El rubio llegó a la casa de sus padres llorando, no era justo que siga sufriendo después de tanto. Sí, se equivocó pero ya había pagado con creces sus errores.
—¿Papá?
Dongmin habló pero nadie en casa contestó, parecía que no había nadie así que dejando sus maletas en la sala subió al segundo piso, su intención era ir hacia su antigua habitación y cuando estaba caminando hacia el lugar mencionado la luz de la oficina de sus padres llamó su atención, tal vez no estaba solo como pensaba.
Caminó a pasos lentos hasta que llegó a la puerta, su mamá hablaba por teléfono por lo que prefirió quedarse ahí esperando.
—Que sí, niño —decía la mujer— todo está bajo control.
La conversación era normal y parecía que se tornaría larga, así que decidió irse pero cuando giró listo para marcharse y meterse a su habitación, su madre pronunció un nombre que lo hizo detenerse.
—Seungkwan, el modelito ya es tuyo —soltó congelando a Dongmin— yo ya hice la parte más difícil, ahora te toca a ti seguir diciendo que el bebé que esperas es de Moon, no se te vaya a ocurrir revelar la verdad bajo ninguna circunstancia —amenazó— recuerda que no fue tan sencillo conseguir un banco de espermas para inseminarte así que por favor, valora mi esfuerzo.
Dongmin llevó una de sus manos hacia su boca para reprimir el ruido de sus sollozos, ¿cómo era posible que su madre fuera tan despiadada de hacerle pasar por todo esto?
Corrió a su habitación y se metió cerrando la puerta muy fuerte y el sonido que produjo hizo que Sooyoung colgara la llamada y fuera a ver de quién se trataba.
Salió de su oficina asustada, no quería ser descubierta por nadie, mucho menos su esposo ya que si se enteraba no se lo perdonaría jamás.
Se asomó por la ventana del segundo piso y desde ahí observó unas maletas que rápidamente reconoció como las de su hijo, su rostro palideció y fue hasta la habitación de Dongmin, tocó la puerta y al ver que no le habría, ella entró sin más.
El rubio estaba hecho una bolita sobre la cama y de sus ojos caían gruesas gotas, aquella imagen partió el corazón de Sooyoung, ella no quería lastimar a su hijo, solo quería asegurar su futuro y por eso actuó como lo hizo.
—Pequeño...
La mujer intentó acercarse y tocar a Dongmin, pero este se apartó bruscamente y se puso de pie de inmediato.
Con sus ojos inyectados en sangre miró a su madre de una forma tan penetrante que la hizo temblar.
—No quiero que te acerques nunca más a mí —dijo tratando de mantener su voz firme— ni que me llames hijo, tú ya no eres mi madre, porque la mujer que me dio a luz jamás hubiera hecho lo que tú hiciste.
Sooyoung se cubrió la boca y prefirió quedarse en su lugar, Dongmin necesitaba desahogarse y ella le daría su espacio.
—¡¿Cómo fuiste capaz de inventar algo así?! —gritó el rubio perdiendo los estribos y comenzando a andar furioso por la habitación— ¿acaso creíste que nunca me enteraría? tarde o temprano las dudas hubieran saltado y habríamos descubierto todo —dijo tirando al piso un portafotos donde salían él y su madre— ¡por tu culpa me separé una vez más de la persona que amo! pero ni creas que esto se va a quedar así, Sooyoung, tú y tu cómplice tendrán que arreglar lo que comenzaron.
Al terminar de decir todo eso el pecho de Dongmin subía y bajaba como si hubiera corrido una maratón.
Y por otro lado, Hamin que acababa de llegar a su casa había escuchado todo lo último que dijo su hijo pero no lo entendía. Subió rápidamente y encontró a Donmin y a su esposa como nunca jamás pensó. Sooyoung estaba en una esquina llorando y el rubio estaba colérico aventando todo lo que encontraba a su paso. Hamin nunca los había visto así.
—¡Basta! —gritó desde la puerta deteniendo la siguiente acción de Dongmin.
Hamin preocupado abrazó a su hijo y lo arrulló como si de un bebé se tratase, el rubio volvió a llorar.
—Ya, Minnie, sea lo que sea ya pasó —dijo tratando de calmar al sol de sus ojos— ahora no entiendo nada, pero si me explicas estoy seguro que haré hasta lo imposible por hacerte sentir mejor.
—Me defraudó, papá —respondió aún sollozando— creí que solo quería mi bienestar ,pero me equivoqué.
Hamin no entendía a quién se refería, por su mente pasó Bin, pero si hubiera sido él, ¿por qué su esposa lloraría?
—¿Hay algo que me quieras decir, Sooyoung? —preguntó temiendo la respuesta.
La mujer trató de calmarse y con mucha vergüenza y dolor comenzó a explicar cada cosa que había hecho junto con Seungkwan.
Cada palabra que salía de la boca de Sooyoung consternaba a Hamin, incapaz de creer todo lo que había hecho solo por el dinero, porque el único interés que tenía su esposa en mantener a Dongmin casado, era juntar su empresa con la de Hwang In-yeop para recibir una mayor remuneración económica.
—Sé que todo lo hice fue ruin y perverso —dijo Sooyoung arrepentida— no debí actuar así.
—Te desconozco —Hamin habló— la mujer con la que me casé era buena y siempre quería el bien para todas las personas. ¿En qué momento cambiaste? ¿Quién eres? la mujer de la que me enamoré no puedes ser tú, Sooyoung.
El señor Lee intentó salir de la habitación abrazando a su hijo, ambos con el corazón roto, pero Sooyoung los detuvo.
—¿A dónde van? —preguntó.
—A cualquier lugar donde no estés tú —respondió su esposo y se marchó junto a Dongmin.
Hamin le podía perdonar cualquier cosa a Sooyoung, inclusive una infidelidad, pero que haya destrozado a su hijo por algo tan simple como el dinero, jamás.
Ya solo faltan 3 o 4 capítulos para que termine esta historia :(
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Mine | Binwoo
FanfictionDongmin lleva un año de casado y tras una discusión con su esposo sale de casa en busca de algo de distracción llegando a un club donde conoce a Bin, un pelinegro que desde que vio a Dongmin entrar a aquel lugar, quedó hipnotizado con su belleza. O...