Una disculpa por tardar, la verdad es que empecé estos proyectos y quiero terminarlos, para empezar otro nuevos.
—Claro que sabía que habrías sido lo bastante leal como para no abandonarlo, y que con el tiempo habrías triunfado —era imposible imaginar a Nanami fracasando en cuanto ponía su formidable voluntad en marcha—. Pero llevaba abandonado casi veinte años, y tú te habrías visto atrapado en la misma situación en la que yo me vi en Xanadú. Deudas, y nada de dinero. Tu madre adoptiva era hija de un granjero, esposa de un granjero... entendía lo que significa la falta de capital. Y si te hubiera dejado Pukekahu y el dinero a ti, ¿qué habría pasado?
—Mi padrastro habría impugnado el testamento —repuso tras un excesivo silencio—. Me dijo que lo único que lo frenó a hacerlo era el hecho de que el dinero que me había dejado su madre procedía de un fideicomiso familiar, algo que, en cualquiera de los casos, le impedía tocarlo. Además, pensaba que él había salido mejor parado... sabía lo que Pukekahu significaba para mí.
—Exacto —________ quedó convencida de que no se equivocaba—. Al dejarle el rancho a Toji, se cercioró de que tú recibieras el dinero y no lo gastaras en facturas de abogados por la pelea por Pukekahu. Nanami, ella te conocía, y te amaba. Sabía que usarías el legado del dinero para labrarte una vida. Por eso le dejó Pukekahu a Toji... para que tú tuvieras la oportunidad de seguir tus propios sueños, no estar atado a los de ella — titubeó, y al rato continuó—: Fue un regalo maravilloso. Me gustaría haberla conocido.
—Quizá tengas razón —reconoció después de otro silencio—. Justo antes de morir ella me dijo que había arreglado las cosas para que nunca tuviera que pedirle nada a nadie.
—Te brindó la oportunidad de ser aquello que tú quisieras ser, y la libertad de hacer lo que desearas.
—A diferencia de tu padre —habló sin inflexión.
—A diferencia de mi padre —aceptó ________—. No pretendía morir, desde luego...
—Pero no te dio la oportunidad de seguir tu propia estrella.
—No —dijo en voz baja.
Nanami la abrazó.
—Creo que tienes razón sobre sobre ella. Y quizá tuviera intención de explicármelo antes de morir, pero sucedió de pronto, cuando yo me encontraba interno en el colegio. Debí confiar en ella. Lo que consideré una traición me carcomió, hizo que dudara de su amor... pero ella debió saber lo que haría mi padrastro. No albergaba ninguna fantasía sobre su carácter, ni el de Toji —la besó—. Gracias —su pecho se alzó en una risa silenciosa—. Si hubiera ido entonces a Pukekahu, te habría conocido hace catorce años.
—No estaba allí con nueve años. Además, tampoco te habría interesado.
—Apuesto que me habría fijado en ti mientras crecías. Habría sido tu primer amante.
—Es una afirmación arrogante. ¿Te preocupa no haberlo sido?
—Me gustaría poder decir que no. Jamás me ha importado con otras mujeres, pero contigo emergen todo tipo de sentimientos primitivos —le pasó una mano por los pechos.
—Muy primitivos —logró musitar.
—Me gustaría haber sido tu primer y único amante, pero no siento unos celos terribles del chico que amaste con dieciocho años —dijo con la misma lentitud con que jugaba con el dedo pulgar sobre las encendidas cumbres de sus senos.
________ contuvo el aliento. Un fuego perezoso nació de su contacto y fluyó por los caminos secretos de su cuerpo, llevándose todo a su paso menos la necesidad que tenía de Nanami, del intenso placer que sólo él podía darle. Pero a pesar de lo exquisito que podía ser, necesitaba que le diera más que sexo.
—Cada vez que te miro —continuó con voz ronca—, he de contenerme para no arrastrarte a la cama y hacerte mia. ¡Me pasó incluso cuando te vi hablando con Choso en el exterior de la agencia inmobiliaria en Bowden! — calló un instante—. Pero cuando vi el ahínco con el que trabajabas para pagar una deuda que ni siquiera moralmente era tuya, porque no querías que un matrimonio mayor sufriera... ahí fue cuando me enamoré de ti.
—No te creo —logró articular ella con un nudo en la garganta.
—No me sorprende. Tardé algún tiempo en aceptar lo que era... amor. Al principio pensé que estaba obsesionado con una mujer que se acostaba con todo el mundo que consideraba que podía ayudarla económicamente, o quizá que era alguien que disfrutaba del sexo porque sí.
—Entonces, ¿por qué te ofreciste a pagar mis deudas? —las palabras de él cayeron con una contundencia demoledora—. ¿Me ponías a prueba?
—Odiaba ver que trabajabas con tanta dureza. Quería llevarte lejos, darte todo lo que necesitaras para ser feliz, envolverte en sedas y joyas y mimarte hasta el fin de los días. Cuando fuimos a cenar a Indies no me importaba que me amaras o me vieras como una buena apuesta. Habría aceptado cualquier cosa que me hubieras ofrecido. Pero no me ofreciste nada, aunque sabía que me deseabas. A cambio, me soltaste un discurso apasionado sobre lo mucho que deseabas tu libertad.
—Lo recuerdo —le besó el hombro, tratando de encontrar el modo adecuado de decirle que ya no importaba, que el mejor tipo de libertad sería vivir con él y amarlo.
—Lo peor era que podía entenderlo a la perfección, pero por ese entonces empecé a comprender que quería atarte para no dejarte marchar nunca. De modo que cuando se produjo el robo, y el destrozo provocado por Choso, me alegré, porque era lo que necesitaba para llevarte lejos de allí.
—Creo que nunca había estado tan abatida y desesperada —reconoció. Unos quince días después de irse a Auckland, la policía llamó para informar de que habían prendido a los ladrones, un grupo organizado que se cebaba en las tierras.
Nanami volvió a besarla, sin dejar de rozar levemente su cuerpo con el de ella.
—Lo sabía, y me aproveché de ello. Estaba decidido a tenerte. Esperaba que vivir conmigo te demostraría que te habías enamorado un poco de mí. Y hasta esta mañana pensé que tenía éxito.
—Tuviste demasiado éxito —indicó con voz soñadora.
—¡Pero esta mañana te marchaste como si yo no significara nada! Al volver a casa... ¡me parece que ha pasado un año!... no podía creer que te hubieras ido. ¿Por qué, ________? ¿Creíste a Toji cuando dijo que te deseaba porque también él lo hacía?
—Claro que no. Te dejé porque estoy perdida, irrevocable y locamente enamorada de ti, y pensaba que sólo querías una amante. Me daba la impresión de que nos habíamos conocido con unas máscaras que jamás llegamos a quitarnos, y que si no podía tenerlo todo, era más seguro no tener nada. En otras palabras, huí como una cobarde.
—¿Habrías vuelto alguna vez a mi lado?
—Sí —repuso tras un titubeo—. Te amo. Dejarte me desgarró el corazón.
Nanami bajó la mano a su cadera y acarició la piel satinada de su entrepierna.
—No habría dejado de buscarte hasta haberte encontrado. Te necesito tanto. Nada vale la pena si no estás conmigo, si no puedo volver a casa para ver esos ojos perversos y esa sonrisa tentadora, si no sé que al final del día nos sentaremos juntos y charlaremos. Hacer el amor contigo es un paraíso que no me merezco, pero valoro todas las demás cosas de ti de igual manera... tu inteligencia rápida, tu energía, tu obstinada determinación para hacer lo que consideras correcto, tu sólida integridad. ________, dulce ángel, cásate conmigo pronto.
Gracias por esperar nuevamente no olviden VOTAR, ya casi terminamos esta linda historia 💖💖🤞🏻🤞🏻
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Más que Amante - Nanami Kento X Reader 💝💘🍋
FanfictionT/N Gerner no estaba en venta; un hombre ya había aprendido esa lección y Nanami Kento tendría que aprenderla también. Su nuevo vecino era viril, protector y generoso en exceso, pero nada conseguiría que T/N se metiera en su cama... Hasta la noche e...