Capítulo 66

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Emocionada aurora escucha el latido del corazón de su hija junto a Duncan quien besa su mano, mientras la doctora le va detallando cada cosa que señala, pero él recibe una llamada de un número desconocido sabe muy bien quien es, aurora esta tan entretenida que no se percata de cuándo él suelta su mano y sale de la habitación y cuando le iba a hablar emocionada se da cuenta que no está, se muerde el labio inferior enfurecida, últimamente nada está bien con ellos dos.

—la pequeña está muy bien, siga tomándose sus vitaminas en orden y por favor, evite los dulces y las harinas, mientras más saludable coma mucho mejor, su pequeña está un poco más grande de lo normal sería bueno que no engorde tanto, pues no queremos recurrir a una cesárea de emergencia—

—¿no es bueno que este grande me dice?— frunce el ceño algo preocupada y sin entender.

—no es bueno que esté más grande de lo normal, pese al tiempo de embarazo, a penas va por 21 semanas casi finalizando el segundo trimestre, el peso ideal debería ser 750 g y medir 35 centímetros en cambio su pequeña pesa 810 gramo aunque su nivel de azúcar esta controlado, la presión arterial de usted está algo alta ¿está teniendo estrés últimamente?—

quiere mentir, pues ciertamente está enfurecida todo el tiempo, ya que su esposo nunca está en casa y ya van dos noches llegando tarde con la excusa de que estaba trabajando con nuevos clientes.

—si, he estado algo inquieta, pero nada que no se revuelva— dice en voz poco audible.

—trate de mantenerse lo más serena posible, quiero evitar cualquier riego de nacimiento prematuro o que tenga que pasar un tiempo aquí en el hospital hasta que el bebé madure sus pulmones y le practiquemos una cesárea de emergencia, puede correr el riesgo de Preeclampsia por presión alta. Me hubiese gustado que su esposo estuviera aquí para que escuchara esta información y tuviera cuidado junto a usted, pero por favor, dígale todo lo que le informe. Nos vemos para la próxima cita.—

Con las indicaciones para los medicamentos nuevos y el corazón en las manos cargando con la culpa de enojarse tanto y traer consecuencias a su bebé, camina aurora por el pasillo del hospital buscando la salida, evita dejar caer lágrimas mientras camina como si estuviese hipnotizada y sin darse cuenta choca con alguien se cae su bolsa y las indicaciones y el sujeto sale huyendo con las pertenencias de ella. Sale de su trance y grita al darse cuenta que fue asaltada.

—¡MI BOLSA!— aunque intentaron correr detrás de él, no hubo forma de alcanzarlo y las personas tratan de calmarla llevándola a un asiento para que se tranquilice al ver su estado, mientras llaman a la policía. Con rapidez llega Duncan aún sin saber lo que sucedió y al ver las personas al rededor de ella se asustó

—¿que sucedió con mi esposa?—

—¿usted es su esposo?— le pregunta un señor y él asiente

—alguien le robó su bolso, no pudimos alcanzarlo para detenerlo, pero ya llamaron a la policía ¿cómo deja usted a su esposa sola estando embarazada?—

—quiero irme— dice ella agobiada.

—la policía viene en camino, no se preocupe sus pertenencias serán encontradas— ella mantiene la cabeza agachada y Duncan se baja a su altura y entra el cabello por sus orejas con tristeza.

—no te preocupes por nada, yo mismo encontraré a ese sujeto— ella lo mira con una tristeza profunda en la mirada y él sabe que no es por la bolsa hay algo más, pero ese no es el momento de preguntar simplemente la toma en sus brazos

—señor la policía ya viene en camino— él volteo hacia atrás diciendo unas palabra algo tenebrosas

—yo soy la propia policía— y siguió hacia su coche donde lo esperaban con la puerta abierta, acomodo a su esposa y luego entró al coche, esta vez Jack no estaba manejando estaba resolviendo otros asuntos.

Nadie dijo nada en el coche de camino a casa, aurora miraba hacia la ventana en su soledad y Duncan hablaba por teléfono cosas que ella no entendía porque eran en clave y por momentos se alteraba de forma agresiva cosa que no entendía de él, pues nunca había sido violento con ella. Así que en su tristeza sin darse preguntó en en voz alta

—¿cuantas caras tienes?— y soltó una risita
—¿que dijiste?— su tono fue algo duro al hacer esa pregunta sacándole un respingo y ella volteó y lo miro con los ojos llenos de lágrimas

—me estoy cuestionando si en verdad valió la pena casarme contigo— pasó la mano por sus ojos y volvió a mirar a la ventana escuchando el resoplo que salía de su garganta muy profundo. Dos minutos después él le habló

—discúlpame, por favor, estoy volviéndome loco... es solo eso, tengo tantas cosas que hacer y no me queda mucho tiempo y...— y sin mirar ella le hablo

—y él poco tiempo que te queda lo usas para acabar mi poca estabilidad mental y dejarme malos recuerdos, excelente eres bastante inteligente— él se acercó a ella nervioso, aurora era lo único que le hacía sentir terror.

—¿estás así porque te robaron?— pero no se contuvo y le gritó aunque después se arrepintió

—¿TÚ ERES ESTÚPIDO? (Respira profundo) ¿A caso una sola cosa me pondrá de mal humor? Hay muchas cosas más que haces que me tienen así, llegas tarde, nunca estás en cama, tengo días comiendo sola, ya no hay tiempo para los dos (sé quiebra) te vas cuando la doctora me está diciendo algo muy importante acerca de nuestra hija, me siento muy mal, tanto así que le estoy haciendo daño a mi bebé y es mi culpa por.... Olvídalo— niega y él la abraza mientras ella deja salir todo lo acumulado en sus brazos y él le acaricia la cabeza.

—por favor, te lo suplico aurora no dudes de mí amor por ti, escúchame: necesito arreglar las cosas para que estemos bien para siempre (levanta su cabeza) mírame a los ojos, eso es lo único que no miente ¿de verdad crees que estoy así por que no te amo? Cuando volví por ti habías salido, hablé con la doctora y me explico todo, todos los medicamentos nuevos ya están en casa, llego tarde y me voy temprano porque estoy dejando todo organizado para ti, para que nada les haga falta amor, ustedes son mi vida entera tú y mi hija. Ni a la muerte le tengo tanto miedo como saber que te puedo perder, y no quiero morir joder! Quiero ver mi hija crecer junto a ti y tener más hijos, crear un hogar...—

—¿por que hablas de la muerte? Hablas como si estuvieras preparándote para morir— sobre su nariz

—esposa de mi vida, ni siquiera se porque Dios te mando como mi esposa, no merezco una mujer como tú tan sana, pura, con tanta inocencia que no quiero que se vaya de ti. Por favor, aurora prométeme ahora que nunca me vas a dejar, júramelo ante Dios como juraste el día que nos casamos que nunca me dejarás, que realmente será hasta que la muerte nos separe— sus ojos le gritan que lo haga.

—me estás asustando hablando así, para—

—no parare hasta que me lo jures— se miraron a los ojos con profundidad y ella se mordió el labio

—yo... te lo juro, yo nunca te dejaré— él sonríe y besa su frente y enlaza su mano

—tengo una sorpresa en casa esperando, espero te guste— ella no metió sonido, pues aún seguía un poco afligida y se recostó de él tranquilamente hasta terminar por llegar.

Al llegar a casa, sus ojos se agradan mucho toda la casa está decorada de colores pasteles y rosa, hay personas que no conoce del todo, incluso el papá de su esposo y un gran nombre el cual la sorprendió mucho
ALORA DI MARCO ROBLES. Escucha la voz de Grace detrás de ella y al lado Jack y se abrazan con emoción y le entrega una caja

—estoy tan feliz por ti— dice Grace, mientras derrama lágrimas de felicidad por su amiga.

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora