El sol se levantaba sobre el horizonte, bañando la ciudad con una luz suave y dorada que prometía un día nuevo y lleno de posibilidades. La brisa fresca del amanecer soplaba suavemente, trayendo consigo el olor a flores y el canto de los pájaros. En el aula de tercero de preparatoria, los estudiantes se preparaban para una excursión poco común pero intrigante: una visita a un jardín infantil local.
T/N bostezó, aún sacudiendo la pereza de la mañana. Aunque normalmente prefería quedarse en cama un poco más, la perspectiva de un cambio en la rutina escolar era suficiente para motivarlo. Se ajustó la mochila y caminó junto a Rei, que parecía igual de curiosa por lo que les esperaba.
—¿Estás emocionada? —preguntó T/N, mirando a Rei mientras caminaban.
Rei asintió ligeramente, su expresión calmada pero con un brillo en los ojos que mostraba su interés.
—Será interesante ver cómo se comportan los niños. —respondió ella con su voz suave y melodiosa—. Y ver cómo nos manejamos con ellos.
El jardín infantil estaba lleno de vida. Los niños correteaban por el patio, sus risas resonaban como campanas alegres. Los colores vibrantes de los juguetes y el equipo de juego llenaban el lugar de energía. Los estudiantes de preparatoria fueron recibidos por el personal del jardín y rápidamente se les explicó el plan del día.
El profesor se colocó frente a su clase, su rostro iluminado por una sonrisa amable.
—Hoy vamos a observar y participar en la rutina diaria del jardín infantil. —explicó—. Dos de ustedes serán elegidos al azar para actuar como cuidadores de los niños. Los demás observarán desde detrás del vidrio de la sala de observación, para aprender sobre el comportamiento y la interacción infantil.
La emoción y la anticipación corrían entre los estudiantes. Había murmullos de entusiasmo mientras esperaban la selección. El profesor sacó dos nombres de un sombrero y, para sorpresa de todos, los elegidos fueron T/N y Rei.
T/N se tensó un poco, su mente recorriendo todas las posibles situaciones embarazosas en las que podría encontrarse. Rei, por otro lado, parecía tranquilamente aceptante. Ella tomó la mano de T/N y lo guió hacia el área de juego, su toque suave pero firme.
Detrás del cristal de observación, los demás estudiantes se acomodaron para ver lo que sucedía. La sala estaba llena de murmullos y risas mientras se preparaban para ser espectadores del día de cuidado infantil de T/N y Rei.
Los niños, de entre cuatro y cinco años, se reunieron alrededor de T/N y Rei con curiosidad y entusiasmo. Algunos tiraban de sus manos, mientras otros comenzaban a hacerles preguntas.
—¿Cómo te llamas? —preguntó una pequeña niña de cabello rizado a T/N, sus ojos grandes y brillantes llenos de curiosidad.
—Soy T/N. —respondió con una sonrisa—. ¿Y tú?
—Soy Miyu. —dijo la niña, balanceándose sobre sus pies—. ¡Tienes un nombre bonito! ¿Te vas a quedar a jugar con nosotros?
T/N asintió, su nerviosismo inicial disipándose ante la calidez de los niños.
—Sí, voy a jugar con ustedes hoy. —respondió, mirando a Rei con una sonrisa—. Y Rei también.
Rei observaba a los niños con una suave sonrisa en los labios. A pesar de su naturaleza reservada, parecía estar disfrutando de la interacción. Una niña pequeña se acercó a ella, mirándola con una expresión seria.
—¿Eres la novia de T/N? —preguntó la niña con una franqueza que hizo reír a T/N.
Rei se sonrojó ligeramente, pero no apartó la mirada de la niña.
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Eres un ángel?...[T/N x Rei Ayanami]
RomanceEs un diferente universo, simplemente digo eso