor solo río entendiendo, aceptó la idea de la niña y los tres se dirigieron al auto del mayor para buscar una heladería.


🍎🎙️


Al llegar y pedir, ambos adultos entablaron una conversación agradable, la niña seguía comiendo su helado algo callada ya que no entendía mucho de lo que hablaban.

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—Si, aún recuerdo cuando dijiste que querías construir una casa en el bosque, con un bello jardín, vivir de la cacería y que.... – Rio escandalosamente haciendo avergonzar a Alastor. —Que irías a la universidad y robarías aquella mesa donde siempre nos sentábamos a tomar el té, para ponerlo en nuestra casa a fuera en el jardín.

Mesa Para Dos | RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora