Una imagen perfecta de sí se refleja en todas partes, las cosas malas parecen caer en un pozo sin fondo en donde nadie recuerda, las cosas buenas y la perfección parecen ser lo único que le representa, más es consciente de que no es del todo hací. El recuerdo de aquella vez, su desesperación, la presencia de Guss frente a él es el claro recuerdo de sus problemas. De su « humanidad ».
Años atrás, alejado de el pequeño pueblo que era Clydens, en medió de las desoladas calles de un ciudad lejana; vestido con ropas oscuras y un par de guantes vistiendo sus manos, bajó el abrazador frío de invierno, escondido de la amarillenta luz dada por las farola dentro de un desolado callejón, se encontraba un él; como siempre en aquel tiempo, muy fuera de sí mismo en busca de su normalidad. En busca del chico de ojos verdes y cabellos oscuros sentado como conductor en un elegante auto de fuga.
No le gustaba pensar en ello, pero era consciente de necesitar normalidad, de requerir la perfección y el control sobre el y su entorno para estar tranquilo. El movimiento de las manijas de su costoso reloj de mano y el ruido exterior de los autos en la lejanía se escuchaba como eco a través de las altas paredes mohosas, y no le dejaban respirar tranquilo. Gracias a la lluvia y el frío intenso de aquel momento su figura se ocultaba fácilmente del joven adulto dentro del auto no muy lejos de él.
Constantemente se repetía como mantra un: «No estoy loco » « Esto esta bien » « Yo necesito...» Para poder darse valentía suficiente para seguir con su plan. El tan solo tenerlo de frente ahora, luego de haber hecho aquello en el pasado le revolvía su imagen de perfección, necesitaba aquel reflejo, necesitaba sentir que todo estaba bajo control. Más tal vez era tarden para aquello del control, lamentablemente para él, luego de aquel encuentro con Ian en la biblioteca su normalidad se había ido en picada. Nuevamente sus padres estaban esperándolo, se sentía a nada de explotar de la incertidumbre, su acompañante no lo sabía, pero la traición era algo que se pagaba caro y ya no quería estar allí. No quería ser él, deseaba con fuerzas ser alguien más.
El mundo era cruel, no podía decir que no lo merecía porque era consciente de lo que había hecho para llegar allí, pero ¿era acaso justo? No le entendía en aquel momento, ¿en serio era culpa suya sentir lo que sentía? Nadie parecía comprenderlo, Guss solo estaba allí porque así debía ser, Daniell's no estaba, y sus padres le esperaban del otro lado. ¿Ya lo sabían? Sus suaves manos frías resbalaban entre su espalda, aquel chico buscaba darle calma, si tan solo supiera el que y como de los hechos que le habían obligado a reencontrarse. Sí, al parecer era culpa suya, puede que sí lo mereciera.
— Estarás bien Terry. — Asintió serio. No lo creía posible, reconocía la veracidad de sus actos, sabía que estos traerían fatales consecuencias en algún punto. Tal vez ese punto ya se estaba haciendo presente. — Lo digo enserio, técnicamente eres « inocente » — ¿Inocente? Su dios estaría decepcionado de él. Pero, sí su espejo se fragmentaba, ¿que pasaría con ellos? Necesitaba aquella verdad. Aquella verdad que realmente era mentira. Pero, ¿por qué?.
Brisas acompañaban sus inspiraciones, a su lado, el ruido de disparos a la lejanía le acompañaba. Esperaba paciente el segundo perfecto que le facilitara la ejecución de su siguiente accionar. Mantenía su mirada fija en como el cigarrillo encendido cerca de los labios de su objetivo se consumía lentamente. « Era su culpa, jamás debió escaparse con ella. Se lo merecía, debía volver y recibir de brazos abiertos el castigo ».
— Ya puedes entrar. Tienes mucho que explicar, Tom'ynson retirate. — La imponente figura de su padre le espero impaciente en el marco de la puerta.
Tragó grueso, Guss solo hizo aún lado su actitud preocupada y sus caricias en su espalda e simplemente se levanto del sofá para retirarse con un asentimiento. El miedo a la verdad corriendo por sus hasta alterar el ritmo de su respiración. A paso falsamente tranquilo paso aún lado del hombre que le había otorgado todo, aquel hombre que a pesar de conocer, no lograba entender el por qué de sus acciones. Le temía, le temía porque no le entendía. Odiaba sentirse sin control.
Dentro de la habitación su madre se encontraba sentada cómodamente en uno de los puestos frente al escritorio. Recordaba haber entrado allí en la niñez, claro además de aquella vez en donde había sido lo suficientemente inteligente como para dejar mal a su hermana y salvar su pellejo. A ojos de la única mujer en aquel despacho, su hijo lucía firme y dispuesto a enfrentarlo todo, con una mirada que te invitaba a hacerte creer,no era culpa suya; a ojos de su padre, su pequeño hijo se salía de control a pesar de todo su esfuerzo por cumplir su promesa, la culpa siendo su mayor empuje. La verdad aún haciendo eco en su mente, temía de su propio hijo. Pero eso no expresaba su actitud, su mirada sería en él la inspiraba desagrado, Terry sentía repentinamente como la idea de su burbuja se explotaba con cada segundo que pasaba, no había más nada que decir que un:
— Lo siento pap— El golpe seco en su rostro acalló sus disculpas.
La señora Ander'ns apretó los labios y observo a otro lado compartiendo miradas con la otra persona sentada en una esquina desolada. Anne Ander'ns sonrió divertida ante la clara gravedad del asunto, Terry solo guardo silencio y observo al suelo, sus ojos de tonos disparejos perdidos en los zapatos de marca que aquel día lucía su padre.
— No te disculpes, haré lo que crea necesario para que esto no vuelva a ocurrir. — Se negaba a escupir sangre sobre el suelo, conjunto a su curiosidad, las trago en seco observando fijo a la persona detrás del golpe. — Solo quisiera preguntar, ¿Que quiere decir esto mocoso? — Un par de hojas blancas manchadas con tinta en forma de letras cursivas heló su piel, no había sido Ian.
Observo completamente el cuarto y se topo con quién menos esperaba, Anne. Con un MP3 y un par de audífonos alambrados que seguramente llenaban de ruido su mundo ante la expectante mirada que le regalaba su hermano la chica de ojos tan parecidos a los suyos le sonreía maliciosa a través de la falsa lástima y miedo en sus ojos. Las luces de tono blanquecino haciendo todavía más claro su parentesco, « ¿Qué hace aquí? ».
— ¡Maditasea! ¡RESPONDE! — Y el temblor en su tono fue inevitable, la verdad había sido resaltada desde el mundo real a través del reflejo perfecto que era Terry Ander'ns para el resto.
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Para ser alguien más.
Misterio / SuspensoTodos cometemos pecados. El de Guss curiosamente había sido entregarlo todo por mera avaricia. Para muchos todo se definía en un asesinato cruel y despiadado, en el arrebato de la vida a un inocente. Por el contrario él solo había dejado en liberta...