♔ 𝗝𝘂𝘀𝘁 𝗢𝗻𝗲 𝗠𝗼𝗿𝗲 𝗧𝗶𝗺𝗲 ！☆ 爱: Newt X Thomas

025 Feelings:What to feel

                           Thomas

Me encontraba caminando a pasos lentos, hacia mi destino.

Procesando y reflexionando sobre mis impulsos, aunque, lo hice sin medir consecuencia alguna, no estaba seguro que fuera correcto, sin embargo, estaba jodidamente seguro que lo haría una vez más.

En tanto mi cerebro trabajaba, y mis latidos aún buscaban controlarse, mis pies pateaban de a ratos, pequeñas rocas que se atravesaban por mi camino.

Haciendo, de mi paseo, más entretenido.

Mis ojos se desviaron momentáneamente del suelo, fijandola a mis alrededores.

Una silueta conocida se vio a lo lejos, agitando suavemente su mano en forma de saludo.

Un ladeo en mis labios se mostró en mis labios. El pelinegro me saludaba desde lejos, sabía que, está tarde sería entretenida si o si.

Mis pasos se aceleraron, acercándose al otro.

— ¡Apresúrate, caracol!—Gritó el pelinegro.

— Ya voy—Respondí, acercándome al otro.

El pelinegro sonrió ampliamente, saludándome con un amigable abrazo.

— ¿Dónde te habías metido?—Cuestioné al pelinegro, mirándolo fijamente.

— Eh..Hablemos de eso adentro—Respondío, señalando el restaurante extravagante no muy lejano a nosotros.

— Mm..Bien—Asentí, siguiéndole el paso al otro.

Nuestro camino fue silencioso, sin embargo, no incómodo.

Caminamos rápidamente hacia el lugar, apenas duras, pudiendo con las grandes multitudes en el curso del pequeño viaje.

— Minho—Exclamé.

— ¿Mm?—Respondío tranquilamente.

— ¿Por qué nos vemos aquí, y no en tu...Casa?—Cuestioné, en tanto, nos adentramos al lugar.

— Bueno..—Expresó, riendo nerviosamente.

Mi mirada curiosa recorrió todo el lugar, topándome con alguien curiosamente familiar.

Aquella figura, sonriendo burlonamente hacia nosotros.

— Ven—Agregó el pelinegro, jalando de mi, hacia esa persona.

— Ya entendí—Respondí, mirando a esa persona.

— No digas nada—Exclamó, antes de que llegáramos a la mesilla.

— Cariño, no mencionaste que tendríamos un tercio—Habló el pálido, sarcásticamente.

— Mmm, lo mismo digo—Le respondí sonriendo burlescamente.

— Calla, Mikko—Habló el pelinegro, fulminando con la mirada.

— ¿Viste? Me adora—Me burlé del otro, que me miraba disgustadamente.

El contrario se mantuvo en silencio, casi, queriendo asesinarme con la mirada.

— Mejor siéntate, Thomas—Agregó el pelinegro, echándose sobre una de las sillas.

No respondí, así, siguiendo la acción del otro.

— Thomas, ¿Querías decirme algo?—Cuestionó, el pelinegro, dirigiendo su mirada hacia mi.

— Estaba preocupado por ti, hasta considere que moriste—Hablé, aún manteniendo mi tono sarcástico.

— Por desgracia, aún sigo vivo—Respondío, echándole un vistazo al tercero.