Amante Real

Capitulo 32

"Moriría por ti"

Marinette

Hace un año conocí a Charles de Freycinet en Italia, Karina me lo presentó y si era verdaderamente confuso su apellido francés viviendo en Italia, de orígenes franceses con preparación llegó a tener su título de general.

En lo que vamos de comunicación ha sido un buen informante, siempre manteniendome al tanto de los movimientos Vincent.

-majestad-toma mi mano y deja un beso sabiendo yo que esta desesperado por lanzarse a mis labios y besarme-ministros.

-el general será de gran ayuda con la información de los soldados traidores, es por eso que insistí en su visita

Empezamos con la conversación de los siguientes pasos a seguir, hablamos de más temas y la llamada de hombres jóvenes para enlistarse y defender a Francia.

Si algún día quisieran levantar una revolución ellos estarán ahí para proteger a la familia Real.

Disimulo un poco la sonrisa cada que siento su mirada sobre mi.

Coincidimos cuando levanto la vista.

-creo que hemos terminado por hoy majestad.

-debo pedirles un favor ministros, que la Ley de Sangre sea un secreto entre ustedes y yo, hasta que podamos tener a Vincent en nuestras manos

-así será majestad

Empiezan a salir y mi invitado se queda al extremo de la otra mesa, en cuanto la puerta se cierra me levanto y hace lo mismo no perdemos tiempo al correr y abrazarnos, toma mi cara y deja bastantes besos en todo mi rostro.

-¿me extrañaste demasiado?

-como no tienes idea amor mio.

Es el hombre con el corazón más devoto antes hacia su Dios, pero hora su devoción es hacia mi.

-tus cartas me llegan cada semana, pero debemos tener cuidado, no quisiera que interceptaran alguna de ellas y pasara algo malo.

Toma mis manos y deja besos en ellas.

Levanta la vista desde abajo y puedo verlo en sus ojos se que me ve como una divinidad.

-estas más hermosa cada día, ¿qué es eso mi amor?, hoy los ojos te brillan más que de costumbre.

-estoy feliz que estés aquí

-yo estoy feliz de estar contigo, nadie deja de hablar desde tu visita el año pasado a Italia, el pueblo escuchaba los rumores de tu belleza pero no lo creían.

Paso un mano delinendo su rostro.

-pareces una escultura, piel blanca y cabello negro, aunque ellos no lo sepan eres delicada, una belleza muy apreciada, se que lo digo mucho pero...

-continúa-me gusta que hablen de mi y sobre todo de mi belleza-

-este atractivo inmaculado no pasa desapercibido por nadie, ni para hombres casados, ni los ministros quien se supone sirven a Dios, pero si supieran lo pecaminoso y lo bien que se siente estar entre tus piernas te adorarian a ti.

Alcanzo su rostro y lo atraigo a mis labios.

-me encantas-susurra contra mis labios-

-si lo se, siempre me lo recalcas en tus cartas

Nos besamos y puedo ponerlo como el más romántico de mis amantes, no hay hombre como el que me venere cada día y que lo tenga pensando en mi como algo adictivo.

-¿no quiéres venir conmigo a Italia?

-¿con la reciente muerte del Rey?, no, Francia pensará lo peor de mi.