Lágrimas sin sentido

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Al día siguiente me desperté con una sonrisa... Y la cama vacía. Lo supe cuando me giré con el brazo estirado hacia la derecha, esperando a que chocara con alguien. Pero para mi sorpresa, chocó directamente con el colchón. Me incorporé para sentarme, cogiendo la sábana que me cubría para que no se me viera nada, y observé la habitación.

Estaba exactamente igual que cuando vino James antes de la cena. No había rastro de su ropa, ni nada que fuese suyo. Decidí ponerme algo por encima e ir al salón. En mi mente aún existía la posibilidad de que no se hubiera ido, pero en realidad sabía perfectamente que lo había hecho. Y, en efecto, no había nadie más que yo en mi casa.

Lo único que encontré fue una nota escrita a mano encima de la mesa de la cocina.

"Alice, siento tener que decirte esto en una carta, pero he tenido que irme a Washington por el asunto del caso. El equipo me necesitaba, y tardábamos mucho en encontrar al sudes. Todos estamos de acuerdo en que contigo le hubiésemos atrapado mucho antes. Nos vemos mañana en el trabajo."

Lo que más me sorprendió es que no dijo ni un te quiero ni nada parecido. ¿No se suponía que...? "Alice..." pensé "no se puede ser más estúpida". Nosotros no éramos nada, se había aprovechado de mí llevándome a la cama. Corrí a la puerta y cerré con llave. Por una vez en mi vida, estaba enfadada con todos los hombres del mundo. Incluido Matthew.

Caminé hasta el sofá a encender la tele y olvidarme de lo que acababa de pasar. Siempre me pasaban estas cosas a mí, era la típica chica inocente que no sabe qué tiene que hacer cuando pasa algo fuera de lo común. Entonces, ¿qué estaba haciendo yo en el FBI? Algo debajo de una de las sillas de la cocina atrajo mi atención de repente. De lejos parecía un papel arrugado.

Me levanté y anduve hacia él para cogerlo. Una vez lo tuve entre mis manos, lo desarrugué y leí lo que parecía una nota. Exactamente igual a la que leí antes, sólo que éste guardaba unas cuantas palabras más, para ser exactos tres, seguidas de un postdata:

"¿Quién es Matthew?"

Me llevé la mano a la frente avergonzada. Recordé las estupideces que salían de mi boca cuando estábamos en la cama a altas horas de la noche. Nombraba a Matthew cada dos por tres, porque quería que fuera él el que estuviera ahí, no James. ¿Pero por qué lo hacía? ¿Por qué...?

Mi móvil vibró dos veces y lo cogí. Al ver el número sonreí, hacía tiempo que no había contactado conmigo y de repente dejé de estar enfadada. Contesté antes de que le diera por colgar.

- ¿Diga?

- ¡Alice! - dijo mi prima.

- ¿Cómo estás? - reí al notar lo ilusionada que estaba.

- Bien. Mi padre dice que va a ir a visitarte - dijo algo feliz - ¿puedo venir yo también?

- Claro que sí, cielo - contesté contenta - todas las veces que quieras. Sabes que aquí siempre hay sitio para ti.

Estuvimos un rato más hablando, contándome cosas sobre sus estudios, que estaba cogiendo mi mismo camino. Iba a estudiar criminología. Según me decía, yo siempre había sido su ejemplo a seguir. También hablamos de chicos, ella hacía dos meses que salía con uno y decía que se querían mucho. Eso me dolió un poco, ya que yo tuve una pareja y duramos unos dos años, nosotros también nos queríamos, pero nos dejamos de ver gracias a mi propio encerramiento para estudiar, y la cosa se quedó ahí. Y ahora parecía que se habían aprovechado de mí y que el chico al que quería era, literalmente, imposible.

Volvió a vibrarme el móvil y esta vez volví a sonreír, sólo que mucho más. Al fin y al cabo, lo imposible tal vez no lo fuese tanto.

- ¿Si?

Sorpresas en Virgina (Matthew Gray Gubler fanfiction) [Wattys 2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora