El día había comenzado con la rutina habitual: la luz del sol entraba tímidamente por las ventanas del aula, las charlas y risas de los estudiantes llenaban el ambiente, y el profesor se preparaba para una lección más. Parecía un día como cualquier otro en la vida de T/N y Rei. Pero lo que estaba por suceder cambiaría todo para siempre.
La campana sonó anunciando el inicio de la clase, y los estudiantes rápidamente tomaron asiento. El profesor, un hombre de mediana edad con una expresión seria, se acercó al frente de la clase, con un proyector en la mano.
—Hoy veremos un video educativo que espero les enseñe una valiosa lección. —anunció, mientras conectaba el dispositivo y preparaba la pantalla.
T/N y Rei, sentados cerca del fondo del salón, intercambiaron miradas curiosas. No era común que el profesor comenzara la clase con un video, y menos uno que considerara tan importante.
El proyector cobró vida, y en la pantalla apareció una imagen que les resultó extrañamente familiar: la azotea de la escuela. T/N sintió un ligero escalofrío recorrer su espalda, pero trató de ignorarlo, enfocándose en el video.
El video comenzó con una imagen algo borrosa, y una voz en off que parecía estar narrando. A medida que avanzaba, la cámara se estabilizó y comenzó a enfocarse en dos figuras tambaleantes: T/N y Rei, visiblemente borrachos, riendo y hablando de manera incoherente. La clase guardó silencio al instante, las risas y charlas cesaron, reemplazadas por un murmullo de sorpresa y curiosidad.
T/N sintió cómo la sangre se drenaba de su rostro cuando se dio cuenta de lo que estaba viendo. Era el video de esa noche. La noche en que él y Rei, sin saber cómo, habían consumido alcohol y se habían besado. El momento más privado y vulnerable de su vida, ahora expuesto frente a toda la clase.
El video continuaba, mostrando a los dos hablando con voces pastosas y risueñas. Luego, el momento fatídico: sus labios se encontraron en un beso torpe y tambaleante. La clase observaba con atención, algunos con sonrisas burlonas, otros con asombro.
El primer beso fue breve, pero en la pantalla, se veía cómo T/N y Rei se separaban momentáneamente, un delgado hilo de saliva conectándolos. Y luego, casi como si estuvieran en un trance, se volvieron a besar, esta vez con más fuerza y pasión. Los susurros en el salón aumentaron, mezclados con risitas y comentarios susurrados.
—¡Wow! ¿Realmente hicieron eso? —dijo alguien.
—No puedo creerlo, ¿Rei y T/N? —murmuró otro.
T/N estaba paralizado, sus ojos fijos en la pantalla mientras su corazón latía con fuerza en su pecho. La ansiedad y la rabia crecían dentro de él, mezcladas con una profunda sensación de vulnerabilidad y vergüenza. Sabía que todos lo estaban mirando, sus compañeros, el profesor, incluso Rei.
El video continuó hasta el punto en que parecía que estaban a punto de hacer algo más, algo que habría sido demasiado para mostrar. Pero justo antes de llegar a ese punto, el video se cortó abruptamente, dejando un vacío incómodo en la pantalla y en el salón.
El profesor apagó el proyector y se volvió hacia la clase, su expresión inusualmente severa.
—Espero que todos hayan aprendido una lección importante sobre el comportamiento responsable. —dijo, con una voz que no dejaba lugar a la discusión—. Este tipo de conductas no son aceptables en nuestra escuela.
Pero T/N no podía escuchar las palabras del profesor. Todo su ser estaba consumido por la humillación y la ira. No podía creer que alguien hubiera grabado ese momento y luego decidido exponerlo de esta manera. Se sentía desnudo, expuesto ante los ojos de todos.
Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos, y sin poder contenerlas, se levantó bruscamente de su asiento. Los murmullos aumentaron mientras se dirigía hacia la puerta, su visión borrosa por las lágrimas.
—¡T/N! —gritó Rei, levantándose también, con una mezcla de preocupación y tristeza en su rostro.
Pero T/N no se detuvo. Salió corriendo del salón, con el corazón latiendo desbocado y las lágrimas cayendo por sus mejillas. No podía quedarse allí, no podía enfrentar a todos después de lo que habían visto.
Rei lo siguió rápidamente, su rostro reflejando la misma angustia y preocupación que él sentía. Apenas alcanzó a escuchar el sonido de la puerta cerrándose tras de sí cuando salió al pasillo, siguiendo a T/N.
T/N corrió por los pasillos vacíos de la escuela, su respiración rápida y superficial. No sabía a dónde iba, solo quería alejarse de todo, encontrar un lugar donde pudiera estar solo y pensar. Finalmente, encontró una puerta que conducía a una pequeña sala de almacenamiento y se metió allí, cerrando la puerta detrás de él.
Se dejó caer al suelo, su cuerpo temblando mientras sollozaba en silencio. La ira y la vergüenza se mezclaban con una profunda tristeza. No era que no amara a Rei, lo que sentía por ella era tan fuerte y verdadero que dolía. Pero ser expuesto de esa manera, ser objeto de burla y juicio, era más de lo que podía soportar.
Minutos después, escuchó un suave golpe en la puerta. Se secó las lágrimas con la manga de su camisa, tratando de calmarse.
—T/N, —la voz de Rei era suave y llena de preocupación—, ¿puedo entrar?
T/N tomó una respiración profunda y abrió la puerta, dejando que Rei entrara. Ella lo miró con ojos llenos de compasión, y sin decir una palabra, se sentó a su lado en el suelo.
Por un momento, ninguno de los dos dijo nada. La presencia de Rei, su calma y calidez, era lo único que mantenía a T/N anclado a la realidad. Finalmente, fue Rei quien rompió el silencio.
—Lo siento tanto, T/N. —dijo, su voz temblando ligeramente—. No sé cómo pasó esto, pero lo siento. No debimos haber bebido esa noche.
T/N negó con la cabeza, sintiendo que más lágrimas amenazaban con caer.
—No es tu culpa, Rei. —dijo, su voz quebrada—. Solo... no puedo creer que alguien haya hecho esto. Que hayan grabado todo y luego... mostrarlo así.
Rei asintió, su mirada fija en el suelo.
—Es horrible. —susurró—. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. No importa lo que digan los demás, siempre estaré a tu lado.
Las palabras de Rei tocaron algo profundo en T/N, y sintió una oleada de gratitud y amor por ella. Se volvió hacia ella, sus ojos encontrando los suyos.
—Gracias, Rei. —dijo, su voz apenas un susurro—. No sé qué haría sin ti.
Rei sonrió suavemente, y extendió la mano para tomar la de T/N.
—No tienes que enfrentarlo solo. —dijo con firmeza—. Lo superaremos juntos.
Se quedaron allí, en silencio, juntos en la pequeña sala de almacenamiento. Aunque el día había comenzado con una profunda humillación y dolor, en ese momento, T/N encontró consuelo en la presencia de Rei. Sabía que, pase lo que pase, mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier cosa.
Y mientras el sol comenzaba a ponerse afuera, T/N sintió una chispa de esperanza. La tormenta que habían enfrentado había fortalecido su vínculo, y aunque el camino por delante podría ser difícil, lo enfrentarían juntos.
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Eres un ángel?...[T/N x Rei Ayanami]
RomanceEs un diferente universo, simplemente digo eso