Capítulo 12 | Aceptación

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|Nos encontramos delante de un espejo fracturado,
donde cada fragmento refleja un matiz de culpa.
La nuestra, la mía  y la tuya, entrelazadas en una danza de errores
que hemos bailado juntos, sin quererlo, sin saberlo

La nuestra, la mía  y la tuya, entrelazadas en una danza de erroresque hemos bailado juntos, sin quererlo, sin saberlo

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—Y y como te fue en la escuela mami.- Preguntaba la niña mientras se aferraba más al cuerpo de su madre, iba sentada en su regazo ambos en el asiento del copiloto mientras el alfa conducía.

—Bien mi amor y no es escuela, es la universidad tú irás ahí cuando seas grande. – Hundió su rostro en el cuello de la menor repartiéndole besos sonoros y con ello le causaba cosquillas

Lucifer no se encontraba en su mejor momento pero escuchar a su hija reír calmaba su corazón y su mente que ahora era un lío. Cuánto paro de hacerle cosquillas se despegó de ella y miro de reojo a su esposo quién desde que vino a recogerlo no había emitido ninguna palabra, no quiso decir nada estaba avergonzado pues no sabía cuánto tiempo Adam había estado detrás de él escuchando la discusión que tuvo con Alastor.

Al volver la mirada con su hija ella lo estaba viendo con esos grandes ojos marrones como si Charlie estuviera admirando lo lindo que era su madre.
Esto le causó ternura a Lucifer.

—Mami... Quién era ese señor... Era malo? Le gritabas muy muy fuete. – La pequeña esperaba paciente una respuesta y ahí el omega se dio cuenta que si, al menos ellos dos habían escuchado algo de esa discusión.

—Yo también quiero saber eso. – Después de tanto el alfa al fin había hablado, justo habían llegado y estacionó el auto afuera de su casa.

—Él..... Él solo es un amigo mi niña y no no es malo. – Ignoró al alfa y solo le dio esa respuesta a su hija, quien asintió entendiendo. A ella tampoco le parecía mala persona así que le alegro escuchar esa respuesta.

Lucifer bajo del auto cargado a la niña mientras seguían conversando ambos estaban en su mundo. Por otro lado el alfa no estaba convencido con esa respuesta, al abrir la puerta todos entraron y cuando estaban en la sala el alfa se puso delante de los dos rubios.

—Llévala a su cuarto, tú y yo vamos a hablar. – A quién le dirigía esas palabras solo asintió y se la llevó cargada.  

Una vez en el cuarto de la niña el omega la arropó en su cama, mientras acariciaba sus cabellos y mejillas, acomodo los peluches favoritos de ella al lado para después dejarle un beso en la frente.

—Que descanses mi amor. – Estaba apunto de levantarse pero sintió dos pequeñas manos apresar una de las suyas.

—Adam está molesto de nuevo? – Parecía que iba llorar estaba asustada, no quería escuchar otra vez más gritos  —No me gusta que peleen.

—No mi luz... Solo vamos a conversar si, tu tranquila. – Ella solo asintió confiando en su madre.

Lucifer volvió a encunar un beso en su frente y se encaminó afuera apagando la luz y bajando las escalera, Adam seguía en la sala esperándolo, una vez lo vió bajar se paró de su asiento. Su semblante era serio, el rubio ya sabía a qué se debía así que solo esperaba paciente a lo que fuera que quisiera hablar.

Mesa Para Dos | RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora