34

76 15 2
                                    

—¿Tú eres Boo Seungkwan?

El castaño miraba inquisitivo a la mujer que estaba en su puerta, tenía muy buena presencia, sin duda era adinerada.

—Sí, soy yo —respondió— adelante.

Seungkwan sentía que conocía a la mujer pero no recordaba de dónde, quizás era alguna socia de su padre y necesitaba hablar de negocios con él, solo por esa razón la dejó pasar a su casa.

—¿Busca a mi padre? —preguntó— debe estar en su despacho, ya mismo le iré a llamar.

Cuando estaba por emprender camino en busca de su progenitor la mujer lo detuvo tomándolo suavemente de una de sus muñecas, el castaño giró confundido por la actitud de esa señora y esperó a que ella hablara.

—No busco a tu padre, quiero hablar contigo —dijo— ¿hay algún lugar donde podamos tener una conversación privada?

Seungkwan asintió y guió a la señora hasta la parte trasera de su casa, había un enorme jardín que contaba con muchas variedades de flores y justo en el centro había una mesa circular con seis sillas alrededor, todo cubierto por una sombrilla.

El castaño con un gesto de mano le indicó a la mujer que podía sentarse mientras él pedía a una de sus sirvientas que les trajera una jarra de té caliente.

—Vaya, es un lugar bonito —comentó la persona frente a Seungkwan— a tu madre le debe gustar cuidar mucho su jardín.

—De hecho, mi madre prefiere viajar todo el tiempo —se aclaró la garganta— casi nunca tiene tiempo para su familia y mucho menos para el jardín —dijo serio— pero bueno, mejor dígame quién es usted y de que quiere hablar conmigo.

La mujer sonrió complacida con la actitud del castaño, él era perfecto para lo que tenía en mente, ella estaba segura que el muchacho le ayudaría a realizar cada cosa que le dijera.

—Soy Lee Sooyoung, madre de Dongmin—estiró su mano esperando que el castaño la estrechara, pero no pasó así que la retiró y soltó una risita que estaba lejos de ser divertida— no tienes que mostrarte reacio conmigo, estoy de tu lado.

Seungkwan no entendió lo último, de hecho ni siquiera entendía qué hacía la madre de su rival en su casa y tomando el té con él.

—Sé que tú amas al tal Bin, pero este no te corresponde, ¿verdad? —la mujer sonrió de nuevo— ese gesto tuyo lo dice todo, bueno la razón por la que estoy aquí es porque a mi me interesa que mi hijo deje al modelito y tú me puedes ayudar a eso. Ambos ganamos, ¿no crees? tú te quedas con tu noviecito y yo logro que Dongmin no se divorcie de su esposo.

El castaño lo pensó durante unos segundos, sin duda la propuesta era tentadora, pero ¿podría confiar en ella? tal vez todo era una trampa, antes de aceptar cualquier trato primero tenía que hacer muchas preguntas.

—¿Por qué haría eso? no se supone que usted como madre debe apoyar a su hijo —dijo desafiante— ¿quién me asegura que no está mintiendo?

—Eres inteligente, me gusta —Sooyoung tomó un sorbo de su té— Jimin está viviendo con tu novio en su departamento, durmiendo en la cama donde tú alguna vez también dormiste y si su relación sigue creciendo él va a dejarte sin importarle el bebé que, según tú, llevas dentro ¿ahora confías?

Si bien Seungkwan sabía muchas cosas acerca de Dongmin y Bin, desconocía que vivían juntos y esa cercanía no era buena para nada. Sus nervios se empezaron a alterar con el solo hecho de imaginar que ese horrible rubio se embarazara de nuevo, porque si vivían juntos era obvio que tenían sexo, ahora más que nunca tenía muchas ganas de separarlos, no era justo que él estuviera perdidamente enamorado de Bin y este solamente lo estuviera engañando descaradamente.

—Bien —dijo finalmente— ¿qué debo hacer?

Sooyoung juntó sus manos y ladeó su cabeza analizando al castaño, ella no era tonta, mucho menos estúpida y si de algo le habían servido sus años era haber aprendido a leer a las personas y descifrarlas, era por eso que su esposo le decía muchas veces que en vez de ser contadora debió ser psicóloga.

—Primero debes ser totalmente sincero conmigo —tomó un sorbo de su té para continuar— tú no estás embarazado, ¿me equivoco?

Seungkwan abrió sus ojos como platos sorprendido por lo que la mujer decía, se supone que todo lo había hecho de manera cuidadosa, entonces ¿cómo era que Sooyoung lo sabía? Trago saliva y avergonzado negó con la cabeza tratando de que las lágrimas no salieran de sus ojos, se sentía expuesto y siempre había odiado esa sensación.

—Yo... yo lo hice para que Bin no se alejara de mí —dijo— por favor no le diga nada, él jamás me lo va a perdonar.

—Yo no diré nada, es más, hasta te voy a ayudar, total estamos juntos en esto —soltó la mujer— ¿tú de verdad quieres un hijo?

Seungkwan asintió muy convencido, esa sería la única manera de retener al pelinegro durante toda su vida.

—Bien, entonces mañana iremos a un banco de esperma —sacó unas notas de su bolso y apuntó una dirección para dársela al castaño— ten, nos vemos mañana en este lugar a las diez de la noche, él que atiende allí es amigo mío así que no habrá problemas con la hora.

—¿Para qué iremos a este lugar?

—Ay niño —la mujer viró sus ojos— es obvio que tu mentira será revelada si al pasar de los meses tu vientre no crece, por eso necesitamos que te embaraces de verdad y si Moon te pide un ADN aceptas para evitar las dudas, ya luego manipulamos los resultados y listo.

—Ah...

Esta mujer lo tenía todo planeado y eso de cierta forma asustaba a Seungkwan, pero después de todo su ayuda sería muy útil.

—Bueno, ya debo irme —Sooyoung se puso de pie— nos vemos mañana, se puntual por favor odio que me hagan esperar.

La mujer salió dejando a un Seungkwan muy contento, con la ayuda de la mamá de Dongmin sin duda el pelinegro sería solo de él y para él.

Mine | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora