Sorry!!! Debí subirlo hace horas pero estuve demasiado ocupada y se me olvidó.
Que lo disfrutéis! Pd: Recordadme que haga un banner :P siempre se me olvida.
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·No era la primera vez que estaba en la ciudad, como tampoco en aquel edificio de estilo barroco que había sido reformado con una fachada espectacular. Era un privilegio que mi mejor amiga me hubiera prestado el apartamento en el que ella se alojó tiempo atrás, me habría encantado que en mi primera noche ella hubiera podido estar conmigo, pero lamentablemente Irina no se encontraba en la ciudad, eso, aunque ahora que vivíamos en el mismo lugar, nos veríamos con mucha mayor frecuencia que a cuatro mil kilómetros de distancia como estábamos antes.
Sonreí al conserje que esperaba mi llegada y me facilitó las llaves del apartamento, me ayudó a colocar las maletas dentro del ascensor con una afabilidad sorprendente, repitiéndome encarecidamente que si necesitaba cualquier cosa solo debía avisarle.
«Tengo que comprarle una caja de bombones» pensé en cuanto se abrieron las puertas del ascensor que daban al antiguo piso de irína, «Y ahora mío»
Los secretos que aquel apartamento guardaban respecto a la vida sentimental de mi mejor amiga me hizo pensar si aquel lugar me traería el mismo tipo de suerte que a ella. Cierto es que no había sido un comienzo fácil, de hecho, su relación había sido desastrosa y tortuosa desde sus inicios, pero si algo habían tenido esos dos que ahora formaban una familia ejemplar y preciosa, es una comunicación sexual que había sido capaz de solventar todo lo demás hasta el punto de abandonar sus propios prejuicios y abandonarse a lo que realmente sentían.
Yo no buscaba el amor. Ni lo quería, pero tenía que reconocer que tener a alguien con esa atracción bestial que ellos tenían era algo que si envidaba de mi mejor amiga.
«Solo espero que esa persona no se encuentre en el reparto de mi unidad, porque me negaba rotundamente a acostarme con alguien que trabajase en el hospital»
No quería privilegios y menos aún que pudieran verme de un modo que no fuera el de una cirujana seria y formal en su trabajo, así que el sexo en el hospital estaba completamente vetado para mi.
Giré la llave y abrí la puerta. Las luces estaban apagadas y solo se podía apreciar un minúsculo espacio gracias a la luz que provenía del pasillo exterior, así que tanteé en la pared hasta dar con el interruptor y en el momento que las luces se encendieron la visión de colores dorados, rosas y negros me llenaron por completo.
Irina había invadido la casa de globos y no solo eso, había un cartel que colgaba del techo con «Bienvenida a tu nueva casa» en ruso. Ni siquiera sé de donde diantres lo habría sacado. La isla de la cocina estaba llena de un bufet variado de platos salados y en medio una botella de champán sumergida en un cubo de hielo del que colgaba una sobre blanco con mi nombre.
Solté las maletas, cerré la puerta y sonreí mientras me acercaba para coger el sobre preguntando como demonios lo habría hecho si ni siquiera estaba en la ciudad y encima tiene una niña pequeña.
«Debe ser maga o no me lo explico»
Abrí el sobre, estaba escrito de su puño y letra, eso provocó que sonriera con mayor fuerza.
"Me habría encantado estar aquí para recibirte, pero a pesar de que no pueda estar en tu primer día, soy feliz de saber que te tendré desde ahora muy cerca. Espero que este lugar te traiga la misma suerte que yo, sabes que todos los gastos corren por mi cuenta y no acepto ninguna contraoferta pues tengo pensado muy bien como vas a saldarme la deuda. Me he permitido el atrevimiento de dejarte algunas cosas que descubrirás muy pronto, la casa me parecía demasiado triste si no lo hacía. Nos vemos en unos días, hermana del alma. Te quiero infinito. Pd: Llámame en cuanto estés instalada"