En el año 2380, en la avanzada Sky City, Cael, un joven prodigio amante de la tecnología y la programación, se ve envuelto en una serie de fenómenos extraños que están ocurriendo por toda la ciudad. Su curiosidad lo lleva a encontrarse con una miste...
No sé qué hora es, probamente ya haya pasado la media noche y hace mucho frio aquí, pero estoy tan acostumbrado a este lugar en el que he estado muchas veces que ya ni siquiera llevo la cuenta, simplemente lo dejo pasar recostado en la cama con un colchón más delgado que mi propio cuerpo y eso... eso ya es decir mucho.
¿Dónde estoy? Es simple, este lugar tan insípido y sucio es una especie de prisión preventiva para casos reiterados en delitos y bueno... uno más a mi lista de robo o algo así...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Guardia: hey chico vinieron por ti. Levántate y apresúrate.
Cael: Tienes que estar bromeando... ¿otra vez el?
Me quito de mi postura acostada y me siento suspirando una vez más el mal olor que había ahí. El tipo con el arma larga ingresa la clave en la celda y me deja salir con una expresión de fastidio por mi concurrente visita al lugar.
Guardia: Te estaremos esperando para la próxima.
Cael: Será más difícil que me encuentren, créeme.
Ni siquiera lo miraba cuando le respondía, yo solo mantenía mi vista inexpresiva hacia abajo escuchando los gritos de algunos presos revoltosos a mis costados burlándose de mí y esperando con entusiasmo mi vuelta al sitio de mala muerte.
Guardia: Yo intentare hacerlo porque la próxima vez ya no pisaras este lugar si no la misma tierra donde yacen los gusanos hambrientos.
Cael: ja, acaso existe algo de eso en este lugar de porquería.
La respuesta simple era, no. Esta prisión se encontraba en el centro de esta ciudad llamada Abyss y en ella un suelo lleno exclusivamente de metal y restos humanos, un lugar que a nadie se le ocurriría pisar ni en mil años, lleno de la peor gente que te puedas imaginar, drogadictos, alterados, asesinos, mercenarios y un sinfín de gente que por cualquier motivo decidió tomar esta vida.
Guardia: Ni siquiera sé por qué te acompaño si tú ya conoces la salida perfectamente pero ya estás aquí, vete.
Tome algunas de mis pertenencias que tenían confiscadas y tome la salida topándome con una persona conocida que sabía perfectamente había sido la culpable de que pudiera pisar el exterior un día más.
Zed: Vámonos.
Cael: Gracias por la ayuda, pronto te lo pagare, pero ahora tengo otras cosas que hacer así que te dejo.
Respondí con cinismo algo que no le gustó mucho a él y me tomo del hombro deteniéndome en seco y con una voz más seria y molesta contesto.
Zed: ¿Qué son esas cosas importantes? ¿Dormir en la calle?
Cael: Una de ellas si ¿Por qué?
Otra respuesta más cargada de cinismo, aunque en esta ocasión llego con un ruido extraño proveniente de mi estómago, él se limitó a escuchar y manteniendo su mirada fija en mí, suspiro y hablo.