-Capítulo 23-

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Mortis ya se encontraba en su habitación, sus pensamientos intranquilos mientras luchaba contra su proprio apetito. Sabía que necesitaba salir y alimentarse. Por eso se había cambiado de ropa, preparándose para salir, cuando de repente la ventana se abrió de golpe.

Angelo, con su habitual aire despreocupado, se deslizó dentro, con una sonrisa juguetona en su rostro. "¿lbas a algún lado?" preguntó, notando el cambio de atuendo de Mortis, su curiosidad bastante evidente.

Mortis, sorprendido por su repentina aparición, se quedó inmóvil por un momento. "Oh, ya llegaste...tengo que ir a cenar" respondió, intentando sonar casual, pero había un toque de vergüenza en su voz. Sabía que Angelo sabía a qué se refería con "cenar".

Angelo lo observó, levantando una ceja con escepticismo, y en un segundo, una idea cruzó por su mente. Su sonrisa se hizo más amplia. "Entonces llegué justo a tiempo" dijo, acercándose a Mortis, acortando la distancia entre ellos.

Mortis sintió que su corazón se aceleraba. "...Me refería a la sangre" aclaró, su tono levemente nervioso mientras Angelo se acercaba aún más. La cercanía del cupido hacía que Mortis se sintiera incómodamente consciente de su presencia y de su propio deseo mezclado con la necesidad de alimentarse.

Angelo dejó escapar una ligera risa, inclinando su cabeza de lado mientras lo miraba con una mezcla de diversión y algo más profundo. "Como si ya no lo hubieras hecho..." murmuró, sus ojos brillando con un brillo pícaro. Entonces, susurrando casi en tono provocativo, añadió: "Además, aún tenemos algo pendiente. No me lo olvidé~."

Antes de que Mortis pudiera responder, Angelo lo tomó por el cuello de la camisa, tirando de él hacia adelante con una firmeza que no dejaba lugar a dudas sobre sus intenciones. Sus labios se encontraron en un instante, el beso lleno de una intensidad que atrapó a Mortis por sorpresa.

Al principio, el contacto fue suave, una simple presión que parecía medir la respuesta de Mortis. Pero en cuestión de segundos, el beso se profundizó. Angelo movió sus labios con una confianza que desarmó al vampiro, sus manos se aferraron a su camisa con más fuerza, atrayéndolo más cerca, como si no pudiera soportar ni un centímetro de distancia entre ellos.

⚠️ Contenido fuerte, saltarse todo hasta el aviso ⚠️

Mortis, al principio inmóvil, se entregó al momento. Sus propios labios respondieron, su mano se deslizó instintivamente hacia la nuca de Angelo, sosteniéndolo mientras el beso se volvía más apasionado. La tensión que había estado acumulándose entre ellos durante toda la noche finalmente encontró una salida en ese momento.

Cada movimiento de Angelo era calculado, sus labios suaves, pero demandantes. Mortis podía sentir la mezcla de dulzura y deseo en cada uno de sus gestos, su propia hambre se fusionaba con el ardiente deseo de Angelo. Había una necesidad compartida, una conexión que ambos sentían, intensificada por la electricidad en el aire que los rodeaba.

El beso continuó, sus cuerpos casi pegados. Todo lo que importaba en ese instante era la sensación de los labios de Angelo sobre los suyos, la calidez de su aliento, la insistencia de sus manos. Mortis sintió cómo la necesidad de alimentarse quedaba momentáneamente eclipsada por otra clase de hambre, una que solo Angelo parecía ser capaz de saciar.

Finalmente, cuando el aire se volvió una necesidad, el cupido se separó ligeramente, pero sus labios todavía rozaban los de Mortis, como si no quisiera romper completamente el contacto. "No me olvidé...." susurró nuevamente, su voz cargada de una promesa que dejó a Mortis sin palabras.

Mortis lo miró, todavía sin aliento, Sabía que Angelo estaba jugando con él, pero en ese momento, no le importaba en lo más mínimo. Solo podía pensar en cómo ese beso lo había dejado con ganas de más.

Corazones en la Niebla {Mortis x Angelo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora