—Que conste que es la última vez que accedo a hacer algo junto al idiota de tu primo. Sé que es tu familia, como un hermano para ti y que te gustaría que nos llevásemos bien o, al menos, nos tolerásemos, pero créeme, lo he intentado, es superior a mi. No le soporto... me enerva la sangre cada vez que dice una de sus sandeces o salta con su sobrada petulancia hasta lograr que mi poca paciencia se vaya al traste —arremetí—. Hago esto por Zafiro y por ti, pero no vuelvas a pedirme estar a solas con Andrei porque terminaremos aún peor que de lo que estamos.
Irina colocó sus labios en forma de pez, como si boqueara pretendiendo decir algo que finalmente era incapaz de decir. La enfermera me avisó que se la llevarían a radiología y me quedé hasta que llegó Alejandro exhausto, llevaba el bolso con todos los documentos de ella bajo el brazo.
—Tranquilo está bien, si es una rotura del radio requerirá operación, pero estará en casa dentro de dos o tres días, en unas horas lo confirmarán. —Su semblante parecía algo relajado—. Tengo que volver a mi unidad, necesito cambiar algunos turnos, pero estaré al pendiente de los resultados. No te preocupes, ya he solucionado todo con Irina para que puedas hacer el viaje a Alemania, me quedaré con Zafiro estos días.
Alejandro me estrechó entre sus brazos, imaginé que estaba asustado por la caída de Irina, preocupado por como iban a gestionar lo de Alemania sin niñera y con ella en el hospital y teniendo en cuenta las ojeras de ambos, llevaban unas cuantas noches sin dormir demasiado, así que el cansancio comenzaba a hacer mella en ambos.
—La verdad es que podría retrasar el viaje un día o dos al máximo, pero dudo que Irina esté en condiciones de quedarse sola con la pequeña tras una operación, nos harás un favor muy grande quedándote con Zafiro.
Me marché para volver a la unidad, donde hice un despliegue de carisma emocional con Cedrini, como preveía, no puso ningún tipo de objeciones a cambiar mis turnos de los siguientes días para hacer dobles de tarde y noche cuando volviese. Imaginaba que lo bueno de todo aquello, sería no ver al jefe de unidad durante al menos una semana, ya que solía fijar sus turnos por la mañana, pero él mismo había mencionado que me acompañaría en el primer turno de noche para enseñarme por sí mismo el funcionamiento nocturno de la unidad.
Mierda.
Si supiera que mi paso por el hospital sería breve, me importaba muy poco las consecuencias que pudieran derivar de aquella aventura, pero lo último que me apetecía es que se corriese el rumor de un posible affair con el jefe de unidad para que dieran por sentado que solo buscaba favoritismos.
Tengo que buscarme un prometido de pega a la de ya.
Aquella tarde regresé a casa, dormí un par de horas, lo justo para cargar energía y me di una ducha. Preparé la mochila del gimnasio con cuatro básicos, teniendo en cuenta que iba a alojarme en casa de Irina, sabía que podría cogerle prestada ropa, es más, mi amiga se ofendería si viera que me estaba llevando mis propias cosas. Regresé al hospital cuando me confirmaron que había salido de la operación, le habían colocado una fijación y si todo avanzaba según lo previsto, le daban el alta en cuarenta y ocho horas. Alejandro se marchó a por Zafiro a casa de su hermana, Andrei me observaba sin decir nada y fijando su vista en la bolsa del gimnasio que había dejado sobre uno de los asientos en la habitación asignada, mientras Irina mantenía una videollamada con su madre.