-Capítulo 4-

462 67 25
                                    

Al siguiente día, el sol se había escondido tras un manto de nubes grises que cubrían el cielo como un pesado telón. La luz que lograba atravesar esa barrera era tenue y difusa, envolviendo la tierra en un ambiente sombrío. Era muy probable que pronto comenzara a llover, y con esa expectativa la mayoría de la gente prefería quedarse en sus propias casas, buscando el refugio y la comodidad del hogar.

Angelo y Willow no eran la excepción,  ambos decidieron pasar la tarde juntos en el acogedor salón de la cabaña de Angelo, más precisamente en el sofá grande y acogedor cual era su punto de encuentro favorito. Ambos se acomodaron entre mantas suaves y cojines, creando una especie de nido donde podrían pasar horas sin preocuparse por nada más que la compañía mutua. En la televisión, una selección de películas esperaba para ser vistas, desde clásicas comedias románticas hasta intensos dramas. Mientras la primera película comenzaba, Willow sacó un gran tazón de palomitas de maíz recién hechas mientras Angelo, por su parte, había preparado chocolate caliente con miel, esto les reconfortaría a medida que el clima se volvía más frío. Entre risas y comentarios sobre las escenas que veían, los dos amigos se perdían en conversaciones de vario tipo, como chismeando sobre conocidos en común y compartiendo secretos que solo ellos entendían.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀{...}

Entretanto, en el cementerio había mucho trabajo que hacer. Desde las 5 de la mañana, Mortis se encontraba enterrando cuerpos. Este vestía con su traje totalmente negro y impecable, aunque ahora un poco cubierto de tierra, seguía trabajando en silencio. Cada pala de tierra que arrojaba sobre los ataúdes resonaba con un eco sordo en la quietud del lugar. Su rostro, usualmente frío y sin emociones, mostraba una determinación meticulosa mientras sus manos realizaban movimientos precisos y eficientes. A pesar de la naturaleza rutinaria del trabajo, Mortis mantenía un aire de dignidad y respeto por los difuntos.

De repente, el sonido de pasos pesados rompió la calma. Mortis levantó la mirada y vio a Frank, su robusta figura emergiendo entre las lápidas con su habitual andar torpe. Frank, con su rostro marcado por cicatrices y sus ojos pequeños y brillantes, sostenía una lista de canciones en una mano y un reproductor de música en la otra. Gruñó para llamar la atención de Mortis y le tendió la hoja de papel.

Mortis tomó la lista y la examinó con una ceja arqueada. Los títulos de las canciones eran una mezcla de techno y música electrónica, ritmos pulsantes y repetitivos que chocaban con sus gustos más sofisticados.

"No entiendo cómo es que les pueden gustar este tipo de "musica" " Comentó Mortis con desdén, mientras sus ojos recorrían la lista.

Frank soltó un gruñido insistente y señaló la lista nuevamente, haciendo entender que era la selección para la fiesta. Mortis suspiró, dejando escapar una expresión de resignación.

"Cancela tres canciones. Quiero concluir yo la fiesta."

Frank rodó los ojos y gruñó en señal de frustración, pero finalmente asintió con la cabeza. Cuándo se le devolvió la hoja de papel, el gigante se alejó, aún emitiendo sonidos de desaprobación pero si quería realizar una fiesta tenía que ceder a lo que decidía el vampiro

Mientras Frank se alejaba, Mortis se permitió un momento para reflexionar sobre los preparativos de la fiesta. Aunque prefería la música clásica, sabía que era esencial mantener a todos entretenidos. Mientras colocaba la última pala de tierra sobre la tumba, comenzó a planificar mentalmente su set de música para la última hora de la fiesta, imaginando cómo los acordes de los instrumentos clásicos transformarían la atmósfera.

Con el trabajo del cementerio concluido, Mortis regresó a su mansión que con sus grandes salones y decoración opulenta, requería ciertos ajustes para evitar cualquier posible desastre durante la fiesta. Sabía que la celebración podría ser hasta en unos días, pero prefería tener todo bajo control con anticipación.

Corazones en la Niebla {Mortis x Angelo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora