Eres un ángel?...[T/N x Rei Ayanami]

capitulo 6: Una atracción creciente

El sol matutino se colaba entre las hojas de los árboles, proyectando sombras danzantes sobre el patio de la escuela. Era una mañana perfecta, tranquila y serena, en la que el canto de los pájaros se mezclaba con los murmullos de los estudiantes que se dirigían a sus actividades. T/N estaba sentado en un banco cercano a la cancha de entrenamiento, observando a Rei mientras ella practicaba con dedicación y gracia.

Rei, concentrada en su entrenamiento, se movía con una precisión y una determinación que siempre impresionaban a T/N. Vestida con su uniforme de deportes, parecía una bailarina en un escenario, cada movimiento calculado y ejecutado con una elegancia natural. T/N no podía apartar la vista de ella, su corazón latiendo un poco más rápido cada vez que Rei lograba un nuevo objetivo o perfeccionaba un movimiento.

Desde el reencuentro con Rei, T/N había sentido una atracción creciente hacia ella. No solo por su belleza serena y su personalidad reservada, sino también por la conexión profunda y única que compartían. Era como si cada momento juntos reafirmara un lazo invisible que los unía, un vínculo forjado en su infancia y fortalecido por los años de separación.

Mientras Rei continuaba su entrenamiento, T/N notó cómo los rayos del sol resaltaban los detalles delicados de su rostro, sus mejillas ligeramente sonrojadas por el esfuerzo, sus ojos concentrados en cada movimiento. Había algo hipnótico en la forma en que se entregaba completamente a lo que hacía, algo que siempre había admirado en ella.

—¿Qué tanto miras? —preguntó una voz familiar, sacando a T/N de sus pensamientos.

T/N levantó la vista y vio a Shinji acercándose con una sonrisa divertida en el rostro. Shinji había notado cómo su amigo no podía apartar la mirada de Rei durante sus entrenamientos, y no podía evitar sentir una chispa de curiosidad y diversión al respecto.

—Solo... estoy observando cómo entrena —respondió T/N, tratando de sonar casual, aunque sabía que sus mejillas mostraban un leve rubor.

Shinji se sentó a su lado, mirando a su hermana con el mismo orgullo y afecto que siempre había sentido por ella.

—Rei es increíble, ¿no crees? —dijo Shinji, sin apartar la vista de la cancha.

—Sí, lo es —admitió T/N, su voz llena de sinceridad.

Había algo especial en la forma en que Rei enfrentaba cada desafío. Su dedicación y esfuerzo no solo eran admirables, sino que también inspiraban a todos a su alrededor. T/N se dio cuenta de que, en muchos sentidos, Rei era su musa, una fuente constante de inspiración y motivación.

Mientras los dos chicos observaban a Rei, Kaworu apareció en escena, acercándose con su habitual sonrisa enigmática. Se sentó al otro lado de T/N, formando un curioso trío de observadores.

—Parece que todos estamos aquí para animar a Rei hoy —comentó Kaworu, su tono ligero pero con un subtexto que solo él conocía.

—Sí, ella siempre da lo mejor de sí —respondió Shinji, mirando a Kaworu con una mezcla de curiosidad y amistad.

Kaworu asintió, su mirada volviéndose momentáneamente hacia Shinji antes de regresar a la cancha. Había una especie de misterio en Kaworu, una profundidad en sus palabras y acciones que siempre dejaba a T/N preguntándose sobre sus verdaderas intenciones. Sin embargo, la conversación sobre Shinji durante su última charla seguía siendo un enigma.

—Rei tiene una gran determinación —añadió Kaworu, su voz suave y reflexiva—. Es algo que todos podríamos aprender de ella.

T/N no pudo estar más de acuerdo. La determinación de Rei era una de las cosas que más admiraba en ella. Recordaba cómo, incluso de niños, Rei siempre había sido la más valiente, la que se atrevía a soñar y a esforzarse por sus objetivos.

Mientras los tres observaban a Rei, el sonido de su risa ligera alcanzó sus oídos. Había logrado un movimiento particularmente difícil, y sus compañeros la felicitaban. T/N sintió una calidez en su pecho, una mezcla de orgullo y afecto que lo llenaba de una felicidad tranquila.

—Ella realmente brilla cuando está haciendo lo que ama —dijo T/N, más para sí mismo que para los otros dos.

Shinji y Kaworu intercambiaron una mirada, ambos conscientes de los sentimientos que T/N tenía por Rei, aunque él mismo apenas comenzaba a darse cuenta de la magnitud de esos sentimientos.

—Tienes razón —dijo Shinji, asintiendo—. Rei siempre ha sido así, incluso cuando éramos niños.

La conversación continuó de manera ligera, intercalada con momentos de silencio mientras observaban a Rei y a los otros estudiantes. Era un momento de calma, de conexión silenciosa, donde cada uno de ellos estaba inmerso en sus propios pensamientos y sentimientos.

Después de un rato, Rei terminó su entrenamiento y se dirigió hacia ellos, con una sonrisa de satisfacción en el rostro y un brillo de alegría en sus ojos.

—¡Hola chicos! —saludó, aún respirando ligeramente agitada por el esfuerzo.

—¡Hola, Rei! —respondieron al unísono, cada uno con su propia sonrisa de bienvenida.

—Lo hiciste genial hoy —dijo T/N, su voz llena de orgullo.

Rei sonrió, sintiéndose un poco avergonzada por la atención, pero feliz de recibir sus elogios.

—Gracias, T/N. —Luego se volvió hacia Kaworu y Shinji—. ¿Y ustedes, qué han estado haciendo?

—Solo mirándote brillar —respondió Kaworu con una sonrisa enigmática.

Rei rió suavemente, agradecida por el apoyo de sus amigos. Se sentó junto a ellos, disfrutando del momento de tranquilidad después de su entrenamiento. Había algo reconfortante en estar rodeada de aquellos que se preocupaban por ella y la apoyaban en todo lo que hacía.

—¿Qué tal si vamos a la cafetería? —sugirió Shinji, mirando a los demás—. Podríamos tomar algo y descansar un poco.

Todos estuvieron de acuerdo, y el grupo se levantó para dirigirse a la cafetería. Mientras caminaban juntos, T/N no podía evitar sentir una oleada de felicidad y gratitud. Estar con Rei y sus amigos, compartiendo esos momentos simples pero significativos, era todo lo que necesitaba.

Y así, con la promesa de más días como ese, T/N, Rei, Shinji y Kaworu continuaron su camino, sabiendo que el futuro estaba lleno de posibilidades y que, con el apoyo mutuo, podían enfrentar cualquier cosa que viniera.