Tomados de la mano entraron al restaurante siendo recibidos por el recepcionista, le explicaron que no tenían reservación previa así que encontrar una mesa en el establecimiento fue algo difícil aunque nada que no se solucione con el dinero del matrimonio.
El recepcionista los guió hasta su mesa y les dejó la carta anunciando que una señorita los atendería a continuación. Todo en el menú se veía apetitoso y Dongmin no sabía qué pedir, a diferencia de In-yeop que siempre se iba por lo clásico, bibimbap.
—Amor creo que deberías apurarte, no tardan en venir a tomar nuestra orden —dijo In-yeop acariciándole la mano.
—Y tú deberías pedir otra cosa —respondió con el ceño fruncido, no le gustaba que lo apuraran— hay comidas internacionales y tú simplemente pides lo mismo de siempre.
In-yeop soltó la mano de Dongmin y con un bufido se dispuso a revisar nuevamente la carta, a veces su rubio esposo era un tanto complicado pero durante el tiempo que habían estado juntos él había logrado comprenderlo y a pesar de todos sus cambios de humor lo amaba.
ººº
Bin y Minhyuk bajaron del taxi que los dejó frente a un elegante restaurante, el de ojos lobunos había insistido en ir a comer a ese lugar.
—Este lugar tiene la pinta de ser muy costoso —habló el pelinegro.
—Bin por favor, te pudres en dinero —golpeó el brazo de su amigo— esto no es nada para ti.
El pelinegro negó con la cabeza y ambos entraron al lugar, Minhyuk ya había hecho reservación así que rápidamente los guiaron a su mesa, ambos ordenaron y ahora se encontraban esperando su comida.
Mientras tanto Bin recorría con su mirada cada punto del restaurante y vaya que el mundo era pequeño, a tres mesas de la suya se encontraba Dongmin en compañía de un hombre que supuso que era su esposo, el rubio se veía jodidamente hermoso con ese atuendo monocromo pero lamentablemente tenía la expresión aburrida, al parecer su acompañante no lograba entretenerlo lo suficiente. Una alocada idea rondaba su mente y sí o sí la llevaría a cabo.
Tomó uno de los tenedores que estaban sobre la mesa y lo soltó haciendo que al chocar con el piso causara un fuerte ruido, aquello llamó la atención del rubio que giró su cabeza en dirección del sonido proveniente, enseguida reconoció a Bin que lo miraba con una sonrisa sutil, al lograr tener la vista del rubio en él se puso de pie y se dirigió hacia la parte donde estaban lo servicios higiénicos.
Dongmin tomó aquello como una invitación a seguirlo.
—Ahora vuelvo, iré a revisar mi maquillaje —le dijo a In-yeop y este asintió sin importancia, su comida estaba muy buena como para distraerse con otra cosa.
El rubio soltó un suspiro y caminó lentamente hasta donde Bin se había metido. Minhyuk que miraba todo desde su lugar no pudo evitar reír.
Dongmin abrió la puerta del baño y cuando entró no vio a Bin por ningún lado, probablemente estaría en alguno de los cubículos pero definitivamente no se pondría a revisar, su intención fue darse la vuelta y volver con In-yeop mas cuando tomó el pomo de la puerta su cintura su rodeada desde atrás, giró nuevamente encontrándose con la sonrisa y los penetrantes ojos marrones del pelinegro que le hicieron tragar grueso.
—Me seguiste —afirmó—¿puedo saber el por qué?
Esa pregunta le puso a pensar, simplemente hubo algo que lo empujó a hacerlo ese era el motivo.
—Solo quería saludarte —sonrió intentando ocultar su nerviosismo.
—Entiendo —Bin afianzó el agarre en la cintura de Dongmin y con pasos lentos caminó hasta acorralarlo contra la pared— eso es lo que hacen los amigos ¿no?
El pelinegro estaba usando un tono demasiado seductor que ponía a temblar a Dongmin, lentamente sus manos se fueron colando por dentro de su abrigo y su cafarena hasta tocar la suave piel del rubio.
Dongmin no era del todo inocente aunque lo aparentara, ante la acción del pelinegro una sonrisa ladina se dibujó en su rostro, sabía por dónde comenzaban a ir las cosas y realmente no tenía ganas de detenerlo.
—¿Qué haces Binnie? —preguntó— los amigos no se tocan de la forma en que lo estás haciendo conmigo.
Las manos de Bin comenzaron a subir hasta atrapar los pezones de Dongmin robándole un suspiro, sus dedos se movían en círculos alrededor del pequeño botón del rubio, mientras este solo se podía dejar llevar.
—Dudo que podamos ser solo amigos —dijo el pelinegro y enseguida atrapó los carnosos labios del otro hundiéndose en un beso demandante cargado de deseo.
Los brazos de Dongmin se enroscaron en el cuello de Bin quitando todo espacio entre ellos, sus entrepiernas se rozaban enloqueciendo a ambos. Se tuvieron que separar debido a la falta de oxígeno, los dos amantes querían más del otro porque un beso y unos cuantos toques no eran suficientes para saciarlos.
—Ten —el rubio sacó una tarjeta de su bolsillo y se la tendió a Bin— nos vemos ahí a las diez de la noche.
Dejó un último beso sobre los labios de Bin y arreglándose la ropa salió del baño. Bin con una sonrisa tonta miró la tarjeta, era la dirección de un hotel y después de un par de minutos salió del baño también dirigiéndose a su mesa, observo de reojo si el rubio aún seguía ahí pero ya no estaba.

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Mine | Binwoo
Fiksi PenggemarDongmin lleva un año de casado y tras una discusión con su esposo sale de casa en busca de algo de distracción llegando a un club donde conoce a Bin, un pelinegro que desde que vio a Dongmin entrar a aquel lugar, quedó hipnotizado con su belleza. O...