17 : Sin sentidos.

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Como lo espero, luego de un corto lapso de tiempo, las explicaciones y disculpas no tardaron en llover. Resulta que su situación actual se debía a nada más que un trato hecho al azar por parte de Daniell's y Guss, y aunque aquello fue una cosa, que sinceramente le pareció más una mentirá, realmente no quiso detenerse a analizar la verdad detrás de la misma. A pesar de que aquello le parecía algo sin demasiado sentido, se encontraban allí gracias a las especulaciones y desvariaciones de afuera. Ya que, estaba seguro que la marca de su sangre en el piso, el sonido estructural del disparo y los llamados de emergencia, traía a la mayoría vuelta un mar de inseguridades. No negaba que de igual forma no se preocuparan por su estado, más bien estaba seguro de que se encontraba en la parte más lejana de la mansión por lo mismo, aun así no podía negar que, seguramente las personas también se encontraban asustadas por su propia seguridad. Después de todo, ellos era lo único mas importante que el, para si mismos.

Gracias a eso, luego de toda aquella explicación, rápidamente tuvo que disculparse para seguidamente salir despavorido de aquella acogedora pero fría estancia. Gracias a ello, justo ahora se encontraba casi perdido en medio de altos ventanales y pasillos sin aparente fin, y aunque no fue en específico lo que deseo hacer u siquiera saber en aquel momento, se encontró a si mismo dando vueltas sobre el mismo lugar, demostrando que para aquel momento se encontraba mucho más que pedido.

No era lo que quería hacer, aun así sus acciones le traían mas que avergonzado, por sobre todo al saber que sin siquiera defenderse casi había podido morir desangrado, más a pesar de su vergüenza, como normalmente se veía obligado a hacer, tomo con naturalidad fingida, ante los diversos pares de ojos que pudieran llegarle a observar, el comienzo de lo que parecía sería el fin de su tiempo en aquel lugar.

En teoría conocía muy bien a aquella persona, como para saber que, si había mandado a Ian para mantenerles vigilados, su vida ya corría peligro. Conocía su objetivo final, lo hacía, después de todo aquella mujer era casi su copia. Había crecido junto a ella, sin problema sabía reconocer los planes de ella. Todo por que la conocía, lo hacía tan bien que hasta le resultaba un poco mas doloroso de lo normal saber que ella quería deshacerse de él a toda costa. Por que aunque en muchos aspectos se parecían demasiado, no compartían el mismo nivel de cobardía u locura. Y aquello era algo que, finalmente después de tanto tiempo era lo único que no terminaba de llegar a entender.

Para ser realista, no entendía muchas cosas con respecto a lo que hacía ella, aun así, si debía alejarse para mantenerla a salvo lo haría. No se dejaría llevar por tonterías sin sentido solo para mantener su orgullo, él no era su hermana, por que sí, llegaba a entender fácilmente que en cuanto las cosas terminaran de calmarse debía irse tanto de aquella sala como del pueblo en si. Todo por que sabia mejor que nadie que debía alejarse si quería que ella siguiera con vida. Por que, sinceramente sabía que si ella llegara a hacerle algo que pudiera dañarle, tendría que defenderse y no quería tener que hacerle daño, por que aquello le dolería más que nada. Estaba dolorosamente asustado de su pensar, más aun así, mientras su mente se debatía continuamente en cuando sería el momento correcto para retirarse de la partida y perder de vista a su hermana, sí o sí se obligaba a mantener externamente la calma.

A pesar de ello, había llegado a un punto sin retorno, en el que su cuerpo se movía inquietamente de un lado a otro. En aquel largo pasillo bastante lejano a los demás, se replanteaba repleto de dudas el por que había decidido alejarse de los demás  para «asimilar un poco mejor la situación ». Diablos, que tonto se sentía en aquel momento, su pecho ardía fuertemente mientras sus pulmones le cerraban el paso al aire, y aun así patéticamente de todas formas su mente se encontraba ferozmente comprometida a entender por completo el momento. Eso, y la desesperación hacían que sus ojos viajaran de un lado a otro sin verdadera intención, por lo mismo, sin problema pudo darse cuenta de la presencia silenciosa que le acompañaba al otro lado del pasillo. No saber quien era le asustaba, el mundo le asustaba.

Y es que, aunque Guss le asegurara que realmente no había dado mucho a cambio de aquella ayuda, la ausencia de Daniell's por la casa y el hecho de que solo ellos estuvieran allí le traía de los nervios. Se sentía varado en medio de nada, no encontraba un punto medio para terminar de entender, ni si quiera aun podía asimilar del todo lo del disparo, no podía darse el lujo de aguantar sonriente el hecho de tener que ver directo a los ojos a aquella chica que les había logrado hacer tanto daño en el pasado.

Al verla, no podía evitar recordar la locura que tuvo que cometer para tener un rato más a Guss consigo. No podía evitar viajar a el pasado y quedarse ausente con en ese trillón de posibilidades alternas en donde nada malo ocurría en aquel momento, lo doloroso era que, aquellas eran situaciones que podían ser reales, de no ser por Ian. Lo malo era que, las situaciones solo existían en su cabeza, por muy reales que las quisiera volver, las cosas no cambiarían. En donde todo transcurría con sentido actual, en donde aun se podían solucionar las cosas era en el ahora, y para su dolorosa falsedad, el ahora seguía ocurriendo concretamente en el mundo real. Debía seguir allí.

Más, aunque lo intentara no podía respirar demasiado bien, su cuerpo temblaba descontrolado y el mundo daba vueltas bajo su eje. No le agradaba considerar el hecho, pero como buen « come libros » prospero a estudiar medicina, podía asegurar que para aquel momento estaba teniendo un severo ataque de pánico a mitad del pasillo. Aquel hecho solo pudo darle más razones para no querer ser dueño de su cuerpo en aquel lugar. No lo mencionaba a menudo, pero casi seguido llegaba a odiar ser quien era. A veces solo llegaba a odiar lo que veía a través del espejo, odiaba darse cuenta de lo que ser Terry Ander'ns le había convertido convertido con el paso del tiempo, odiaba estar sólo.

Aun así, en aquel momento de asfixiante desesperación, se encontraba sólo en medio de un desolado pasillo sin poder evitar preguntarse: ¿que ocurriría cuando se desmayara? ¿acaso moriría gracias a la caída? ¿la persona escondida tras el otro pasillo le ayudaría? Temía estar deseando internamente que se tratara de Guss. Es que, sentía que de alguna forma algo a su alrededor había cambiado sin que siquiera pudiera darse cuenta. Estaba más que aterrado de si mismo. Era un hecho lamentable el que, a pesar de representar todo lo que representaba seguía siendo humano, un ser lleno de debilidades y puntos débiles más que vulnerable al miedo. Debía admitir que aveces odiaba ser tan débil.

Lo odiaba tanto, que para el momento en el que su el equilibrio y su sentido de la orientación dejaron de funcionar e unos cabellos rojos rápidamente se acercaron, desde un lugar escondido entre sombras, para sostenerlo y evitar su caída, sencillamente se dejo hacer, aun con miles de cosas en mente, para su desagrado dejo nuevamente su seguridad a cargo del destino, más específicamente a cargo de la persona que bajo su punto de vista, solo había logrado arruinarle la vida. No pudo evitar odiar ser tan humano en aquel pasillo casi desértico.

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