Ángel Caído || Hazbin Hotel x Male Reader

7. Descendiente

Cinco meses.

Es el tiempo suficiente para tratar con todos en el cielo y por fin ser parte de ellos y no ser el "rarito". Bueno, ser comparado con Adán tampoco es lo mejor.

Adán, a pesar de la traición de Eva, tuvo muchos hijos estando en vida logrando así crear muchos descendientes los cuales se dividen desde los pecadores, ganadores y ángeles como tú.

Bueno, el único.

Es una simple lógica. Según la historia de Emily, tu madre tenía una apariencia más humana y muy bella pero dado a tus nulas capacidades de ángel (exceptuando la sangre dorada) eras mas humano que ángel.

— Es una tontería— te quejas con Vaggie mientras agarras espagueti con un tenedor de manera frustrada—. Ahora sé que mi madre era una ángel. ¡¿Pero que pasa después?! ¡¿Cómo murió?! ¡¿Quién es mi padre?!

Golpeas la mesa mostrando así los dientes afilados amarillos de tu máscara.

— Oye, tranquilízate, has pasado meses con esas cuestiones en tu cabeza. Al final acabarás destrozado por tanto estrés.

Tus dientes amarillos desaparecen dejando solamente tus dientes normales. Suspiras mientras usas tus dedos para acariciar tu frente.

— Sé que es difícil pero, literalmente, tienes una eternidad para saberlo.

— Simplemente no confío en…

Haces una pausa tratando de no mencionar su nombre. Vaggie toma un respiro profundo cuando entiende el silencio que tomaste.

Ella toma un poco de su bebida.

Tú miras hacia un lado notando que unas ganadoras te estaban viendo, ellas notaron tu mirada ganando así un intenso brillo rojo en sus mejillas. Rápidamente se escondieron con las cartas de menú que tenían en mano.

Vaggie pudo verlo.

— Veo que has tenido fama últimamente, ¿No?

— Soy la mano derecha del Arcángel Miguel. Supongo que es eso— Vaggie asiente sabiendo que es única explicación lógica.

Después alza una ceja.

— ¿Por qué sigues con nosotras?

Alzas los hombros mientras comes las costillas. Aún no lo entiendes pero no importa, has aprendido que seguir órdenes es lo que se debe hacer en el cielo.

— ¿Él es igual a Adán?

Escuchas a unos ganadores hablar.

— Si, solo que más guapo y joven. Aunque ese cabello hecho un desastre los vuelve iguales. Y parece que ha gozado de los privilegios.

Vaggie te mira notando que tú barba comenzaba a salir y tú rostro ahora demostraba desinterés e incluso las ojeras que Adán igualmente tenía.

Pero tampoco te juzga. Con lo poco que sabe de ti, reconoce que fuiste un chico con ocupaciones cuando estabas en vida sobretodo por el trabajo y escuela. Y ahora tienes el privilegio de holgazanear sin problemas.

Lo aprovechas al máximo.

— Ah si, supongo que es eso— comentas antes de morder un pedazo de pizza—. Pero sigo haciendo ejercicio. Es lo importante.

— Solo…no te vuelvas un imbécil.

— No te preocupes— miras a Vaggie dibujando una sonrisa—. Aunque, si, tendré que dormir más y tendré que quitarme estos pelos de la cara. Me hace ver viejo.

— ¿Y tú cabello?

— No.

Vaggie y tú vuelan en el cielo camino a su próximo destino.