-Capítulo 13-

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Como era de mañana, la carta no se tardó mucho en llegar al destinatario. Normalmente, el correo solía llegar después de varios días o semanas, pero con Max como repartidora, lograba entregar hasta montañas de paquetes en tan solo unas horas. Podríamos decir que es como la hermana de Hermes por su velocidad anormal.

Poco antes de que Max pasara por ese lugar tétrico, la familia estaba limpiando la sala por la noche anterior. Frank hasta se había puesto un traje de doméstica (Emz lo obligó) para que supuestamente estuviera más cómodo.

"¡Te ves hermoso, Franky! No pongas esa cara, ¡sonríe!" exclamó Emz, tomándose varias fotos con Frank posando en diferentes ángulos, si bien el Frankenstein solo ponía una cara enojada y aburrida.
"Perfectas para mi vlog."

"Estoy curioso de cómo es que lo convenciste" dijo Mortis, aún en pijama, trapeando el piso. En el fondo, también era un buen amo de casa.

"Me debía un favorcito desde hace unos meses" sonrió ampliamente Emz, dejando ver su dentadura por la felicidad mientras subía las fotos a su página.

Frank solo gruñó molesto, retirándose a seguir limpiando. Como era el más fuerte, hacía los trabajos más pesados, cargando sillas y mesas o, en general, cosas de gran tamaño. De lo delicado se encargaba Mortis, que dedicaba casi media hora para limpiar una simple superficie. Era también un maniático de la limpieza. No como los limpiadores compulsivos, pero sí le gustaba mucho tener sus cosas impecables. Y por otra parte, Emz solo ponía música o ayudaba en lo más mínimo, claramente no quería arruinar su manicura.

Con el trabajo constante, pudieron terminar luego de un buen tiempo. Esculturas, cuadros, muebles caros y telas de lujo volvieron a su lugar, adornando de vuelta la habitación. Solo faltaba sacar la basura.

"Emz deja que Frank se quite eso, me darán pesadillas si lo veo así por más tiempo" dijo Mortis, tomando los sacos de basura para llevarlos afuera a los respectivos contenedores.

"Exagerado." Respondió un poco irritada siguiéndolo con la mirada hasta la puerta. "Está invidioso, no le hagas caso" agregó Emz revolviendose a Frank que ahora parecía casi no importarle si lo tenía puesto o no.

El vampiro se dirigió en dirección a los contenedores de basura que estaban divididos por plástico, vidrio, papel y húmedo. Estos se encontraban un poco más allá del cementerio, probablemente porque los encargados en recogerla tenían miedo en poner un pie cerca de las tumbas, ya que una vez juraron ver a un muerto caminar.

Tirado la basura, se dispuso en volver de vuelta a su casa, si bien se detuvo al apenas girarse ya que el buzón estaba lleno.

Sin más lo abrió y como se lo esperaba, eran revisitas de juveniles. "Creo que ni un salón de belleza tiene tantas revistas de moda como esa niña" dijo Mortis para si mismo al ver que eran todas de Emz. Sin embargo, algo más cayó al suelo al sacarlas.

"¿Y esto?" Pensó el vampiro levantándo del suelo un sobre blanco con encima escrito "Para mortis♡"

Lo primero que pensó fue que era parte de Angelo, por eso la abrió enseguida con una sonrisa estampada en su rostro. Pero al empezar a leerla se llevó una pequeña sorpresa, no lo había escrito el, ya que se refiera con pronombres femeninos, además estaba llena de palabras dulces y sucias que no podía creer que fueron escritas por su amado. Mortis solo puso una cara casi neutral pero con el seño un poco fruncido, hasta leer que el remitente de esa carta era nada más y nada menos que Willow.

"¿Una cita conmigo?" Pensó levantando una ceja ya con una expresión más de asco.

Solo tomó esa confesión de amor junto las revistas y se fue de vuelta a casa. Estaba tratando de olvidar de lo que había leído, su instinto no se equivocaba cuándo algo le decía que esa chica era rara.

Al ingresar a su hogar, dejó las revistas en la entrada, viendo cómo Frank y Emz estaban sentados en el sillón mirando programas en la televisión.

"¿Mmh?" Dijo Emz girado la cabeza al escuchar la puerta abrirse y cerrarse. "Únete a nosotros, un poco más y descubrimos porqué el padre abandonó a sus hijas" (están viendo caso cerrado)

"Tal vez otro día, iré a dar un paseo" respondió para de inmediato irse a su oficina, únicamente para tomar esa carta y tirarla al triturador de papel, haciendola mil pedazos. "Me pregunto cómo se le ocurrió hacer tal idiotez." Bufó Mortis antes de irse a su habitación y arreglarse para salir. Necesitaba ver a Angelo, se preguntaba cómo está después de lo que pasó ayer.

No tardó mucho en cambiarse, solo le bastó una ducha rápida, unos pantalones negros largos, un corset rojizo, una camisa negra, peinarse, sus zapatos de cuero y estaba más que listo para ir al pantano. Solo que en esta ocasión prefirió salir por su ventana para evitar los comentarios innecesarios de su sobrina.

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Desde la noche anterior pudo saber dónde vivía. Su fiel amigo lo siguió por petición suya, ya que quería estar seguro que llegara a salvo y sin problemas. Así que esta vez supo bien por dónde ir.

En medio del largo camino, aprovechó el hecho de estar cerca a una florería para no llegar a manos vacías. Era bastante pequeña pero muy bien cuidada.

"Buenos días, ¿en que puedo ayudarle?" Saludó una mujer de cabello morado y rizado.

"Buenos días. Una rosa porfavor." Saludó Mortis cordialmente.

"Claro. De que color la quiere?" Preguntó la vendedora

"Roja." Respondió Mortis sacando su billetera de su bolsillo.

"Bien, ¿quiere que la envuelva?"

"No gracias. Solo quitele las espinas, si es tan amable"

"Entendido, son 2.50€" agregó la mujer mientras agarraba unas pinzas.

El vampiro sacó un billete de 5€ y luego guardó su billetera, al tener su rosa ya lista le entregó el billete.

"Porfavor, quédese con el cambio." Sonrió amablemente para luego dirigirse a la salida "Tenga un buen día"

"¡Igualmente! Y muchas gracias" exclamó la florista feliz de la propina. Como se nota que Mortis estaba enamorado, casi nunca daba dinero de más a desconocidos.

Ya con su rosa en mano, continuó su camino hacia la cabaña de Angelo, esta era bastante humilde, pequeña y un poco mal cuidada. Probablemente ustedes creerán que le repugnó el hecho de que su amado viviera ahí, pero para un vampiro de ya 4000 años, supo vivir en la riqueza y en la pobreza extrema. No era nada nuevo para él.

Con leves golpes, tocó la puerta un par de veces y escondió sus manos atrás de su espalda al ver que la puerta se abría lentamente.

"¿Mmh?...Oh, eres tú." La voz de Angelo se volvió decaída al ver al vampiro. Mortis no se esperó esa reacción de su parte, estaba convencido que con lo de ayer las cosas habían cambiado drásticamente entre ellos.

"¿Te encuentras bien?" Preguntó Mortis preocupado.

"Si, excelente. ¿Algo más?" Dijo Angelo levantándo una ceja y apoyándose a la pared.

"Mmph" bufó Mortis con una leve sonrisa. "Si me respondes así es claro que está pasando algo." Agregó con voz más firme.

"No sé a qué refieres." Respondió el cupido en tono frío.

"No te engañes a ti mismo." Habló ya en tono más suave, revelandole lo que tenía detrás de su espalda. "Para ti."

Angelo se sorprendió un poco por el detalle, tomandola y viéndola más de cerca, si bien le había gustado, se negó en confiar totalmente en él. "Entra. Tenemos que hablar." Dijo ya un poco más animado con su flor regala.

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Ya son 2k de lecturas y 400 votos 😭
Esto definitivamente es el mayor logro de mi vida.
Los amo mucho (⁠ ⁠˘⁠ ⁠³⁠˘⁠)
Ps: el próximo capítulo lo subiré pronto para no dejarlos con la duda por mucho tiempo
Otra ps: noté que mucho se saltaron una parte o talvez es impresión mia, pero subí una continuación del capítulo 11, si quieren vayan a leerselo que está bueno. (Eso creo)

Corazones en la Niebla {Mortis x Angelo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora