Amante Real

Capitulo 25

"Elena"

Marinette

¿Qué puedo decir?

¿Qué puedo hacer?

Me separo de Adrien.

-¿qué te pasa?

-mi padre... acaba de vernos.

-yo me puedo encargar

Deja un beso en mi frente acomodandome el vestido y sale de la habitación, vuelvo el cuadro a su lugar.

¿Qué le dirá?

¿Lo amenazará?

Me arreglo el cabello y espero unos segundos antes de salir, hay tanta servidumbre corriendo de aquí para allá.

Detengo a una doncella.

-¿qué le pasa a la princesa?

-majestad el Rey pidió que le avisaran que ella esta muy mal, tiene gangrena, al parecer la señorita estaba en el bosque cuando la encontraron desmayada, cayó por un acantilado no muy profundo pero se dañó la pierna y tiene una herida abierta.

-¿es grave?

-majestad... creo que le cortaran la pierna.

La suelto, no esperaba esto, es más grave de lo que tenía previsto, se supone que debía caer enferma de algo viral.

...

-¿como te sientes Gabriel?

-es difícil para mi y más difícil para ella, ¿porque como continuará su vida?

-no se que decirte

-su belleza es lo único de lo que se vale, conseguirle un marido ahora es tarea imposible.

Los gritos resuenan en todo el palacio, le están cortando la pierna, el toma mi mano y la sujeta con fuerza.

La puerta se abre y entra toda la corte francesa.

-majestades-se inclinan frente a nosotros y Vincent no aparta la vista de mi-

Aunque trate de ignorarlo siento su mirada.

-espero entiendan señores que hoy no es un bien día para recibirlos.

-lo sabemos majestad pero es de suma urgencia hablar sobre los rumores de la moneda en Inglaterra.

Gabriel me mira durante unos segundos.

-debo hacerlo, es el futuro de mi hijo del que hablamos.

Besa mi frente y sale seguido de sus ministros.

...

Vuelvo al pasillo y sale el médico seguido de enfermeras, la servidumbre sale con sábanas manchadas de sangre.

-hemos terminado majestad... pero ella.

-¿ella qué?

-tuve que cedarla porque no dejaba de gritar y quejarse... diciendo que prefiere morir antes que segu

-ya basta... abajo le pagarán por sus servicios, si es todo ya puede irse.

Es acompañado por los oficiales y todos desaparecen de mi vista.

Escucho sus lamentos y al entrar me encuentro con ella en la cama, toda sudorosa y tirando de las cortinas arrojando las almohadas a todos lados.

-¿qué haces aquí?

-tu padre me pidió que viniera.

-¿estás feliz?, siempre has querido mi mal.

-no es cierto... es una pena que sigas pensando eso.