Capítulo 67

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De un coche bastante lujoso baja jazmín escoltada por los hombres de Russo, pues él mismo la había mandado a buscar después de recibir un mensaje de parte de ella queriendo un trato con él.
El mayor de todos los enemigos a muerte de los di Marco, generación tras generación, en especial de Gino. Se encuentran a lo lejos de la ciudad, en una finca sembrada de uvas con la cual mantienen a la FBI alejada de ellos con la mentira de que exportan vinos, y aquel lugar también lo utilizan para pasar tiempo de paz o realizar ciertos encuentros importantes como lo es hoy. Jazmín camina lentamente y firme, mientras se quita las gafas de sol y sonríe. El viento juega con su cabello y lo peina con sus dedos para acomodarlo en su lugar. Sus nervios están al borde, pero es muy buena fingiendo así que ni siquiera él lo notará.

Al llegar hasta él quien la espera ansioso después de recibir su mensaje se levanta y besa su mano con delicadeza mirándola como león a su presa sabiendo que la coneja cayó en la trampa y será la cena. Mauricio, su mano derecha la observa con altivez no le agrada jazmín, pero no habla del tema delante de ella.

Aunque jazmín es astuta como una serpiente, sabe que está en zona de peligro y no puede equivocarse, pues Russo es un águila y sabe que lleva las de perder, ya que ella no tiene ningún poder en este momento porque no puede pedirle ayuda a su familia y eso Russo lo sabe.

Él la observa unos segundos luego de darle la bienvenida y se da un trago, mientras fuma un puro y el viento se lleva el humo, en cada esquina hay un hombre armado y una de las criadas le lleva más hielo y una botella de vino.

—es de la casa, nosotros mismos lo fabricamos— sonríe maliciosamente y ella sonríe haciendo un comentario algo incómodo para Mauricio quien claramente no soportaba verla.

—así que este es el vino que ha construido este imperio, que interesante—

—¿busca alguna información señorita?— Mauricio no se controla muy bien y Russo no dice nada se mantiene mirando a jazmín fijamente y de la nada la sorprende al decirle unas palabras

—quítate la ropa— ella se rasca la garganta y claramente las señales de peligro son muy obvias

—¿por que o que?— pregunta y sonríe nerviosa dándose un trago de vino

—nadie me ha engañado jamás, ya tengo 35 años en esto señorita jazmín ¿crees que soy tan imbécil como para creerte así sin más? Tienes tres segundos para que te quites toda la ropa incluso la interior, si no yo mismo lo haré con ayuda de tres hombres—

—¿estás loco? No me voy a...— el agito su mano y dos hombres se acercaron a ella y un hombre con lentes y un maletín salió y mientras lo abría saco unos guantes, ella no gritó sino que forcejaba mientras le quitaban el vestido forzadamente tres de sus hombres y la sentaron frente a él y abrieron sus piernas a cada lado, su corazón latía muy fuerte no sabía que le iban hacer ni siquiera sentía tanta vergüenza como él miedo que tenía de que le hicieran algo raro. La mirada de él y sus hombres sobre su cuerpo era incómoda y más al tener sus piernas de lado a lado

—tranquila no te dolerá es solo un chequeo básico le diría a mis hombres que no te miren, pero llevan unos días sin ver a sus esposas, ya sabes— pero Mauricio no se inmutaba. El hombre de los guantes al parecer era un doctor quien hecho en sus manos un gel frío

—respire profundo— le dijo suavemente sin ninguna intención de por medio, e introdujo dos de sus dedos dentro de ella con el fin de saber si ocultaba algo o si era una trampa de los Di Marco.

—está limpia— dijo el doctor y él volvió y agito su mano y la dejaron, ella cruzo sus piernas y tomó su vestido tratando de cubrirse los pechos.

—no me veas en ese plan honey, eres parte de los di marco mis mayores enemigos y vienes a mí ¿como quieres que piense que lo haces con buenas intenciones? Jajajajaja—

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora