Siento el retraso! Regreso mañana!¿Andrei tenía que ir?, ¿Estaba en alguna parte de la casa?
Me limité a asentir con un gemido conforme rompía el precinto de la botella dispuesta a descorcharla. Vertí el vino en las dos copas y terminé la mía de un trago esperando que el alcohol mermara aquel nerviosismo innato.
El timbre se escuchó mientras echaba más vino en la copa ahora vacía y me froté con los dedos la comisura de los labios para eliminar cualquier resto de vino que pudiera haberse quedado. No llevaba carmín, de hecho, no llevaba ni una sola gota de maquillaje en el rostro, aunque eso nunca me había supuesto ningún pudor, por alguna razón en ese momento me importaba la imagen que pudiera proyectar.
Abrí la puerta solo unos segundos después y me encontré la figura de Andrei con ropa casual, algo bastante insólito en él. Llevaba dos cajas enormes que me entregó nada más verme, como si mi presencia no le sorprendiera en absoluto.
No saludó, se limitó a empujar aquellas cajas contra mi estómago para que las cogiese y entró sin decir nada. Básicamente me ignoraba. Si no es porque me había entregado de malas formas aquellas cajas de pizza que aun estaban demasiado calientes, actuaría como si fuera un fantasma.
—¿Dónde está Irina? —exclamó cuando comprobó que su prima no se hallaba en ninguna parte.
—Ha ido a dormir a la niña, me dijo que los documentos que necesitabas están sobre la mesa.
No tuve respuesta, simplemente se dirigió hacia el lugar que había mencionado y vi como cogía las carpetas y tenía toda la intención de marcharse sin decir nada.
No sabía si decir algo y más, ahora que él estaba viajando a Moscú donde todos reiterarían nuestro compromiso falso.
—Tenemos que hablar —dije cerrando los ojos porque me arrepentiría si se marchaba y probablemente la próxima vez que nos viéramos sería demasiado tarde.
Vi como Andrei se detenía casi en el marco de la puerta, pero no se giró para encararme, no hizo ningún amago por enfrentarme.
—En unas semanas será el bautizo de Zafiro y tendremos que actuar como una pareja comprometida. Está claro que tú y yo parecemos cualquier cosa menos eso, pero no seré la culpable de empañar la fiesta de mi ahijada y supongo que tu tampoco —afirmé acercándome al aparador para dejar las dos cajas de pizzas y de ese modo acercarme hasta donde él estaba para no tener que alzar el tono.
—¿Y qué sugieres? —preguntó mirando hacia el exterior de la casa.
—Que nos comportemos como dos personas adultas y actuemos en consecuencia. No debe ser demasiado difícil estar en el mismo lugar sin terminar en una discusión abierta.
Andrei emitió un sonido que me resultó similar al de una sonrisa cínica y entonces se giró sobre sus talones para dirigir su vista hacia mi.
—Solo ha existido una ocasión en la que tu y yo no hemos discutido y fue en una cama. Estamos en esta situación por tu culpa, si quieres que actúe en consecuencia por algo que yo no he decidido y en la que me he visto envuelto, deberás ser más persuasiva y complaciente.
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El Diamante Ruso
Любовные романыIntrépida. Atrevida. Fascinante. Emocionante. Seductora.