Subimos al avión tranquilamente. Yo estaba muy contenta, ya que estaba subiendo con Matthew, y eso no era algo que me hubiese esperado. En todo caso, en Estados Unidos hubiese sido más probable encontrarle mientras caminaba bajo un sol fuerte y caliente.
Estábamos caminando hacia el asiento y me fijé en que nadie se fijaba en él, nadie parecía saber que tenían a un actor delante de sus narices. Yo era la única.
Cuando llegamos a nuestros asientos, Matthew me dejó pasar, ya que a mi me tocaba ir en la ventanilla y él tenía que sentarse en el asiento de en medio.
Algo me decía que no hablaríamos mucho, sólo viendo bostezar a Matthew, supe que iba a dormirse.
- Te noto cansado - dije.
- Sí - se frotó la cara - he dormido muy poco.
- Tienes tiempo de dormir - le sonreí.
Asintió con la cabeza también sonriendo y el avión empezó a moverse hacia la pista de despegue. Odiaba estos momentos. Necesitaba agarrar a alguien, y al que tenía más cerca era Matthew.
El avión se paró por un segundo y el miedo se apoderó de mí. ¿Y si no llegábamos a despegar? ¿Y si...? Mis pensamientos fueron interrumpidos por el increíble acelerón que dio el avión. Por instinto, agarré la mano de Matthew y la apreté con fuerza. Él abrió los ojos de golpe.
Una vez que el avión se niveló, solté la mano de Matthew avergonzada. Estaba, literalmente, roja como un tomate. Tan siquiera me atrevía a mirarle a la cara.
- Lo siento - dije suspriando - no me gusta el momento del despegue...
- No... No pasa nada - dijo él tartamudeando.
Entonces sí que me atereví a mirarle, estaba casi más rojo que yo. Entonces sonreí sabiendo que no era la única que lo había pasado "mal". Me dí cuenta luego, de que Matthew se estaba durmiendo muy poco a poco.
- Dulces sueños, Matthew - dije entre risitas.
Entonces se acabó de dormir. Pasaron cinco minutos y vi como tenía su boca entreabierta mientras respiraba. Seguía sin creerme que él, Matthew Grey Gubler estuviera sentado a mi lado, en un viaje de doce horas. ¿Y si acababa dándome su número de teléfono? Me emocioné solo de pensarlo.
Pasaron sólo treinta minutos de trayecto, cuando el avión dio un pequeño giro hacia la derecha, y noté como algo impactaba suavemente en mi hombro. Me giré sin moverme demasiado y vi la cabeza de Matthew, aún dormido. No sé porque, pero le acaricié la cabeza. Él se restregó un poco por mi hombro y sonrió. Después de otra media hora, se despertó.
- ¿Alice? - dijo con los ojos cerrados.
- Dime - le contesté.
- ¿Me has puesto un cojín?
- No, estás en mi hombro - reí.
Abrió los ojos y se incorporó rápidamente.- Lo... Lo siento - dijo rascandose la nuca - no quería incomodarte...
- No lo has hecho. Tranquilo - le sonreí - mi hombro está a tu disposición siempre que lo necesites.
Él también me sonrió y volvió a colocar su cabeza en mi hombro. Iba a dormirse otra vez. Yo de mientras cogí mis cascos y me puse a escuchar música.
Pasaron cinco largos minutos y mi boca se abrió. Me puse la mano delante y bostecé. Tenía sueño. Apoyé mi cabeza en el asiento y me dormí.
Cuando aún estaba medio dormida, noté un ligero movimiento al lado de mi cabeza, pero no le dí importancia, y seguí durmiendo sin siquiera abrir los ojos.
Un susurro y un ligero roce en mi mejilla me despertó. Abrí los ojos y me dí cuenta de que esta vez era yo la que dormía en el hombro de Matthew. Me quería despertar por que estaban dando algo de desayuno, por si quería algo.
- ¿Cuánto queda para llegar a Virginia? - dije frotándome los ojos.
- Seis horas - sonrió.
No me dí cuenta hasta ese momento, de que el posa brazos estaba subido, y de que el brazo de Matthew rodeaba mi cintura, para que estuviese más cómoda.
- ¿Qué? - dije sobresaltada e incorporándome en mi asiento - Matthew, no puedo haber dormido tanto.
- Es broma, aun queda bastante más - dijo riéndose.
Le fulminé con la mirada y miré hacia la ventanilla, lo único que se veía era mar, mar y más mar.
- Oye - me dijo él - si quieres, puedes llamarme Matt.
Me sonrió y yo igual, asintiendo con la cabeza.
Una azafata vino y nos preguntó si queríamos algo para beber o comer. Yo negué con la cabeza, mientras Matt pedía un montón de cosas. Cuando le dieron todo lo que pidió, me quedé con la boca abierta.
- ¿De verdad te vas a comer todo eso? - señalé la mini bandeja.
- Por supuesto que no - dijo riendo - nos lo comeremos entre los dos.
No tenía ni pizca de hambre, pero asentí y comimos los dos un poco de todo, mezclando entre dulce y salado. Por mi que parecía que estábamos hambrientos, ya que nos lo terminamos todo en menos de lo que canta un gallo.
Estuvimos durmiendo y despertándonos durante todo lo que quedaba de trayecto. Hablábamos de vez en cuando, pero nada interesante.
El avión empezó a descender y Matt me agarró la mano y la apretó fuerte. Como si la vida le fuese en ello.
- Lo siento - dijo sonriendo - no soporto el momento de aterrizar.
Yo también le sonreí y cuando acabamos de aterrizar, me soltó. Cogimos nuestro equipaje de mano y nos fuimos a por las maletas. Luego cogimos un taxi.
- ¿Dónde tienes que ir? - me preguntó mientras metía mi maleta en el maletero del taxi.
- A un hotel... No sé cual - hice una mueca.
- Si quieres puedes quedarte en mi casa, al menos hasta que vuelvas.
- No, tranquilo. Me las apañaré, no te preocupes.
Hizo una mueca y me acompañó al hotel, uno que él me recomendó y se fué. No me dio el número de teléfono ni nada, cosa que me decepcionó un poco, pero al menos estuve con él.
Abrí la puerta de la habitación y me tiré en la cama. Luego cogí mi móvil y les envié un mensaje a todos, diciendoles que estaba bien, y que ahora faltaba lo peor: hablar con el FBI.
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Bueno, con este capítulo me siento algo más orgullosa, pero ya sabéis que son cortitos e.e
Hasta la próxima mis pequeñas genios :3
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Sorpresas en Virgina (Matthew Gray Gubler fanfiction) [Wattys 2017]
Fanfic"Mi sueño siempre fue entrar en el FBI para trabajar en la Unidad de Análisis de Conducta. Para eso debía nacionalizarme en Estados Unidos después de vivir una serie de años allí. Conseguí hacer mi sueño realidad gracias a Mentes Criminales y a Spen...