Corazones en la Niebla {Mortis x Angelo}

-Capítulo 7-

Con el pasar del tiempo el momento tanto esperado había llegado. Solo que Mortis no dejaba de revisar que todo estuviera perfecto antes de irse a su habitación para cambiarse con otro conjunto más adecuado para la fiesta.

"Bien, supongo que no falta nada." Dijo Mortis revisando por la sexta vez toda la sala y comidas.

"Me pregunto porque tanto escándalo...¿Será que viene alguien importante?" sussurró Emz a Frank, al cuál este se encogió de hombros, solo que ambos no tuvieron en cuenta que Mortis siendo un vampiro tenía un udito más desarrollado.

"Dejen de estar chismeando y vayan a prepararse para recibir a los invitados" Se quejó Mortis indicándo la inmensa puerta del castillo.

"Ush. Los 4000 años se hacen sentir." Respondió Emz para luego irse a la entrada, mientras Frank estaba ocupado en arreglar su set de DJ. Entretanto Barley, El barman, se encontraba ya allí, limpiando unas cuantas mesas con aire alegre. Simplemente amaba su trabajo.

Mortis se había ocupado él mismo de acomodar todo a su gusto. La zona del bar estaba meticulosamente organizada por cada tipo de licores, cuyas botellas decoraban perfectamente el ambiente. Era un lugar limpio, con sillas de cuero cómodas y una barra de madera oscura pulido que combinaba con el ambiente del Interior. También incluía una amplia variedad de bebidas alcohólicas, desde whiskys añejos y rones especiados, hasta vodkas de distintos sabores, tequilas de alta calidad, ginebras artesanales y vinos de las mejores cosechas. Las botellas estaban dispuestas de manera que no solo fueran accesibles, sino que también añadían un toque estético al entorno. Además, el bar ofrecía una selección de cócteles clásicos y contemporáneos preparados con precisión y presentados con adornos elegantes. También había opciones para aquellos que preferían algo simple, como bebidas gaseosas, té frío o jugos de frutas tropicales.

Pasando a la zona del buffet, este exhibía una variada selección de platillos exquisitamente preparados. Habían pequeños aperitivos de cada tipo, desde salmón ahumado a croquetas de pollo y una selección de quesos finos, todos dispuestos en bandejas de plata que relucían bajo las luces cálidas del salón. Los platos principales incluían filetes de salmón al grill con una ligera salsa de limón y eneldo, medallones de ternera en salsa de vino tinto acompañados de papas gratinadas, o también, pollo al horno con hierbas y limón, pescado blanco en salsa de alcaparras y camarones a la parrilla con un toque de cebolla y perejil. Todo esto eran unas de las pocas comidas que habían en esa mesa larga que parecía nunca tener una fin.

Para hacer que la fiesta fuera más inclusiva, consideró la probabilidad de que hubieran invitados veganos, ofreciendo una amplia oferta de verduras frescas del día, quinoa con verduras asadas, y frutas cortadas en una gran bandeja de metal que lucía tan bien como sabía. Había también una sección de ensaladas, con opciones que incluían desde una tradicional ensalada César hasta mezclas más exóticas con mango y aguacate.

Para complementar la experiencia gastronómica, las mesas estaban decoradas con centros de mesa de flores frescas en tonos cálidos, y velas aromáticas que añadían un toque de sofisticación y romance al ambiente. Las luces, estratégicamente colocadas, creaban una atmósfera acogedora y festiva, perfecta para una noche de celebración.

En fin, pasando al centro de la grande sala, estaba la pista de baile ocupandola, un espacio amplio que invitaba a los invitados a moverse al ritmo de la música ofrecida por Frank. Y claramente el maravilloso piano de lujo del propietario del castillo que estaba islado de barreras para evitar accidentes.

Supuestamente debería ser una fiesta informal pero, ¿qué le podremos hacer? Mortis había transformado el lugar en un paraíso de lujo y entretenimiento, asegurándose de que cada detalle contribuyera a una experiencia inolvidable para todos los asistentes. Todo estaba listo, solo faltaban los invitados. Al cuáles empezaron a llegar con el tiempo.