Capítulo 14 - Cuatro paredes

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Minjeong

Minjeong y su madre nunca habían tenido una relación que otras madres o hijas envidiarían. El primer contacto que había tenido Minjeong al nacer había sido con su padre, él la había criado mientras que su madre terminaba de estudiar su carrera universitaria. Taeyeon había tenido a Minjeong de muy joven por lo que había sido más un obstáculo para la mujer que un regalo. El tener a Minjeong a los veintiún años había ocasionado que sus responsabilidades académicas se vieran afectadas y Taeyeon por poco perdiera la beca que tenía. 

En cambio para Minho, el nacimiento de Minjeong había sido como un regalo. Minho había tenido veintiséis años cuando su primera hija nació, a él solo le faltaba terminar su tésis y sería libre de cualquier peso universitario, por lo que le fue más sencillo cuidar de Minjeong. Para Minho el tener a Minjeong representó una nueva etapa emocionante y significativa en su vida, nunca lo vio como una complicación. 

Cabe recalcar que la situación económica y familiar en ambos era totalmente distinta, mientras que Taeyeon tenía una beca para estudiar y no se llevaba muy bien con sus padres, Minho no tenía la necesidad de tener una beca por la muy buena situación económica que tenía su familia. Kim Minho, proveniente de una familia codiciada llena de abogados, nunca tuvo ningún tipo de dificultad en ese aspecto y tampoco la tuvo al momento de tener que conseguir un buen trabajo al terminar la universidad. 

En la familia de Minho tanto como en la de Taeyeon abundaba la estricta disciplina, y la falta de expresiones de cariño era muy evidente. En ambos casos, sus padres siempre hablaban sobre la importancia del cumplimiento de las expectativas, así como de la obediencia. Sin embargo, con la llegada de Minjeong, esta dinámica cambió. La presencia de la pequeña en ambas familias había suavizado la rigidez que las caracterizaba e hizo que exista un ambiente más cálido y amoroso. 

De igual forma, Minjeong se sentía mucho más cercana a su padre que a su madre, se quería creer que era por la falta de tiempo de calidad de ambas y debido a que su hermana pequeña, Chaehyun, era quien recibía toda la atención de Taeyeon. En cambio Minho siempre trataba de turnarse con ambas. La preferencia de Taeyeon por su hija menor se debía a que la había tenido a una edad dónde si había deseado tener a un bebé.

Por esta misma razón, cuando Minjeong tenía la necesidad de hablar con alguno de sus padres, lo hacía con Minho y Taeyeon siempre era la última en enterarse. La historia se había repetido esta vez con lo sucedido entre Minjeong y Jaehyun, era una situación que se escapaba de las manos de la pelirroja y no sabía que más hacer para dejar de sentirse de la manera en la que lo hacía.

Minjeong llevaba dos días enteros encerrada en su habitación sin tener contacto visual con nadie, solo aceptaba comida que Chaehyun le dejaba en la puerta. No tenía la cabeza y la energía para conversar con sus padres, su hermana o incluso con Karina sobre lo sucedido. La sensación de haber sido tratada de esa manera por alguien en quien confiaba profundamente la llenaba de un enojo y una tristeza profunda. Minjeong se preguntaba una y otra vez cómo había llegado a permitir que la situación llegara tan lejos, se culpaba a sí misma.

El estar aislada en su habitación se había convertido en su único refugio de lo que sucedía más allá de esas cuatro paredes, era un lugar donde podía esconderse de las miradas de juicio y las preguntas incómodas de toda su familia y amigos. En su habitación, Minjeong encontraba una especie de consuelo que solo era por el momento, aunque también llegaba a sentirse como si estuviese encerrada en una jaula invisible que ella misma había creado.

La chica del aviónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora