Minjeong
Estaba echada en la alfombra de su habitación, su mente era un desastre al estar llena de pensamientos y emociones. Habían pasado un par de días desde la tensa conversación con Karina, y aunque había intentado concentrarse en otras cosas, sus pensamientos siempre volvían a ella.
Minjeong extrañaba mucho a Karina. Estaba acostumbrada a verla todos los días, a compartir conversaciones y momentos de silencio que solo ellas dos entendían. Esas casi dos semanas alejada de ella la estaban matando, y no entendía en qué momento Karina se había vuelto una necesidad en su vida. Sin embargo, ahora que estaban separadas, sentía su ausencia como un peso constante en su pecho.
Cada rincón de su habitación le recordaba a Karina. La foto de ambas en su escritorio, los mensajes de texto guardados en su teléfono, incluso el aroma del perfume que aún impregnaba su almohada. Todo le hacía sentir como si una parte de ella estuviera incompleta.
Decidida a distraerse, Minjeong abrió Instagram y comenzó a deslizarse por las historias de sus amigos. Cuando llegó a las historias de Ningning, una serie de fotos y videos de su viaje a la playa Kominato captaron su atención. La luz del sol, el mar azul y las risas de sus amigas parecían una escena de ensueño, algo lejano y casi irreal para ella en ese momento.
De repente, un video llamó su atención. En él, Karina aparecía levantando lo que parecía ser un mojito en una mano y un cigarrillo en la otra, riendo con una expresión de felicidad despreocupada que Minjeong no había visto en mucho tiempo.
El corazón de Minjeong se contrajo al ver la escena. Aunque sabía que ambas necesitaban tiempo y espacio para sanar, no podía evitar sentir una punzada de celos y tristeza al verla tan feliz sin ella. ¿Era posible que Karina estuviera mejor sin ella?
Minjeong se mordió el labio, luchando contra las lágrimas que amenazaban con brotar. Su mente se llenó de preguntas. ¿Qué significaba realmente esa imagen? ¿Karina estaba mejor sin ella, o simplemente estaba tratando de escapar de su dolor de la única manera que sabía?
Minjeong tiró su celular a un costado al escuchar un golpeteo en su puerta. Sin moverse de la alfombra, levantó la voz para dar el pase.
—Adelante.
La puerta se abrió lentamente y apareció su madre, Taeyeon, con una expresión de preocupación al ver el estado de su hija. Minjeong apenas levantó la cabeza para mirarla, su tristeza evidente.
—Minjeong, cariño, la comida está lista—habló— ¿Qué pasa? —preguntó Taeyeon mientras se acercaba y se sentaba junto a su hija en la alfombra.
Minjeong se mordió el labio, intentando contener las lágrimas que amenazaban con brotar de nuevo. Tomó una respiración profunda antes de responder.
—Es Karina, mamá. Hemos tenido una discusión muy fuerte el día que vino a casa a llevarse más cosas y no sé si podamos arreglar las cosas.
Taeyeon frunció el ceño, tomando la mano de Minjeong entre las suyas.
—Cuéntame qué pasó, hija. Estoy aquí para escucharte.
Minjeong suspiró, sintiendo el consuelo de la presencia de su madre. Poco a poco, comenzó a relatar lo sucedido: la pelea con Karina, la discusión que había tenido ella misma con su padre, y cómo todo había culminado en una separación.
Taeyeon la escuchó atentamente, asintiendo de vez en cuando y ofreciendo palabras de apoyo cuando era necesario. Cuando Minjeong terminó de hablar, su madre la abrazó con fuerza, permitiéndole derramar las lágrimas que había estado conteniendo.
—Siento que todo se está desmoronando, mamá. Ver a Karina tan feliz en esas historias, como si nada le importara... no puedo evitar sentirme mal—confesó Minjeong.
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La chica del avión
RomanceKarina, de 20 años, y Minjeong, de 18 años, se encuentran por casualidad en un avión y sienten una conexión instantánea. Comparten risas y anécdotas durante el vuelo, pero se separan al aterrizar. Sin embargo, el destino las vuelve a reunir más adel...