Capítulo 21

348 34 4
                                    

Abro mis ojos lentamente y me muevo sintiendo mi cuerpo cansado y destruido bostezo y tomo mi teléfono es doce del medio día.
—joder dormí demasiado— la puerta se abre y me tapo con la manta hasta la cabeza no puedo mirar a Duncan a los ojos después de todo lo que grite mientras estaba haciendo el amor con él.
—¿aurora, estás dormida aún?— se sienta en la cama y me acaricia quitando la manta
—mi preciosa aurora, traje desayuno para ustedes—siento sus besos en mi cabeza y su mano acaricia mi vientre bajo
—e-está bien— su risa pastosa me hace entender que ya sabe que estoy avergonzada
—¿siempre te avergonzarás cuando estés conmigo?—
Me hace mirarlo esta sobre mí sin dañarme y me acuna en sus brazos y besa mi mejilla
—te dije que tú ternura no ayuda en nada, no sabía que tenía fetiches con la ternura de una mujer— y sin darme cuenta hablé desbocadamente
—¿o sea si otra mujer es tierna tendrás ganas de hacerle lo que a mí?— reaccione tarde y solté un respingo, él empezó a reír
—¿esos fueron celos? ¿Crees que podría ver a otra como te veo a ti? Me has puesto las cadenas y me has amarrado, eres mi dueña bonita, tú solo habla o grita y yo seré obediente— mi corazón late frenéticamente y le hablo
—¿y si me quiero irme me dejarías ir?— alza las cejas y dobla un poco la cabeza
—depende...—
—¿de que?—
—si te quieres mudar a otra cosa conmigo, si te quieres ir a otro país conmigo, si quieres vivir la vida loca conmigo, si quieres...—
—ya entendí, puedo hacer todo, pero contigo—sonríe

Me ayuda  acomodarme y me pasa la bandeja con desayuno, panqueques con frutas y miel de abeja, un vaso de leche y las prenatales.
Canina y busca las bolsas que me había enviado con los regalos
—ahora lo abriremos juntos ¿te gusta el desayuno? Lo hice yo mismo— asiento mientras como tranquilamente sin ganas de vomitar.
Abre la primera bolsa: un juego de lencería negra Victoria's Secret es demasiado hermoso,
Abre la segunda bolsa: un vestido negro satinado que brilla, no conozco esa marca, pero se que debió ser caro por la tela.
Abre la tercera bolsa: tres perfumes Dior, Chanel y Victoria's Secret.
Y la cuarta bolsa: es un juego de biberones de vidrio, calcetitas y un mameluco rosa y creo que eso fue lo que más amé, extendí mis manos quería tocarlo era demasiado hermoso y mis ojos se llenaron de lágrimas y tapé mi boca por la emoción
—quieres que sea niña— dije y sorbí mi nariz, él quito la bandeja de mis piernas
—¿te gustaron mucho tus regalos?— asentí y sonreí limpiando mi nariz
—creo que este si me hizo darme cuenta de que estoy empezando a amar esta criatura que crece dentro de mí— me abrazó, y no fue un abrazo suave, me apretó con fuerza y me susurró
—temía que no amarás nuestro bebé, gracias por empezar a quererlo— acepte su abrazo y me di cuenta de cuanto ama a mi criatura que aún no nace y el miedo de que algo malo me pase me aterroriza como lo que me paso ayer.

Me ducho y salgo en busca de ropa cómoda, necesito estar en reposo como indicó el doctor y Duncan está más sobre protector, en una hora tenía clases y quería ver a grace.
Me quito la bata de baño y me coloco las bragas y el sostén volteo hacia él su mirada no se aparta de mí
—Duncan, me puedes dejar de ver como si fuera comida— se levanta y no evito la mirada a todo su cuerpo
~me estás empezando a traicionar cuerpo lujurioso, no te bastó con la destrozada que te dio hace unas horas, no recuerdo que seas así de fácil~ me hablo a mi misma para calmarme
—¿y por qué estás sonrojada?— me voltea y mi cabeza pega a su pecho y suelto un respingo su mano se estrella contra mi trasero, él es tan alto y yo tan pequeña y me susurra
—eres mi comida aurora, eres la comida que siempre me deja con hambre— trato de removerme aún me duele todo
—ah-ahora no Duncan, aún estoy sufriendo ahí— remuevo las piernas y él posa su mandíbula en mis hombros y acaricia mi vientre con ambas manos y desliza una de ellas
—ahí te duele— palpa mi entrada y me besa el cuello y con su mano libre me ahorca un poco y su dedo empieza a jugar con mi clitoris otra vez
—dun-Duncan, no tengo fuerzas para más—
—no voy a penetrarte, mi bella aurora solo quiero jugar— suspiro y otra vez me dejo llevar, me ahorca mi cabeza descansa en su pecho y poco a poco me encorvo por el placer que siento a medida que me toca —¡SHHH agh!—

Estoy tomando clases hoy me siento mejor que todos los días y me pongo al día con clases atrasadas, estoy en una especie de oficina en casa, no sabía que Duncan tenía tantos libro y lo mejor es que no se escucha nada de ruido. Toda la casa es tan sofisticada y la enorme mesa en la que estoy tiene algunas diez sillas. Escucho la puerta ser tocada abro era él
—¿ya terminaste?— me pregunta tocando mi mentón
—si, ahora estoy haciendo las tareas que no había completado—
—traje algo para ti— me entrega un tazón con frutas y yogurt
—gracias Duncan, eres muy amable— se muerde el labio inferior y me hace una pregunta
—¿me consideras un tipo amable?— con vergüenza le doy un beso en la mejilla
—eres muy amable para mí y eso es suficiente, si otros no te ven así, tal vez algo hicieron para que no seas amables con ellos— me miró de una forma que no sabía describir y con sus dos manos tomó mi cara
—por eso es que digo que tú fuiste hecha para mí, nunca te voy a soltar aurora, sostendré tu mano hasta el fin de mis días— me da varios besos en la frente
—voy a buscar un regalo para ti— abro la boca para protestar me regala demasiadas cosas
—tranquila, cuando lo veas estarás demasiado feliz—
—bueno, voy a confiar en ti— se despide de mi y yo vuelvo a hacer mis tareas mientras como las frutas que él me preparo. Termino y salgo con unos libros en las manos y veo al mayordomo hablando con un señor con el pelo lleno de canas un batón y un traje, está vestido muy formal y con él hay cuatro hombres más que parecen ser guardaespaldas.
Sus miradas se dirigen a mí, tengo un short y un top no tan corto, pero la ropa no es adecuada y mis pies están descalzos
—señora aurora, él es el señor Gino Di Marco el padre de él señor Duncan Di Marco Bianco.

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora