Capítulo 52

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—Necesito verte—
—¿estás llorando aurora? ¿Que ha pasado ¿ya peleaste con él imbecil de tu marido?—
—no exactamente eso, (snif)—
—¿no te gustó la comida? ¿O algún antojo extraño? ¿O capricho que Duncan no quiera cumplir? ¡Oh cierto! Lo había olvidado por completo, hoy era la cena en la casa de su padre ¿te dijo algo fuera de lugar el viejo malhumorado ese? Dime para terminar de sacarle las canas que les faltan— la voz se le quiebra un poco más
—Duncan... él...tenía una prometida antes que yo—
—¿ME ESTAS JODIENDO AURORA? ¿quieres que vaya ahora?—
—no, me duele un poco la cabeza de llorar mañana quiero verte para desayunar y contarte todo—
—¿estás con Duncan ahora?—
—no, voy camino a casa con Jack, cuando llegue a casa dormiré, te veo temprano—
—por favor, amiga mía recuerda que estás embarazada no quiero que estés pasando ese mal rato odio más a Duncan que no esta consolándote en este momento—
—si (snif) yo también lo odio— Limpia su cara con su mano y Jack le da un paquete de servilletas
—aurora, permítame decirle algo que está fuera de mi trabajo, pero Duncan nunca estuvo comprometido con la señora jazmín, ella es algo egoísta que no la lastimen sus comentarios y mentiras simplemente está celosa—
Miraba por el retrovisor mientras Jack hablaba y pueda que sea verdad, pero él sabía que ella estaría ahí y aún así la llevo ahora no sabe si sus intenciones de llevarla fue para darles celos o lo que sea aquella chica dijo muchas cosas incluso me gritó como Duncan le hizo lo mismo que a ella, que asco.
Al llegar a casa descalza Julián la recibe en ese estado deplorable y trata de consolarla la lleva a la habitación y le prepara un té para relajarla y el baño con agua caliente y sales relajantes. Enciende velas y rocía algo de olor suave para que se calme.
Ella le cuenta un poco de lo que pasó y se enoja él también
—Julián toma ropa para que Duncan duerma en otra habitación llévale lo necesario no quiero dormir con él, por favor—
—como ordene usted aurora— él sale y ella se encierra va al baño y se sumerge mientras acaricia su vientre que ya esta más grande y abultado. Se abraza a sí misma
—¿por que me duele tanto? ¿Que es esa sensación de dolor que siento en el pecho y el estómago? Nunca antes me había sentido así este sentimiento extraño que me hace querer vaciarme en lágrimas— las lágrimas se mezclan con el agua y la cabeza está apunto de reventar.

A la mañana siguiente se levanta temprano y se va con Jack en busca de Grace, mientras van en el camino aurora le cuenta cada detalle y llora otra vez y Grace se molesta tanto
—pero te juro que si yo hubiese estado ahí la dejo sin una sola hebra de cabello a la estúpida esa, ¿quien se cree? Todas las niñas ricas son iguales— golpea la mesa y habla en voz alta haciendo que las personas miren.
—Grace, es temprano nos están mirando baja el tono- un camarero se acerca a nuestra mesa
—señoritas, ¿podrían bajar el tono de voz?— niega y agita la mano
—lamento el escándalo— Jack está parado vigilando tranquilamente y al ver aquello niega y se acerca a nosotras tomando asiento, mientras habla con Duncan.

Grace me convence y me lleva de compras. Duncan me había dado una tarjeta para mis gastos así que iba a gustar bastante como forma de despecho, pero al pasar por una área de bebé grace me hace entrar y mis ojos se vuelven llorosos al ver un coche y las pequeñas ropas de recién nacidos.
—esto es tan mono— dice Grace tocando un mameluco
—vamos a comprarle algunas cosas—
—Grace, ni siquiera se si sera niña o niño—
—puedo apostar que será una niña y para tu mala suerte igualita a su papá dicen que cuando el vientre es redondo siempre son niñas—
—¡oh vaya! Eres experta en embarazadas y en saber  a quien se va a parecer sin nacer—
—no es el caso, pero mi reina estos gringos tienen todas las de ganar, nunca trates de competir con los genes de un gringo porque vas a perder—
Suelto una carcajada, Grace era la persona más divertida que podía conocer y era inevitable que no muera de risa.
Compramos cosas para el o la bebé, incluso chupetes, fue tan hermosa la experiencia y el pobre Jack cargaba tantas bolsas.
Nos detuvimos para tomarme un helado y ella un café
—¿que sucede contigo y con Jack otra vez?—
—no lo sé, él un día si, otro día no, ya estoy harta he discutido con él, pero su única fuente de arreglarlo todo es llevándome a la cama cogerme malditamente y cree que con eso es suficiente, pero no—
—más bien creo que él es tu karma—
—mi karma es su pene—
—¡GRACE!—
—¿Que? Yo no he obligado a nadie a fijar sus ojos en mí—
—¿te has detenido a hablar con él acerca de todo?—
—si, pero nunca me da una respuesta, Jack es muy callado, de verdad no soporto esa forma, me estresa todo hay que sacárselo con cucharita—
—todo te estresa siempre, eso es porque hablas demasiado hasta no parar y él no, pero estoy segura que no le molesta que seas así, simplemente dale tiempo—
—no, ¿y que me haga lo que Duncan te hizo a ti? ¿Que te oculto una jodida loca frustrada que no supera un hombre que se ha casado y será papá?—
—ya no me lo recuerdes más ¿te imaginas que se haya casado conmigo para...—
—detén esa cabeza, no me cae bien tu esposo, pero si de algo estoy segura es que así como te lamé la entrepiernas jajajajaj, lame tus huellas—
—¡Grace, por favor! ¿Por que buscas ese tipo de ejemplo?— choco mi mano contra mi frente, mientras ríe y volvemos al coche.

Jack la deja en casa y la acompaña a subir las bolsas, mientras yo espero. Unos minutos después el baja y vamos a casa. Al llegar me abre la puerta y salgo. Jack toma las bolsas y entro a la casa encontrándome con Duncan sentado en el medio de la sala con una botella de whisky.
—Jack, baja las bolsas y sal de esta casa tú y yo hablamos más tarde— su tono me hace tragar muy grueso, Jack obedece y él se levanta y siento mi corazón palpitar muy rápido no puedo creer que Jack me haya dejando a solas con este loco alcoholízalo.
—mi señora esposa al fin a llegado a casa después de evitarme casi un día, se marchó a las 8 de la mañana y son las 6 de la tarde, dejándonos de ver a las diez de la noche de ayer, no me llama, deja el teléfono, no me escribe de ningún número, me deja fuera de nuestra habitación. En vez de aclarar lo que pasó ayer, prefiere irse de compras y gastar mil dólares— miro hacia los lados pidiendo ayuda con los ojos, pero nadie está
—tranquila, en esta casa solo estamos tú y yo dentro, nadie está aquí, pedí privacidad. Mi señora esposa que ha olvidado que el hijo que está criando en su vientre es de ambos, que no le importa si quiero sentirlo— sus manos intentan tocar mi vientre y clavo mis filosas uñas hasta herirlo sin darme cuenta por querer evitar que me toque. Sus ojos se agradan y frunce el ceño
—¿por que actuaste así? ¿Creíste que te iba a golpear?— miento, simplemente no quería que me tocara
—s-si— da un paso atrás y su cara pasa de enojada a tristeza con sorpresa.
—¿yo te he dado motivo alguno para que pensaras algo así de mí? Creo que me ha dolido mucho más que pensaras que te iba a golpear siendo tú mi esposa y esperando mi hijo, a que me hayas evitado todo un día, lamento mucho causarte una impresión violenta— ahora soy yo quien se siente mal con él, no debí actuar así, lamento haberle mentido, trato de remediarlo.
—y-yo mentí, simplemente no quiero que me toques estoy molesta aún por eso dije que si, lamento hacerte sentir mal por algo así— él se acerca mucho y lo cabeza choca con su pecho casi en su clavícula y me vuelvo cabizbaja, me levanta el mentón
—jamás me mientas ¿entendido?— está molesto aunque me abraza para que confíe en él y vea que no va a pegarme.

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora