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—Dongmin, amor despierta —In-yeop movía el pequeño cuerpo de su esposo— me tengo que ir, además te llamaron de una pastelería.

Aquello hizo que Dongmin abriera sus ojos, ¿una pastelería? por qué razón le llamarían de ahí, se incorporó y frotó sus ojos con el dorso de su mano y bostezó.

—¿Cuál es el nombre de la pastelería? —preguntó aún adormilado.

—El joven no me lo dijo —le tendió el móvil a Dongmin— solo que habías ordenado unos cupcakes y ya estaban listos.

El rubio fue a su historial de llamadas y casi se le va el corazón despertándolo por completo, «Bin» decía, le había marcado cuatro veces.

—T-tú ¿hablaste de a-algo más? —preguntó asustado y tartamudeando pero In-yeop no pareció darse cuenta.

—No solo dijo eso y colgó —el rubio asintió— ¿por qué ordenaste cupcakes si tú los preparas muy deliciosos?

—Para apoyar, es una pastelería pequeña que abrió hace poco.

—Que lindo mi esposo, siempre tan bueno —sonrió acariciando su rostro— ya me tengo que ir.

Dongmin asintió y después de unos cuantos besos In-yeop se fue de casa, la soledad de Dongmin había vuelto.


ººº


Una semana había pasado y desde entonces Bin y Dongmin no habían vuelto a hablar, el pelinegro moría por enviarle un mensaje pero no quería parecer un intenso, ya suficiente tenía con la escena que hizo con el esposo de Dongmin.

El pelinegro esta mañana se encontraba entrando al gimnasio para realizar su rutina diaria de dos horas de duración, primero comenzaría con hip trust y terminaría con unas sentadillas básicas pero añadiendo peso, al terminar se metió a los vestidores y se bañó para salir del gym.

Iba caminando por un parque cuando vio cierta cabellera que sabía perfectamente a quién le pertenecía, su corazón dio un brinco que no supo interpretar y se acercó al rubio que hacía estiramientos.

—Dongmin—llamó desde atrás.

Los nervios del rubio aparecieron y con lentitud giró hasta encontrarse con los ojos de Bin que lo miraban con añoranza.

—Binnie—dijo y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro— ¿Cómo estás?

—Me gustaría decir que bien, pero cierto rubio no se ha contactado conmigo y la verdad eso me tiene mal.

Y ahí estaba el lado seductor de Bin saliendo a flote, Dongmin miró a ambos lados comprobando que no había nadie alrededor, una vez hecho eso se acercó un par de pasos a Bin.

—Lo siento mucho —fingió tristeza— ¿y qué puede hacer ese rubio para que te sientas mejor?

El pelinegro rio por lo bajo, Dongmin iba a ser su perdición sin duda alguna, es que la forma en que lo miraba debería ser ilegal, eso de fingir inocencia no estaba bien.

—Él sabe muy bien lo que quiero.

Antes de responder el rubio tomó su botella de agua y bebió de esta dejando que el agua se escurra por las comisuras de su boca dejando mucho a la imaginación del pelinegro la cual había volado por los cielos despertando a su amigo de abajo y aquello no pasó desapercibido por Donngmin, arqueo una ceja y sonrió.

—Parece que necesitas ayuda ahora mismo y como soy una persona que se hace cargo de sus actos te ayudaré con eso —dijo apretando la entrepierna del otro.

Se colocó sus lentes oscuros de sol y tomando la mano del pelinegro lo guio hasta donde estaba su camioneta, ambos subieron y el rubio condujo hasta su casa.

—Tienes una casa bastante grande —comentó Bin observando la propiedad.

—Así es señor pastelero —reprimió una risa.

—No me lo recuerdes que se me vuelve a bajar la presión.

Dongmin de un salto se colgó del cuello de Bin envolviendo sus piernas alrededor de su cadera y comenzó a besarlo, el pelinegro correspondió al beso al instante mientras masajeaba las nalgas de Dongmin que al estar en pantalones pegados de licra se notaban a la perfección, eran grandes y muy bien formadas.

Los besos de Bin empezaron a descender hasta las clavículas del rubio robándole más de un jadeo, mientras este se sujetaba fuerte del cabello negro.

—Mi habitación está arriba, no creo poder aguantar mucho tiempo si sigues succionando mi piel de esa manera.

—Está bien bebé, te llenaré tanto que no querrás volver a alejarte por tanto tiempo —dijo dándole una nalgada al rubio.

—A-ah —gimió— lo espero con ansias papi. 

Mine | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora