Eres un ángel?...[T/N x Rei Ayanami]

Capítulo 11: El Enfrentamiento

La semana transcurrió con una sensación de tensión palpable en el aire. T/N, normalmente tranquilo y reservado, se encontraba ahora en el centro de todas las miradas y susurros. Desde el beso con Rei en la azotea, la dinámica en la escuela había cambiado drásticamente. Los compañeros de clase, que hasta entonces habían sido meros observadores de su historia, ahora se convertían en comentaristas activos, haciendo que T/N se sintiera como si estuviera bajo un microscopio.

Cada día, alguien se acercaba a él con una sonrisa maliciosa o un comentario descarado.

—Oye, T/N, ya es hora de que te declares a Rei. —decía uno.

—¿Cuándo es la boda? —se burlaba otro.

Cada comentario hacía que T/N se sintiera más incómodo y avergonzado, sus mejillas se encendían de rojo cada vez que alguien mencionaba a Rei. Sabía que había algo especial entre ellos, pero la presión de todos a su alrededor solo hacía que se sintiera más confuso y nervioso. Rei, por su parte, manejaba la situación con una calma que T/N envidiaba. Ella simplemente sonreía y continuaba con su día, aunque él podía notar la leve tensión en sus ojos cada vez que alguien hacía un comentario fuera de lugar.

Era un día de gimnasia, una de las pocas oportunidades que los estudiantes tenían para liberar la energía acumulada y disfrutar de un poco de competencia amistosa. El cielo estaba despejado y el sol brillaba intensamente, creando el ambiente perfecto para las actividades al aire libre. Los chicos estaban divididos en equipos para un juego de fútbol, mientras que las chicas se preparaban para su rutina de ejercicios.

T/N se encontraba en el campo, su mente todavía enredada en los eventos recientes. Intentaba concentrarse en el juego, pero cada vez que miraba hacia la pista de atletismo, donde Rei estaba con el resto de las chicas, su mente divagaba.

—¡Vamos, T/N! —gritó uno de sus compañeros de equipo, sacándolo de sus pensamientos—. ¡Pon atención al juego!

T/N asintió, tratando de enfocarse en el balón que rodaba hacia él. Pero entonces, escuchó algo que lo detuvo en seco. Cerca de la línea lateral, un grupo de chicos estaban riendo y hablando en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que él pudiera escuchar cada palabra.

—Mira a Rei —dijo uno de los chicos, con una sonrisa lasciva en el rostro—. Siempre es un placer verla en esos pantalones cortos. Tiene un trasero increíble.

Otro chico se rió, asintiendo.

—Sí, y esos pechos... Es una diosa. No puedo esperar para ver más.

T/N sintió cómo la ira comenzaba a hervir en su interior. La sangre le subió a la cabeza y sus manos se apretaron en puños. Era como si todas las emociones que había estado reprimiendo se liberaran de golpe. La idea de que alguien hablara de Rei de esa manera, como si ella no fuera más que un objeto para su placer, lo enfureció profundamente.

Sin pensarlo dos veces, se giró y caminó directamente hacia los chicos, su corazón latiendo con fuerza. Los otros jugadores en el campo se detuvieron, observando con asombro mientras T/N se acercaba al grupo.

—¡Oigan! —gritó T/N, su voz temblando de rabia—. ¿Qué creen que están haciendo?

Los chicos se volvieron para mirarlo, sorprendidos por la repentina confrontación. Uno de ellos, un chico alto y corpulento, se cruzó de brazos y sonrió con desdén.

—¿Qué pasa, T/N? —dijo, su voz cargada de burla—. Solo estamos disfrutando de la vista.

T/N sintió que su cuerpo temblaba de furia. Dio un paso adelante, cerrando la distancia entre ellos.