El sol de la mañana entraba tímidamente por la ventana de la habitación de Rei, despertándola de un sueño profundo. Se desperezó lentamente, disfrutando de la sensación de descanso y paz que sentía. Era fin de semana, un día para relajarse y dejarse llevar por sus pensamientos. Naturalmente, su mente se dirigió hacia T/N, el chico que había vuelto a su vida y había transformado sus días con su sola presencia.El fin de semana pasó más rápido de lo que esperaba, lleno de momentos de reflexión y pequeños encuentros con T/N. Cada interacción con él la llenaba de una alegría renovada y una esperanza que no había sentido en mucho tiempo. Pero, como todos los buenos momentos, el descanso llegó a su fin, y pronto se encontró de vuelta en la rutina escolar.
Era una mañana de gimnasia, y los estudiantes se preparaban para las actividades físicas programadas. T/N, con su energía inagotable, trotaba alrededor del campo, destacándose entre sus compañeros que ya mostraban signos de cansancio. Parecía incansable, su figura albina moviéndose con gracia y determinación. Aunque muchas de las chicas en la clase no podían apartar los ojos de él, T/N estaba concentrado en su propio ritmo, ajeno a las miradas admiradoras que recibía.
Mientras tanto, Rei y las otras chicas se dirigieron a la piscina para su clase de natación. El agua fría contrastaba con el calor del sol, creando una sensación refrescante que ayudaba a despejar la mente. Los chicos que no participaban en la natación descansaban cerca, algunos observando a las chicas mientras se zambullían y nadaban.
Rei, sin embargo, estaba perdida en sus pensamientos, recordando las palabras de aliento y las sonrisas que T/N le había dedicado durante el fin de semana. Su presencia le daba una nueva motivación, un deseo de superarse y de disfrutar de cada momento. Mientras nadaba, sentía que cada brazada la acercaba más a esa nueva versión de sí misma, llena de esperanza y determinación.
Después de la natación, llegó el turno del voleibol. Primero, era el turno de las chicas. Rei, junto con sus compañeras, se preparó para el partido. Había una energía palpable en el aire, una mezcla de competencia y camaradería que hacía que el juego fuera más emocionante. T/N, quien había terminado su trote, se sentó a un lado del campo para animar a Rei.
—¡Vamos, Rei! —gritó T/N, su voz clara y alentadora.
Rei sintió un calor en su pecho al escuchar su voz. Era como si esas palabras le dieran una fuerza adicional, una chispa que encendía su espíritu competitivo. El partido comenzó, y Rei se movía con agilidad y precisión, su atención totalmente enfocada en el juego.
En un momento crucial, Rei tuvo la oportunidad de anotar un punto. Con una concentración feroz, saltó y golpeó la pelota con fuerza, enviándola directamente al otro lado de la red. La pelota aterrizó dentro de la línea, asegurando un punto para su equipo. Sin poder contener su emoción, Rei giró hacia T/N, sus ojos brillando de alegría.
—¡Este punto es para ti, T/N! —gritó, su voz llena de entusiasmo.
La clase entera se volvió hacia ella, sorprendida por su exclamación. Pero Rei no se sentía avergonzada; al contrario, estaba orgullosa de expresar sus sentimientos abiertamente. T/N sonrió ampliamente, levantando el pulgar en señal de aprobación. Había una conexión entre ellos que era innegable, una energía que parecía contagiar a todos a su alrededor.
El partido continuó, pero la victoria ya se sentía asegurada con ese punto especial. Las compañeras de Rei la felicitaron, y aunque algunas miradas eran de sorpresa, la mayoría estaban llenas de apoyo y admiración. Era evidente que algo en Rei había cambiado, y todos podían sentir esa nueva energía positiva.
Cuando el turno del voleibol de los chicos llegó, Rei se unió a las demás chicas para animar a sus compañeros. Aunque su atención estaba principalmente en T/N, no podía evitar sentir un orgullo compartido por su equipo. Cada vez que T/N tocaba la pelota, demostraba su habilidad y destreza, moviéndose con una gracia que parecía casi irreal.
El día de gimnasia terminó con una sensación de satisfacción y camaradería entre todos los estudiantes. Mientras se dirigían a los vestuarios, Rei y T/N se encontraron, intercambiando una sonrisa cómplice.
—Gracias por animarme —dijo Rei, su voz suave pero llena de gratitud.
—Siempre estaré aquí para apoyarte —respondió T/N, sus ojos reflejando una promesa silenciosa.
Con el paso del tiempo, la presencia de T/N en la vida de Rei había transformado más que solo sus días; había revitalizado su espíritu y su confianza en sí misma. Aunque sabía que aún había desafíos por delante, con T/N a su lado, Rei sentía que podía enfrentar cualquier cosa.
Mientras salían juntos de la escuela, el sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo con colores cálidos. Caminaban en silencio, disfrutando de la simple compañía del otro, sabiendo que cada día traería nuevas oportunidades y momentos compartidos. Con T/N a su lado, Rei sabía que su futuro estaba lleno de posibilidades brillantes y emocionantes.
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Eres un ángel?...[T/N x Rei Ayanami]
RomanceEs un diferente universo, simplemente digo eso