CHAPTER 3

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Caminó por unos diez minutos mientras pateaba cosas a su paso. No se sentía bien, no podía dormir y lo último que quería era que le tuvieran lastima por su estado físico o eso era lo que ella creía.

-Yo puedo pagar mis propias cosas. -Murmuró con molestia y detuvo sus pasos cuando llegó a la casa de Giselle, quería contarle lo que había pasado recientemente.

Tocó sutilmente la puerta porque no quería ser grosera con los padres de Giselle quienes de seguro estaban en casa para pasar el día con su hija. Cuando la puerta se abrió, Winter sonrió ampliamente al ver a la madre de Aeri ahí luciendo tan radiante y cariñosa como siempre.

-¡Kim Minjeong!, ¿Cómo estás? Pasa. -La señora se hizo a un lado para dejar que Winter entrara a la casa.

-Buenas tardes, señora Uchinaga. Disculpe por venir sin avisar es solo que me gustaría hablar con Aeri. -Habló la más joven mientras se abrazaba a si misma ya que hacía frío.

-No te preocupes, justo vamos saliendo y ya que viniste no la dejaremos sola. -La señora le regaló una cálida y amable sonrisa a Winter lo que ocasionó que esta asintiera con una sonrisa genuina.

Winter caminó hasta la habitación de Aeri y entró sin tocar.

-Giselle tus padres dicen que-... -No pudo hablar porque Giselle gritó del susto ya que estaba solo en ropa interior debido a que acababa de salir del baño.

-¿Eres idiota o te haces? ¿Nunca vas a aprender a tocar antes de entrar a mi habitación?. -Cuestionó Aeri mientras se vestía rápidamente pero cuando alzó la mirada soltó una risa burlona. -¿Qué nunca habías visto un cuerpo tan hermoso como el mío?.

Winter tenía la mirada baja y estaba completamente sonrojada además de avergonzada.

-Lo... Lo siento... -Fue lo único que pudo murmurar antes de levantar lentamente la mirada cuando notó que Giselle ya estaba vestida.

-No te preocupes, solo pensé que eran mis padres, me da vergüenza. No te pongas así, tenemos lo mismo. -Giselle sonrió restándole importancia y comenzó a peinar su cabello.

-No es lo mismo verte a ti sin ropa que verme a mi sin ropa. -Habló suavemente mientras se adentraba a la habitación. Llegó hasta la cama y se recostó. -Adivina.

-¿Qué ya aceptaste que te gusto?. -Dijo en broma a lo que Winter bufó. -Entonces ya aceptaste que te gustan las chicas. -Dijo con emoción en su tono.

-¿Qué estás consumiendo? No es bueno para tu salud. -Dijo en burla y se sentó en la cama mientras jugaba con sus manos. -¿Has hablado con Ningning?.

Aeri se tensó y negó con nerviosismo, por suerte, Winter no lo notó.

-¿Alguna vez te contó sobre una mejor amiga de su infancia o algo parecido?. -Volvió a hablar. La pelinegra pensó por un largo rato hasta que su cara se iluminó como si hubiera tenido la mejor idea.

-Si, hace mucho tiempo me contó de una chica y dijo que eran inseparables a excepción de la distancia. Por cierto, esa chica está buena... Muy buena.

"¿En serio? No me digas, Gi..." Pensó Winter pero esas palabras nunca salieron de su boca. Puso los ojos en blanco ante el comentario y continuó hablando.

-Pues está en la ciudad... La conocí por casualidad y creo que está loca. -Dijo chasqueando la lengua a lo que Aeri alzó una ceja y se cruzó de brazos.

-¿Por qué lo dices?. -Cuestionó mientras analizaba a su amiga de pies a cabeza. Notó el cansancio en sus ojos pero aún así había algo ligeramente distinto en el buen sentido.

-Trabaja en la cafetería que siempre visito y cuando pedí mi Monster de uva ella se negó, me entregó otro pedido y luego pagó por mi, ¿Quien en su sano juicio haría algo así? La pueden despedir. -Dijo Winter con un tono ligeramente molesto pero luego pensó en lo último que dijo y solo esperaba que lo vayan a despedir.

-Ok... Supongamos que está bien lo que hizo, que por cierto, está bien porque te he dicho que no tomes esas porquerías.

Winter volteó los ojos y luego la miró como si quisiera golpearla. Giselle volvió a hablar.

-En fin, ¿Como llegaste a la conclusión de que es ella si no la conocías?. -Aeri se acercó para sentarse al lado de su amiga y mirarla con sus ojos llenos de curiosidad. Winter suspiró.

-Anoche cuando salí de la cafetería la ví bajo la lluvia, le di mi sueter y me fuí a casa. En la madrugada ella me escribió para decirme quién era y que Ningning le dió mi número. -Aeri se acercó más y frunció levemente las cejas.

-¿Cómo sabía quien eras?.

-Dijo que me vió en el instituto.

Ni loca iba a decir que esa chica le hacía sentir cosas inexplicables sin siquiera conocerla.

-Bueno, no veo el problema, tal vez lo de hoy lo hizo como agradecimiento y nada más. -Aeri le revolvió el cabello a la contraria y sonrió.

Winter asintió sin decir nada más y se concentró en pasar la tarde con su mejor amiga quien siempre estuvo para ella y lo agradecía. Vieron películas, jugaron juegos de mesa y cenaron pizza. Cuando la noche llegó, Winter se despidió amistosamente de Aeri y se fué caminando a casa.

No quería llegar aún así que se colocó los audífonos y comenzó a escuchar música para relajarse e ignorar al mundo entero.

Luego de unos quince minutos caminando se detuvo para acariciar a un gatito que estaba por ahí pero cuando se puso de pie nuevamente sintió ligeros pinchazos en el pecho y le dolía la cabeza. Llevó sus manos a esta e intentó controlar su respiración, no podía sufrir un ataque de ansiedad en la calle. La falta de sueño, no comer y el estrés la tenían al borde.

-Winter. -Escuchó su nombre así que se quitó los audífonos e intentó parecer lo más normal posible, se giró para saber de quien se trataba y cuando alzó la vista, su mundo se congeló. -¿A dónde vas?.

"Esa hermosa sonrisa" pensó.

-V-voy a casa... -"Idiota". Karina asintió mientras le sonreía con dulzura.

-Acabo de salir del trabajo así que también voy a casa. -Winter desvió la mirada a lo que Karina se acercó un poco más invadiendo su espacio personal. -Mirame a los ojos.

-¿Por qué?. -Cuestionó la peliroja con el corazón acelerado mientras sentía sus mejillas arder debido a la cercanía de la contraria.

-Me gusta. -Respondió de forma simple y chasqueó los dedos como si recordara algo. -Tengo tu suéter en mi apartamento, si me acompañas te lo entrego.

Winter la miró por unos segundos sin embargo no pudo hablar porque la más alta le tomó de la mano para guiarla hasta su apartamento.

Minjeong realmente no sabía en donde se estaba metiendo.

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora