Capítulo 49

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Me despierto y froto mis ojos, la cabeza me duele un poco y de golpe los recuerdos llegan a mí.
Me siento en la cama reflexiono un poco acerca de lo ocurrido. Esa chica dijo que iba a casarse con Duncan y que yo me entrometí en su compromiso ¿por que Duncan no me hablo de esto? No quiero crearme escenarios tontos en mi cabeza, pero estoy molesta creo que debía decirme todo relacionado a estas cosas.
Me levanto descalza con los zapatos en la mano y salgo de la habitación. Mientras voy caminando por el corredor escucho voces y puedo reconocerlas a ambas vienen dd abajo así que sigo hasta detenerme y ver con mis ojos quienes eran, la chica llamada jazmín y Duncan ambos discutían y de la nada ella se lanzó y le dio un beso aunque él la alejo mi corazón latió duro no era divertido.
La cara de terror de él al voltear y verme daba lástima, pero él descaro y la sonrisa suave como toda una resbalosa me llenaron de ira.
Duncan no dio un paso pues yo empecé a caminar hasta allá
—amor, no es lo que parece— me dijo y al acercarme lo suficiente a él mi mano de estrelló contra su cara de manera fuerte, pero eso no logró que volteara su rostro ni un milímetro solo apretó la mandíbula y mis dedos se quedaron marcados en su piel.
Cuando iba a bajar las escaleras él me sostuvo de la mano, pero mis ojos estaban fijos en ella
—suéltame ahora mismo—
—que harás por favor ven hablemos de esto—
—te dije que me soltarás en este maldito insistente ¿que parte no entendiste?— aflijo mi agarre y jale mi mano con dureza
—vaya, si que estás enamorado que permites que ella te de órdenes, siempre has sido un chico que no recibe órdenes ni de tu padre—
—mejor cállate jazmín— le dijo enfadado
—deberías meterte en las cosas que te conciernen y no en nuestras vidas ¿no crees?— ella cruza sus brazos mirándome para tratar de intimidarme
—¿o sea que si tienes agallas y no eres solo una mosca muerta? Me robas mi hombre y sigues...—
—¡deja de hablar porquerías! Yo nunca fui tuyo ¿estás loca? ¿Quieres arruinar mi matrimonio? ¿eso intentas?— esta muy enojado tanto así que me saco un respingo, ella ríe
—JAJA, ¿ahora no? Te encantaba amárrame a la cama y hacerme juegos sucios con crema batida comprabas lencerías para mí con toda la facilidad de poder hacerme de todo sin quitármela ¿así dices eso? ¿O que, ya le hiciste lo mismo que a mí?— voltee y lo miré con desprecio y camine a gran velocidad. No sé cómo o de que forma, solo se que mi mano la tomo por el cabello y mi puño iba directo a alguna parte de su cara, Duncan corrió a liberarnos, pero enredé mis dedos más fuertes de su cabello y solo escuchaba el grito desesperado y como todos venían tratando de separarnos haciendo que caiga sobre ella y mi puño siga dándole por todas partes, mientras ella trataba de alejarme de ella.
—¡SUÉLTAME!— gritaba
—¡VAS A RESPETARME AHORA MALDITA DESGRACIADA!— hablaba con los dientes apretados con ganas de dejarla calva para siempre por atrevida.
Recordé que no era una niña rica y que no era una chica fina de Estados Unidos, le iba a demostrar lo que le pasaba cuando se metían con una latina.
Como pudieron me separaron de ella, sus familiares, Jack y Duncan me sostenían
—NO PUEDES HACER ESO ¿OLVIDASTE QUE ESTÁS EMBARAZADA?— me gritó nervioso.
—CÁLLATE, Y DÉJAME EN PAZ NO TIENES DERECHO A DECIRME NADA— estaba furiosa y Jack le pedía que me dejara respirar tranquilamente porque estaba muy alterada y eso no me hacía bien.

Podía escuchar la voz chillona de jazmín quejarse, mientras estábamos en la oficina y su familia hablaba en su defensa molestos por mi actitud, ya que alegaban que por estar embarazada hacía estas cosas.
—no, esto es imperdonable no vivimos a esta cena para ser maltratados por la esposa de su hijo señor Gino, siempre hemos sido personas de gran respeto y paz y no vamos a permitir otro agravamiento de nuestra amistad.—
Ella tenía una bolsa con hielo en una de sus mejillas, mientras su madre me daba miradas de odio y le arreglaba el cabello.
Duncan me había forzado a estar sobre sus piernas y yo movía mi pierna con molestia y con ganas de seguir arrancando más de su cabello, cosa que de por si hice. La maldita usa algunas extensiones para rellenar su cabello. Pero Gino le pregunta a ella lo siguiente: —¿por que sucedió esto?— ella no ha parado de llorar o más bien fingir para ganarse la lastima, me acuerda tanto a Brittany parecen cortadas con la misma tijera o todas las ricas son así de ridículas y dramáticas.
—estaba hablando c-con Duncan y... admito que en la desesperación por saber que él y yo teníamos planes a futuro y ver que de repente él se ha casado olvidando nuestro compromiso me sentí desesperada y... iba a caerme y me sostuve de su saco. A simple vista pareciera como si nos estuviésemos besando, pero no fue así lo juro—
Me muerdo el labio inferior es una maldita mentirosa, pero la tranquilidad de Duncan me da algo de incomodidad. Su mano se poza en mi vientre bajo y cuando ella termina de hablar y llorar quejándose Duncan me hace levantar y me sostiene de la mano
—si este drama acabó, permítanme marcharme mi esposa está cansada y ninguno de ustedes ha respetado que está embarazada.— lo miro con los ojos en blanco ¿de verdad no dirá nada después de escuchar semejante mentira?
—no te preocupes esposa mía, todo es un mal entendido—
—¿un mal entendido? ¿A caso crees que soy estúpida? ¿A caso no estás escuchando que está mintiendo para quedar bien delante de todos cuando no es así?— él suspira
—mi amor, tranquilízate no quiero que sigas alterándote de esa forma recuerda que estás embarazada— la voz de su madre estresa
—ja' de lejos de le nota la poca clase ni siquiera sabe callar y hacerle caso a su marido, esa fue la mujer que elegiste ¿de verdad?—
—siempre y cuando no sea su hija es más que Perfecto señora maria— espeto seriamente y la tensión empezó a crecer, sentí un mareo breve, pero lo disimulé
—a la mierda con todos ustedes— espete sin darme cuenta, no se que demonios le pasaba a estas personas, pero era como si me odiaran solo por ser la esposa de Duncan y al parecer me escucharon porque el padre de Duncan me habló
—más respeto señorita aurora, tengo otra convicción acerca de usted—
—déjala en paz Gino— me defendió Duncan, su tono fue amenazador y mi enojo era tanto que no me importó faltarle el respeto.
—no me interesa su convicción acerca de mí, yo ni siquiera le caigo bien a usted y ¿cree que me va importar una mierda si piensa bien o mal de mí? se equivoca, lamento no llenar sus expectativas de "niña rica" no necesito su aprobación señor Gino Di marco—
Como alma que lleva el diablo salí de aquella oficina con mis lágrimas deslizándose por mis mejillas dejando mis zapatos en el piso de la sala y encontrándome con Jack.
—¿que sucedió? ¿Dónde está Duncan?— sin darme cuenta lo abracé y aunque sus manos no me tocaron la espalda una de ellas tocó mi cabeza
—llévame a casa ahora, luego vuelves por él— seque mis lagrimas y me aleje y escuche sus pasos detrás de mí unos segundos después.
Subí al coche y me fui a la casa mientras todo el camino iba llorando. Había dejado incluso mi cartera y todo mi vestido estaba hecho un desastre, pues el maquillaje se había corrido todo.
Jack en un intento de calmar mi tristeza me ofreció llamar a Grace y negué, me ofreció helado y me negué lo último que hizo fue darme su pañuelo y lo arruiné.

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora