♔ 𝗝𝘂𝘀𝘁 𝗢𝗻𝗲 𝗠𝗼𝗿𝗲 𝗧𝗶𝗺𝗲 ！☆ 爱: Newt X Thomas

007 Sweet voice

El chico de ojos marrones oscuros se encontraba paralizado tras aquella pregunta del chico de cabellos dorados.

Nosotros , ¿en una misma cama, solos bajo la oscura noche? ¿Nuestros cuerpos fueron uno mismo?

Estás preguntas no dejaban de molestar a mi mente.

Mi cuerpo sentía como la fría piel del chico sentado al lado mío rozaba contra la mía, provocando que mi cuerpo se estremeciera, acelerando mis latidos y mis ojos buscaron a dónde correr tras esa mirada hipnotizante.

- Aún espero tu respuesta, Tommy. ¿Crees que hemos hecho algo indebido?- Cuestionó, acercando sus labios hacia las orejas del otro, dando escasos roces, aún siendo suficiente significativos para que el otro buscará cortar distancia.

- Estoy desnudo..- Contestó inmediatamente tras girar su rostro hacia aquel gran ventanal, dejando invadir su rostro por aquellos rayos de luz siendo totalmente iluminado, resaltando sus ojos color marrón.

- ¿Tú no tienes ropa, eh? Verás, no tienes ropa puesta porque alguien decidio vomitarse- Su risilla con aquel tono coqueto que lo distinguía hizo sonrojar al chico de cabellos revolotados hasta las orejas, haciéndolo reaccionar con girar de golpe, quedando frente a frente nuevamente con el chico de cabellos dorados.

Claro, ¿Por qué otra razón podría estar desnudo? Desde un inicio el mencionó que se había vomitado encima, era tan estúpido por mal interpretar la situación, al menos desde su perspectiva era mucho peor eso que haberse vomitado encima.

Debió considerar más allá de sexo la razón de su desnudez.

- Oh, si.. ¡Claro! ¿Por qué otra razón estaría desnudo? Tan estúpido- Le respondió entre risas, tratando de levantarse cubriendo aún su cuerpo con las frazadas que se mantenían tibias a su alrededor.

- Si, teniendo en cuenta que me complique un poco mucho en sacarte esas prendas- Confesó en un tono suave y normal, como si de cualquier cosa se tratase.

- Creo que también tendrás que lavar tu ropa- Agregó echándole un vistazo al torso descubierto del chico de cabellos revolotados.

-E-eh..- Estaba analizando aún aquellas palabras que salieron de esa traviesa y dulce voz, cuando la mirada del chico de cabellos dorados lo íntimo tras el vistazo que dio a su cuerpo desnudo.

- Gracias por eso, debió ser una gran molestia..- Susurró mientras sus ojos parecían totalmente perdidos.

- ¿Eso cre-..- Su respuesta fue interrumpida por aquella reacción tan repentina del chico de cabello desordenado, haciendo que sus ojos se abrieran en par en par, mientras sus labios formaban una suave sonrisa juguetona.

- ¡¿Qué hora es!? - Gritó en busca de su celular, por fin ubicando lo en aquel mostrador que se encontraba al lado del chico de cabellos dorados, tratando de alcanzarlo en un movimiento tosco se lanzó hacia el, quedando encima del otro.

- 11:58.. ¡Es tardísimo!- Exclamó buscando equilibrio nuevamente, se sostuvo del chico de cabellos dorados haciendo que el otro soltará un quejido.

- ¡Lo lamento mucho! Debo irme, se me ha hecho muy tarde- Gritó agitadamente.

Dando pasos apresurados en busca de sus cosas, se detiene un momento en busca de cuestionar al chico de cabellos dorados.

- ¡Mi ropa está sucia! ¡¿Que debería ponerme!?- Tratando de recibir una respuesta en la boca del otro, sostenía fuertemente las frazadas entre sus manos, siendo la única tapadera de su desnudez.

Newt entre risas le respondió. - Te deje un poco de ropa en el baño, eres libre de tomarla- Respondió auntando hacia una gran y blanca puerta al fondo de la habitación.

El chico de cabellos desordenados en pasos apresurados se adentra en esa habitación poco espaciosa, dirigiendo su vista al bulto de ropa sobre el estante.

Comencé a vestir esas prendas que dejaban a primera impresión que se trata de sencillos trapos, si bien, se trata de prendas bien reconocidas y modernas.

Estando listo, salí corriendo del estrecho lugar, encontrándome de nuevo con esos ojos colores miel, tendido sobre esa amplia litera de tonos pálidos.

Entre abrí mis labios, tratando de encontrar las palabras adecuadas para romper el silencio que indundaba la habitación.

- Yo debo irme.. Sobre tus prendas, como dije, me haré responsable- Habló el castaño, acercandose a paso firme al bulto echado sobre la alfombra elaborada de felpa en tonos azulejos brillantes.

El chico de cabellos dorados reaccionó ante el movimiento del chico de ojos marrones, levantándose sobre aquel material suave en el que se encontraba.

- Estoy de acuerdo con ello, Tommy- Respondió extendiendo ligeramente su mano hacia donde se encontraba el otro, con ello, dejando a la vista un material de tonos blanquecinos, marcado por diminutas manchas de tinta.

- Esto.. - Acepto el movimiento del otro, alzando su mano y sujetando suavemente la ficha que el chico de cabellos dorados mostró.

- Creo que necesitarás contactarme para entregarme eso- Ladeó sus labios formando una pequeña risilla, mientras su mirada se fijaba en el bulto aún tendido en la alfombra tonos azulejos.

- S-si, tienes razón. Yo me iré ahora- Contestó al otro, terminando en un agache por parte de este, en busca de tomar las prendas sucias.

- Yo te contactaré una vez estén relucientes en limpieza- Terminó agregando entre risas nerviosas, volteando su cuerpo hacia la salida de esa gran habitación aún siendo iluminada por los rayos de luz.

- Si, Tommy. Estoy seguro de ello- Afirmó mientras su tono de voz cambiaba ligeramente a uno dulce y confiable.

- Nuevamente lo lamento mucho, y.. ¿Hasta pronto, Newt?- Habló finalmente abriendo la manija de la puerta frente a el, saliendo a paso suave dirigiendo su mano a un signo de despedida.

- Hasta pronto, Tommy- Soltó por último el chico de cabellos dorados, quién fue sacado de sus pensamientos tras escuchar una tonada proveniente de su celular, actuando en sacarlo de sus bolsillos.

-Hola.. Lizzy- Respondió al llamado de la voz escuchable desde su celular, que definitivamente demostraba preocupación y enojo hacia este.

- ¡¿Dónde haz estado, Newt?! Hemos tratado de contactarte desde ayer.. Por dios, debes volver ya, tenemos mucho trabajo que hacer- Gritó en un acento arisco, dejando muy en claro su mal humor ante la desaparición del otro.

- Ugh, que molestia, está bien, estaré ahí en media hora- Bufó continuamente alejando su móvil celular de su oreja, presionando sin ningún resentimiento el botón de colgar.

-Esp..- Aquel chico de cabellos dorados no buscaba escuchar más a su hermanita malhumorada, solamente tenía cabeza para algo, para alguien en particular, en quien no podía dejar de pensar, y recordar cada mínimo segundo que paso a su lado.

Algo que no recordaba en absoluto el chiquillo de ojos marrones, aquellas confesiones que le había hecho al chico de cabellos dorados, en cambio, el otro recordaba cada fragmento, cada movimiento, cada palabra.

Creo que eres muy.. muy l-lindo. Desde que te vi en aquel escenario has estado acosando mi mente, ¿Podrías dejar de hacerlo? Incluso apareces en mis sueños.. ¿Acaso eres un ángel..? ¿Crees que tienes el derecho de aparecer así y volver loco mi cuerpo? Me hace sentir un puberto que no puede controlar sus hormonas. Ugh, tal vez si debería dejar de beber.

- ¿Que si soy un ángel..? Uhm..- Murmuró entre dientes para si mismo, dejando que su mente recuerde cada centímetro del cuerpo del otro, anhelando poder tener la oportunidad nuevamente de inundar sus fosas nasales con el aroma del otro, recorrer con sus ojos cada espacio de su cuerpo primoroso, rozar sus pieles, y dejar que su cuerpo exija más, deseando aquellos labios en tonos rojos vivos.