Karina
Cuando finalmente se separaron un poco, Karina miró a Minjeong con una sonrisa traviesa —¿Regresamos a la casa?
Minjeong asintió sin dejar de sonreír —Regresemos a la casa.
Karina tomó la mano de Minjeong para guiarla hacia la salida. Luego de conseguir las llaves de una de las camionetas, comenzaron a abrirse paso entre la multitud. En el camino, Karina chocó con una chica de cabello negro de su misma estatura.
—Lo siento —dijo rápidamente, apretando la mano de Minjeong un poco más fuerte.
La chica se volteó con el ceño fruncido, pero su expresión cambió al instante al ver a Karina y la mencionada sintió como metafóricamente un vaso con agua helada le caía encima.
—¿Karina? —preguntó la chica de ojos azules y Karina se había perdido nuevamente en ellos.
—¿Nicole? — Karina había dejado de tomar la mano de Minjeong al mencionar a Nicole.
Habían pasado dos años desde la última vez que habían hablado y al verla frente a ella solo la hizo recordar el pasado. Su cabeza viajó a la última vez que ella y Nicole habían hablaron.
— Necesito salir de aquí— dijo Nicole mientras que se colocaba una mano en el pecho por la ansiedad— Lo siento.
Karina vio cómo la ansiedad se apoderaba de Nicole, sintiendo su propio corazón romperse aún más al ver el dolor en los ojos de la persona que amaba.
—Nicole, por favor, espera —rogó Karina, acercándose y tomando suavemente la mano de Nicole—No quiero que te vayas así.
Nicole sacudió la cabeza, luchando contra las lágrimas mientras se apartaba.
—No puedo, Karina. Necesito espacio para procesar todo esto. No puedo quedarme aquí sabiendo que me estás dejando por algo que tu padre quiere.
—No te estoy dejando porque quiera, Nicole. Esto es lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida —dijo Karina, la desesperación evidente en su voz—Pero si no hago esto, no podré seguir mis sueños ni arreglar las cosas con mi familia.
Nicole respiró hondo, intentando calmar su ansiedad, pero la herida en su corazón era profunda.
—Lo sé, Karina. Entiendo por qué lo haces, pero eso no lo hace menos doloroso para mí —respondió, su voz temblando—Necesito tiempo para asimilar esto.
Karina asintió, aunque cada fibra de su ser quería detener a Nicole, abrazarla y nunca dejarla ir.
—Lo entiendo, Nicole. Tómate el tiempo que necesites. Solo quiero que sepas que te amo y siempre te amaré.
Nicole asintió lentamente, tratando de encontrar fuerzas en medio de su tristeza.
—Yo también te amo, Karina. Pero necesito irme ahora.
Karina la vio salir de la habitación, sintiéndose vacía y rota. Sabía que había tomado la decisión correcta para su futuro, pero había perdido algo increíblemente valioso en el proceso.
Nicole se fue sin mirar atrás, y Karina se quedó sola en su habitación, sintiendo el peso de su decisión. Aunque había prometido luchar por sus sueños, sabía que el camino por delante sería difícil sin Nicole a su lado. Pero también sabía que tenía que mantenerse fuerte y seguir adelante, con la esperanza de que había tomado la decisión correcta.
Karina se quedó paralizada, su mente inundada de recuerdos y emociones. Sintió unos toques en el hombro y volteó, había olvidado que Minjeong estaba detrás suyo.
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La chica del avión
RomansaKarina, de 20 años, y Minjeong, de 18 años, se encuentran por casualidad en un avión y sienten una conexión instantánea. Comparten risas y anécdotas durante el vuelo, pero se separan al aterrizar. Sin embargo, el destino las vuelve a reunir más adel...