Capitulo 3

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"Predicciones"

Marinette

Observo desde el salón como la hermana de la Reina pasea del brazo del Rey en el jardín.

Tal vez la confianza que tienen es como los simples cuñados que fueron.

A los príncipes les agrada pero no como para una segunda mamá y mucho menos Reina.

Caminan y se sientan en el banco del jardín, ella posa su mano por encima de la de el y no se aparta solo sonríe, ¿será por el hecho de que la recuerda mucho?

Físicamente es Emilie pero la personalidad que carga es totalmente la gemela codiciosa.

-Marinette

-Felix!!-llevo la mano al pecho-me asustaste.

-¿espías a mi padre?

-Elena quiere asegurarse de que no será su nueva madre

-no lo creo, mi padre no se va a dejar manipular fácilmente.

-es tu tía.

-se de lo que Amelie es capaz, tampoco me agrada la idea.

-pero... miralos-se para a mi lado desde aquí podemos tener una imagen de ellos-el Rey se ve feliz.

-es porque se parece a mi madre, no puedes compararlas Marinette, mi padre aún sigue dolido pero lo conozco y no dejará que el lugar de la Reina sea sustituido fácilmente

-entonces puedo asegurarle a Elena que pierda cuidado.

Trato de irme pero me sostiene del brazo.

-sin embargo... nada evitará que mi padre quiera casarse tal vez pronto, si no lo hace el no podrá ser Rey.

-¿por qué no conocía eso?

-es simple... sin Rey no hay Reina, sin Reina no hay Rey, por el momento aún mantenemos paz con Italia por los príncipes, ¿de que sirve que sea Rey si no se hizo la alianza con los principes?, pero si no consigue a alguien posiblemente esa "paz" termine pronto.

-pero entonces tu tía es la solución y al mismo tiempo no...

-mi padre nunca pediría su mano, pero nadie puede adivinar lo que pasará, ¿cierto?

Adivinar...

Nos despedimos y me alisto para salir del palacio, los vestidos que me confeccioné llaman la atención, tanto por los colores y la tela que usé.

Me pongo la capa que tapa gran parte de mi vestido.

Todo el mundo piensa que pertenezco a la corte francesa cuando enrealidad soy parte del pueblo de Francia, también crecí en estas calles pero la vida me tenía preparado el Palacio.

Voy con la gitana, la única mujer a la que no han atrapado por brujería o adivina, si la corte se enteraría que frecuento muy seguido con una mujer así me colgarían.

Me desvío cuando veo algunos guardias rondando por la sastrería donde la gitana se esconde.

Entro y me voy a los cuartos de atrás, los dueños saben que no pueden soltar palabra alguna, porque reciben dinero y eso a ellos les conviene, me dejan pasar sabiendo lo que siempre hago aquí.

-¿esos guardias te asustaron?

-no podia dejar que me reconozcan Alya-terminan de encender las velas de la habitación-

-¿qué trajiste?

-necesito saber que le espera al dueño de esto-saco un pañuelo con bordados y sus iniciales-

Amante RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora